Brasil, firme con el fichaje a estadunidenses

Lula levantará la medida sólo sí Bush suprime el visado entre ambos países

AFP

Rio de Janeiro, 13 de enero. El gobierno brasileño decidió mantener los controles que obligan a tomar fotos y huellas dactilares a los estadunidenses que llegan al país, y espera la respuesta de Washington a su propuesta de que se elimine el requerimiento de visado entre ambos países.

El decreto del gobierno de Brasil que oficializa el fichaje a los estadunidenses fue publicado en el diario oficial de la nación pocas horas antes de una reunión entre el presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva y su par estadunidense George W. Bush, la noche del lunes en Monterrey.

En esa reunión, que fue un aparte de la Cumbre Extraordinaria de las Américas que reunió a gobernantes de 34 países del continente americano, Lula pidió a Bush que suprima el requerimiento de visado entre ambos países, lo que automáticamente eliminaría del fichaje a sus nacionales.

''Si 27 países (sin contar a Canadá, los que no requieren de visado son principalmente europeos) están exentos del fichaje para entrar en Estados Unidos, Ƒpor qué no podrían ser 28 (con Brasil)?'', le habría dicho Lula a Bush, según fuentes brasileñas.

La aplicación de controles entre Brasil y Estados Unidos provocó una fricción entre ambos gobiernos, y Washington consideró la medida ''discriminatoria'', porque sólo es aplicada a sus nacionales.

La alcaldía de Río de Janeiro decidió endulzar este martes la llegada de los estadunidenses, al colocar en el aeropuerto internacional bellas cariocas portando una camiseta con el eslogan: "Río loves you" (Río te ama), las cuales entregaban rosas a los estadunidenses que minutos antes se habían sometido a los rigores del control por las autoridades brasileñas.

El fichaje de turistas y empresarios estadunidenses en los aeropuertos y puertos de Brasil fue decidido inicialmente por el juez Julier Sebastiao da Silva, que en su controvertido fallo de final de diciembre obligó a las autoridades a aplicar la reciprocidad a Estados Unidos, y recibir a los viajeros de ese país igual que éste recibe a los brasileños: tomándoles una foto y las huellas dactilares.

Este fallo fue anulado el lunes por decisión de otro juez, Catao Alves, sólo para la ciudad de Río de Janeiro, cuya alcaldía presentó un recurso exigiendo que los estadunidenses sean recibidos como el resto de turistas. Se consideró que no se justifican esos controles en Brasil porque ''la amenaza de atentados terroristas, por suerte, no forma parte de la vida brasileña''.

Pero los controles han sido restituidos en todo el país por decisión del gobierno, plasmada en el decreto publicado el mismo lunes.

El decreto prevé que los estadunidenses serán fichados hasta que, en un plazo de 30 días, un grupo de trabajo defina los ''procedimientos especiales'' para la entrada de extranjeros en el país, por ''razones de seguridad''.

El procurador general de Río de Janeiro, Julio Rebello Horta, informó que la alcaldía prevé impugnar el decreto del gobierno, considerando que la medida es una represalia y causará daños al turismo.

Según Horta, el decreto es una ''medida de sanción y traerá pérdidas al turismo", una de las principales fuentes de ingresos de Río.

Fichaje por color en EU

El gobierno estadunidense busca clasificar con una escala de tres colores a todo aquel que desee abordar un avión en ese país, en función del supuesto riesgo que puedan representar para la seguridad aérea, medida que preocupa a los defensores de los derechos humanos.

Según esa clasificación, el nivel de riesgo representado por cada viajero podría ser clasificado por tres colores: verde, amarillo y rojo, que le sería atribuido después de la reserva del boleto, en función de sus datos personales.

El programa denominado CAPPS-2, al que se oponen con fuerzas las aerolíneas y los defensores de la libertades civiles, podría entrar en vigor en febrero, según The Washington Post.