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México D.F. Viernes 16 de enero de 2004
El encuentro comienza hoy en Mumbai; enfrenta
retos que amenazan su futuro
Construir una vía alternativa al modelo neoliberal,
desafío del Foro Social Mundial
Lenta, la respuesta al avance de la globalización
impulsada por Estados Unidos, estiman
LUIS JAVIER GARRIDO ENVIADO
Mumbai, 15 de enero. La cuarta edición del
Foro Social Mundial (FSM), que se inaugura este viernes en el antiguo puerto
de Bombay, en India, rebautizado recientemente Mumbai, va a permitir redefinir
los objetivos y alcances de este tipo de eventos y saber si es posible
a través de ellos construir una vía alternativa al modelo
neoliberal impuesto desde los centros de poder financiero internacional
y, sobre todo, si es posible detener estas po-líticas económicas
y sociales que el gobierno del presidente George W. Bush sigue impulsando,
ahora por la vía armada, a pe-sar de que han causado estragos en
la población del planeta.
El FSM, que se reúne por vez primera fuera de Porto
Alegre, Brasil, tiene ya desde antes de inaugurarse múltiples desafíos
de los cuales depende el futuro de todos, de ahí la preocupación
de los organizadores.
Fue creado en 2001 a iniciativa de la prefectura de Porto
Alegre (Brasil) y del Partido de los Trabajadores (PT), para instalar un
espacio en que se pudieran discutir los aspectos esenciales de las políticas
del neoliberalismo y se lograra ir definiendo las que podrían ser
las estrategias de resistencia de la sociedad al proceso de globalización
que ha caracterizado las últimas tres décadas del siglo XX
y la primera del XXI, el capitalismo del nuevo milenio.
Pero
también para impulsar la organización de todos los que se
oponen a las políticas neoliberales como respuesta, desde abajo,
al Foro Económico de Davos, Suiza, que se efectúa todos los
años a finales de enero y reúne a los principales dirigentes
po-líticos con los dueños del gran capital trasnacional,
en donde se enuncian las políticas del Banco Mundial, el Fondo Monetario
Internacional y la Organización para la Cooperación y Desarrollo
Económico.
La diferencia ha estado en que mientras las cúpulas
del poder neoliberal han avanzado en la profundización del modelo
mo-netarista, la respuesta alternativa aparece como un proceso lento. En
los últimos años, con la imposición del "libre mercado",
se han acentuado las diferencias sociales, los estados nacionales han sido
desmantelados, cancelándose en consecuencia las políticas
de bienestar social, y las grandes empresas multinacionales han asumido
un papel político fundamental.
Pero lejos de haber consenso sobre las dimensiones de
este proceso y las vías para enfrentarlo, persisten múltiples
divergencias en el movimiento alternativo, y no hay entendimiento claro
sobre las dimensiones del proceso que se está viviendo.
El primer Foro Social Mundial se realizó en Porto
Alegre (Brasil), estado de Río Grande do Sul, con el respaldo no
sólo del PT y el gobierno local de Porto Alegre, sino también
con el apoyo de diversas organizaciones no gubernamentales, del 25 al 30
de enero de 2001, lo que generó muchas ex-pectativas pues permitió
escuchar voces muy importantes y crear las condiciones que propiciaran
una mejor articulación de movimientos sociales, organizaciones no
gubernamentales y entidades privadas, pero no alcanzó el objetivo
de precisar las vías de la sociedad para enfrentar esas políticas.
Y lo que es más, algunos temas capitales se dejaron
de lado, como el de la educación, lo que llevó a organizar
un Foro Social Mundial sobre el tema, que se llevó a cabo en octubre
de ese año, también en Porto Alegre, que se ha efectuado
ya en dos ocasiones más, de manera autónoma, para tratar
únicamente el tema educativo.
Para el segundo foro, efectuado del 31 de enero al 5 de
febrero de 2002, con casi 50 mil asistentes, sobre los mismo ejes temáticos,
se logró articular un mayor número de conferencias y mesas
redondas, pero aparecieron con mayor fuerza los eventos paralelos, lo que
mostró el desfase existente entre las preocupaciones de los organizadores
y el sentir de la sociedad.
