México D.F. Viernes 16 de enero de 2004
Ordena Kirchner investigación sobre un
programa aplicado cuando ya no había dictadura
Al descubierto, adiestramiento en tortura a comandos
militares en Argentina
Son "prácticas aberrantes" similares a las que
utilizaban los nazis: Madres de Plaza de Mayo
STELLA CALLONI CORRESPONSAL
Buenos Aires, 15 de enero. El gobierno del presidente
argentino, Néstor Kirchner, denunció hoy que se habrían
cometido aberrantes violaciones a los derechos humanos en un programa de
adiestramiento militar de "comandos" en plena democracia, después
de recibir una serie de fotografías que mostraban la aplicación
de torturas a "los alumnos" durante cursos del ejército en la provincia
de Córdoba entre 1986 y 1994.
El gobierno ordenó investigar si en estos cursos
para personal del ejército se practicaron "vejaciones y tormentos
a supuestos prisioneros desprovistos de ropas en un descampado". Esta metodología
-similar a la que se aplicó y se aplica en otros ejércitos
de la región y del mundo, y que era y es parte de la práctica
cotidiana de cursos dictados en el Comando Sur de Estados Unidos, tanto
en su antigua sede, como en la actual- se habría extendido en Argentina
de 1966 a 1996.
La fotografías muestran escenas terribles donde
uno de los comandos es torturado con una picana eléctrica, tiene
los ojos vendados y es detenido por varios oficiales. Otras muestran a
dos hombres hundidos hasta el cuello y encapuchados en una pileta de aguas
sucias (el llamado submarino, conocido en México como pocito),
y también se ve a varias personas desnudas sentadas sobre la tierra,
atadas de manos y encapuchadas, preparadas para una probable sesión
de tortura. También se observa a otro "futuro comando" cuando es
atado por compañeros para someterlo a vejaciones.
Al Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) llegaron
las fotografías, enviadas por el dueño de un local de revelado
de fotos que encontró copias en el momento en que se aprestaba a
cerrar su empresa. Estas fueron emitidas a la Secretaría de Derechos
Humanos del gobierno y provocaron la indignación del presidente
Kirchner, quien pidió un inmediato informe del ejército.
"El
presidente nos llamó de forma urgente junto con Madres y Abuelas
de Plaza de Mayo para que conociéramos el informe del jefe del ejército,
Roberto Bendini, quien reconoció el lugar de las fotografías
como la Quebrada de la Cancha, en Córdoba, y también fueron
identificados todos los oficiales y suboficiales que daban el curso", señaló
Horacio Verbitsky, periodista y representante del CELS, en conferencia
de prensa.
También relató que Kirchner les pidió
que difundieran las fotografías para que se conocieran en todo el
país y el mundo. Las imágenes son de 1986, periodo en que
gobernaba Raúl Alfonsín, pero los cursos se extendieron hasta
1994, por lo menos, en buena parte de la administración de Carlos
Menem (1989-1999).
Tanto Alfonsín como la ex secretaria de Derechos
Humanos del periodo menemista, Alicia Pierini, sostuvieron hoy que desconocían
su existencia.
Los organismos de derechos humanos repudiaron en un comunicado
la enseñanza de estas prácticas "propias del terrorismo de
Estado durante el periodo constitucional", y señalaron que "las
imágenes difundidas por el gobierno demuestran la enseñanza
de diversas prácticas de torturas, todas ellas utilizadas durante
la pasada dictadura militar".
El ministro de Defensa, José Pampuro, y el jefe
del ejército, Roberto Bendini, aseguraron que esta forma de adiestramiento
militar fue erradicada en 1994.
Pero se conoce que esos cursos de fuerzas especiales -como
sucede con los marines estadunidenses o los boinas verdes-
son parte de "la formación y el endurecimiento de los soldados,
para preparar su resistencia si caen en manos del enemigo". Sin embargo
la idea central -señalan los organismos humanitarios- es la "bestialización"
de estas fuerzas para que no tengan piedad con los que caigan en sus manos.
