México D.F. Miércoles 14 de enero de 2004
Operan sin control gubernamental alguno
Proliferan en Argentina agencias de seguridad de ex agentes de la CIA
STELLA CALLONI CORRESPONSAL
Buenos Aires, 13 de enero. La versión sobre la posible presencia en Argentina del coronel retirado estadunidense Oliver North, artífice del escándalo Irán-contras, puso en evidencia algo que se conoce aquí desde hace años: la proliferación de agencias de seguridad estadunidenses integradas por ex agentes de la CIA y mercenarios contratados para acciones criminales en diversos países.
El diario Página 12 aseguró ayer que North se encuentra en esta capital en su calidad de directivo de la empresa de seguridad Guardian Technologies para asesorar a la también empresa de seguridad Trident Investigative Service Corporation. Hace algunos años, el periódico Clarín publicó un extenso informe sobre la presencia aquí de ex agentes de la CIA y la serie de agencias de Estados Unidos que funcionaban sin control gubernamental, lo que significaba un suicidio político, ya que estos grupos están especializados en desestabilizar gobiernos, perpetrar asesinatos, en "guerras sucias y sicológicas" y en apoyar a sectores policiacos corruptos.
Entre estas agencias estaban Universal Control, Trident, Kroll O'gara, dirigida aquí por Frank Holder, otro pesado ex oficial de inteligencia estadunidense. Según el periodista Felipe Yapur, de Página 12, el coronel retirado North se reunió con el empresario Jorge Rodríguez, a quien se liga con sectores mafiosos locales y de Miami, y cuyo padre fue víctima de un extraño secuestro con fines de extorsión.
Rodríguez es dueño de la empresa Universal Control, donde trabajan otros hombres de la CIA; además estuvo asociado con Rodolfo Galimberti, ex dirigente de la organización guerrillera Montoneros, reciclado en agente de la CIA, como lo asumía abiertamente antes de su muerte. El 10 de noviembre de 2001, Galimberti posó para un reportaje en Clarín, en las oficinas de Universal Control en uno de los barrios más elegantes de esta capital con varios ex agentes de la CIA, que también se reunían en una lujosa casa del ex dirigente montonero en una zona suburbana de barrios privados.
Esta agencia, como las otras que salieron a la luz, sin que el gobierno de Fernando de la Rúa o los congresistas argentinos tomaran ninguna medida en los años 2000 y 2001, comenzó sus tareas en los tiempos de las relaciones "carnales" de Carlos Menem con Estados Unidos y con los grupos de la Fundación Cubano-Americana de Miami, muchos de los cuales fueron también claves en su trabajo para las dictaduras y en la Operación Cóndor, la coordinadora criminal de estas en el Cono Sur en los años 70-80.
Los ex agentes, de quienes se sospecha que siguen actuando para la compañía, dijeron a Clarín, entonces, que Argentina era un país en riesgo "en la guerra contra el terrorismo", utilizando los mismos argumentos que Washington. Según ellos, los "terroristas" ya tenían capacidad operativa como habían demostrado en los atentados de la embajada de Israel (1992) y la sede mutual judía AMIA (1994) y que existía aquí un muy precario sistema de documentos de identidad, lo cual hacía peligrar el privilegio que entonces tenían los argentinos de no necesitar visa para viajar a Estados Unidos.
También Galimberti fue una de las figuras que algo tuvieron que ver con los saqueos de diciembre de 2001, que en gran cantidad de casos, y más allá de la tragedia de las necesidades de la población, transcurrieron en verdaderas zonas liberadas por la policía.
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