El tercero, efectuado del 23 al 28 de enero de 2003, ya
con Luiz Inacio Lula da Silva en la presidencia de Brasil y el PT como
partido "de gobierno", se caracterizó por una participación
en extremo numerosa -asistieron cerca de 100 mil personas-, la presencia
de figuras muy relevantes, como Noam Chomsky, y por la organización
de múltiples foros, espacios de discusión y conferencias
al margen del programa oficial, que a su vez trataron de ser una alternativa
a la propuesta de los organizadores, pero las críticas se fueron
multiplicando.
Un aspecto central del foro, que se va a definir con seguridad
en India, es cuál es su objetivo fundamental. La creación
del FSM respondió a un proyecto de un sector im-portante de las
corrientes socialistas en Europa y América Latina, pero no hubiese
sido posible sin el clima de inconformidad social que se había venido
manifestando antes de 2001. En otras palabras: no habría sido posible
si no se hubiesen producido las grandes manifestaciones sociales en Europa
contra las políticas comerciales en 1998 y sin Seattle 1999.
El foro fue, desde su creación, un vasto espacio
plural, pero en su organización prevalecieron sin embargo los criterios
de la socialdemocracia y, más precisamente, de lo que pudiera llamarse
el "ala izquierda" de la Internacional Socialista.
En el comité organizador tuvieron peso relevante
no sólo el PT brasileño, la gubernatura del estado de Río
Grande do Sul y la prefectura de Porto Alegre, que había llamado
poderosamente la atención mundial por haber impulsado una nueva
forma de organización municipal y en especial por la discusión
popular de un "presupuesto participativo", sino un sector de la Internacional
Socialista y en especial del Partido Socialista Francés, que concibieron
el foro como instancia para mediar entre la inconformidad que ha venido
creciendo en el mundo por las medidas neoliberales, que se fueron extremando
en estos tres años, y los organismos financieros internacionales.
El Partido Socialista Francés, que en el curioso
sistema semipresidencial de ese país seguía gobernando Francia
en esos años, encabezado por Lionel Jospin (a pesar de que el derechista
Jacques Chirac ocupaba la presidencia), ayudó a financiar el evento,
más que en la expectativa de lograr encontrar la vía del
cambio, como soporte para lograr que se atenuasen las políticas
neoliberales y poder paliar así, de imponerse una vía gradual
de imposición del modelo, el desastre social producido por la globalización.
De
manera que en las tres ediciones del Foro efectuadas en Porto Alegre, donde
el Partido Socialista Francés tenía además vastos
proyectos "de cooperación", fue decisiva su influencia con la conformación
del evento: su mano estuvo presente desde la temática y los invitados
hasta las conclusiones que se formulaban en cada ocasión.
El panorama, sin embargo, ha cambiado radicalmente desde
2001, pues el Partido Socialista no gobierna ya Francia y el PT, pese a
que gobierna Brasil y Porto Alegre, perdió la gubernatura de Rio
Grande do Sul y está siendo fuertemente cuestionado.
La propuesta en 2002 de llevar el FSM a otros países
se vio entonces aunada a una decisión del PT y la prefectura de
Porto Alegre, que si bien estimaban que era conveniente que el foro, ya
instituido como espacio legítimo de discusión, sesionara
incluso en otro continente, se decidieron a ello por la situación
social prevaleciente en Brasil en el primer año del gobierno de
Lula.
Ante el temor de que pudiese transformarse en espacio
donde los sectores inconformes con las políticas sociales del PT,
su proyecto de privatizar la seguridad social y la intransigencia mostrada
ante quienes cuestionan estas políticas manifestasen su descontento
con Lula, aceptaron que el foro se realizara en India.
La organización del FSM tuvo desde sus comienzos
varios vicios de origen que concitaron un buen número de críticas,
y ese va a ser, sin duda, el desafío del futuro inmediato. El dilema
es el mismo de otras iniciativas que se siguen multiplicando: determinar
si este espacio, legitimado por la presencia y participación de
miles de organizaciones sociales de todo el mundo, va a estar en manos
de la sociedad o va a seguir siendo espacio de los partidos y de gobiernos
que se asumen como "progresistas", y de ese sector de la sociedad civil
vinculado a la socialdemocracia que parece haber perdido la brújula
en su intento por satisfacer las de-mandas sociales sin enemistarse con
los poderes financieros internacionales, en particular con el gobierno
de Estados Unidos.
De lo que acontezca en Bombay, a partir de este viernes,
dependerá sin duda también el futuro inmediato de los pueblos.
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