México D.F. Viernes 16 de enero de 2004
La cineasta no tuvo la suerte de Dolores Creel,
pues el Fonca rechazó su proyecto
Andrea Borbolla realizó filme sobre India con
recursos propios
Su documental Samsara recrea el multitudinario
festejo espiritual del Kumbhamela
Considera que es momento de ''romper con el miedo a
los proyectos internacionales''
ARTURO GARCIA HERNANDEZ
La otra cara de la moneda.
Mientras Dolores Creel, coordinadora de Proyectos Especiales
del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, gasta por lo menos 3
millones de pesos del erario para grabar un video en India basado en poemas
de Octavio Paz, la joven cineasta Andrea Borbolla Castillo-Nájera
acaba de realizar con sus propios medios un documental en aquel país
sobre el Kumbhamela, una de las festividades religiosas más concurridas
del mundo.
La
funcionaria, cuya trayectoria como videasta es prácticamente desconocida,
no tuvo que someter su proyecto a ningún tipo de evaluación
ni aprobación. Sus atribuciones administrativas le permiten financiar
sus propios proyectos artísticos.
En cambio, Borbolla (DF, 1973), egresada del Centro Universitario
de Estudios Cinematográficos, solicitó el año pasado
150 mil pesos de apoyo al Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca),
pero su proyecto fue rechazado por considerarlo -le dijeron- ''bastante
ambicioso" y ''muy lejano".
La hermana de Santiago Creel, secretario de Gobernación,
contó con un grupo de por lo menos 10 personas, además de
los servicios del cotizado cinefotógrafo Ron Fricke, director de
Baraka y camarógrafo de cabecera de Francis Ford Coppola.
También contrató complejas cámaras
de grabación requeridas por Fricke, cuyo alquiler unitario ronda
los 5 mil dólares por día.
En cambio, el staff de Borbolla fue de dos personas
más (los cineastas Vanessa Miklos Landesmann y Emilio de la Peña).
Como equipo de producción empleó tres cámaras: una
súper ocho, de cine, y dos de video, una de éstas de formato
profesional.
50 millones de asistentes en 2003
El objetivo de Andrea Borbolla fue registrar el inaudito
fenómeno social que es el Kumbhamela, al que en 2003 asistieron
50 millones de personas procedentes de todos los rincones de India y de
varios países.
''Es un festival espiritual con una devoción impresionante
que a escala menor sólo he visto en La Villa, los 12 de diciembre",
expresa la cineasta.
El Kumbhamela tiene su origen en un antiguo mito hindú
según el cual del fondo del océano surgió una divinidad
que llevaba en las manos un kumbha (recipiente) que contenía el
néctar de la inmortalidad.
Dioses y demonios se quisieron apoderar del recipiente,
pero en el forcejeo 12 gotas del néctar se derramaron sobre 12 sitios
en la Tierra. Cuatro de ellos están en India: Nasik, Hardwar, Allahabad
y Ujjain.
Cada tres años, en coincidencia con cierta alineación
de los astros, se desarrolla en uno de los sitios un festival (mela) que
conmemora dicho acontecimiento.
Son días propicios para tomar un baño en
los ríos que cruzan estas ciudades, pues -se cree- sus aguas adquieren
poderes purificadores.
En los días del Kumbhamela, de las montañas
descienden los sadhus, ''hombres sagrados" o ''renunciantes", cuya
filosofía de vida tiene como eje vivir sin apego a bienes materiales
y sin ataduras emocionales.
Durante el ritual, los sadhus son los primeros
en entrar al río, porque se dice que ''tienen la capacidad espiritual
de limpiar los ríos de karmas''.
Entre sadhus y creyentes
Una vez que las aguas están limpias, las personas
''mundanas", miles y miles a la vez, entran a tomar su baño:
''Como
fenómeno sociocultural -prosigue Andrea Borbolla- es impresionante,
y también es de una gran belleza intrínseca, un gran estímulo
visual."
La cineasta supo del Kumbhamela cuando hizo su primer
viaje a India en 2000: ''Por azares del destino conozco a un maestro de
yoga que me puso en contacto con ese mundo. Me llevé mi cámara
fija, volví a México con 3 mil fotos, pero como cineasta
me propuse regresar a India con un equipo de filmación".
En 2001 efectuó un segundo viaje con el propósito
de obtener una certificación como maestra de yoga.
Borbolla se refiere a esos viajes anteriores para señalar
que el proyecto de documental no era una ocurrencia, algo surgido de la
nada: ''ya había trabajo detrás y un conocimiento del tema".
Contó, además, con el respaldo por escrito
de miembros notables de la comunidad cinematográfica (Carlos Mendoza
y Jorge Ayala Blanco).
En 2003 realizó el tercer viaje a India y permaneció
allí dos meses, periodo durante el cual filmó y grabó
el Kumbhamela: ''Fue una ardua labor de convivencia con los sadhus
y los creyentes".
Captó más de 60 horas de imágenes,
de las cuales ''se pueden hacer distintos tipos de cortes".
En principio, la idea era hacer un corte de 52 minutos
para televisión: ''No es una onda tipo Discovery Channel",
sino que ''tratamos de establecer una cercanía con el público
mexicano; de mostrar un punto de vista mexicano sobre el tema".
Ironía de la vida
Andrea Borbolla admite que en México abundan temas
que pueden o necesitan ser tratados en un documental, pero también
considera que es momento de "romper con el miedo a los proyectos internacionales",
de ver al mundo, por así decirlo, con nuestros propios ojos y no
con los medios habituales.
Actualmente, espera reunir los recursos necesarios para
llevar a cabo la posproducción de su documental, que tiene el título
tentativo de Samsara pero, ironías de la vida, ese es el
nombre de la nueva película de Ron Fricke.
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