"La cantidad de personas involucradas en este tipo de
entrenamientos y lo habitual de los cursos hace imposible que las autoridades
políticas o las respectivas jefaturas de las fuerzas hubieran desconocido
lo que sucedía", sostienen los orgamismos de derechos humanos, quienes
acompañaron las decisiones gubernamentales y exigieron justicia.
En La Quebrada de la Cancha había altavoces para
dar órdenes a los "prisioneros" y para pasar "propaganda marxista",
a manera de instruir a los comandos a actuar frente al "enemigo".
El Ministerio de Defensa indicó que "todas las
personas registradas allí formaban parte de la fuerza militar terrestre,
que en su mayoría están identificadas" y condenó "la
doctrina de adiestramiento militar que se apreciaba en la documentación,
situación que se erradicó en 1994".
Por su parte, al ser consultado telefónicamente,
el ex jefe del ejército Martín Balza mencionó que
"tenía entendido" que existía un "punto de estación"
dentro del curso de comandos que se llamaba "de interrogatorio", el cual
tenía ciertas prácticas que "no se conducen con la dignidad
del soldado", aunque aclaró que en 1990 se cambió toda esa
metodología.
Sostuvo también que el "curso de comandos se realiza
con oficiales y suboficiales y son todos voluntarios. Los tienen todos
los ejércitos del mundo y son fuerzas altamente especializadas",
pero que aquí desde hace 14 años no se practican.
En el país habrían funcionado centros de
entrenamiento similares tanto en Tucumán como en zonas de montaña
y selva (Misiones o Salta). De hecho, militares como el coronel Aldo Rico
y otros carapintadas fueron instruidos como comandos con características
similares a los boinas verdes de Estados Unidos.
Hebe de Bonafini, de la Asociación de Madres de
Plaza de Mayo, recordó que esas prácticas "aberrantes son
similares a las realizadas por los franceses en Argelia, los estadunidenses
en Vietnam, o los nazis en los campos de exterminio. Los comandos 'aprendían'
en su propio cuerpo las torturas que aplicarían a sus víctimas".
Bonafini dijo que, además de pedir justicia, las
Madres de Plaza de Mayo plantearon en su momento la necesidad de cambiar
los planes de estudio del ejército, ya que de otra manera "jamás
podrían generarse unas fuerzas armadas democráticas". Hace
un año Bonafini denunció prácticas similares en la
escuela de formación de oficiales de policía. "Debemos dar
el mayor carácter político posible a la investigación
ante esta denuncia terrible."
Este hecho recordó la reciente presentación
de un video por Amnistía Internacional (AI), donde se mostraban
aberrantes torturas a soldados en montes peruanos. Asimismo, hace poco
más de un año una joven que realizaba un curso para oficial
del Servicio Penitenciario aquí denunció las torturas a que
fue sometida porque sus superiores la consideraban "débil" para
su futuro trabajo.
La muerte de soldados en los cuarteles argentinos, como
el caso de Omar Carrasco, que conmovió al país en los años
90 -el cual condujo a la terminación del servicio militar obligatorio-,
dan cuenta de este drama que se extiende mucho más allá de
Argentina.
En Paraguay, en los últimos años más
de cien jóvenes han sido asesinados en los cuarteles por los métodos
violentos de entrenamientos y los castigos de los oficiales.
Un grupo de soldados sin pantalones ingresa al campamento
luego de realizar ejercicios en los alrededores del cuestionado centro
de adiestramiento del ejército argentino en Córdoba FOTO
CENTRO DE ESTUDIOS LEGALES Y SOCIALES
"Prisioneros" con el rostro cubierto son concentrados
tras una alambrada y sometidos a malos tratos por custodios FOTO CENTRO
DE ESTUDIOS LEGALES Y SOCIALES
Un uniformado, después de haber recibido una sesión
de tortura FOTO CENTRO DE ESTUDIOS LEGALES Y SOCIALES
Aplicación de corriente eléctrica a un militar
FOTO CENTRO DE ESTUDIOS LEGALES Y SOCIALES
Efectivos encapuchados son sumergidos hasta la cabeza
en un pozo de aguas sucias FOTO CENTRO DE ESTUDIOS LEGALES Y SOCIALES
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