México D.F. Miércoles 14 de enero de 2004
Junto con organismos multilaterales, es el principal
impulsor del neoliberalismo, acusa
Kirchner imputa a EU la quiebra de las economías
latinoamericanas
Ha llevado a extremos la desigual distribución
del ingreso, afirma el presidente argentino
Ante Bush, demanda que Estados Unidos diseñe
un nuevo "Plan Marshall" para la región
ROSA E. VARGAS Y ROBERTO GONZALEZ ENVIADOS
Monterrey, NL, 13 de enero. Estados Unidos y los
organismos multilaterales, como principales impulsores del modelo económico
neoliberal, fueron responsabilizados por Néstor Kirchner, presidente
de Argentina, de consolidar un modelo de injusticia, de quiebra de las
economías y de llevar a extremos la desigual distribución
del ingreso, así como de la exclusión y la corrupción
que padecen muchos países.
A ese estado de cosas condujeron, dijo, los principios
sostenidos a rajatabla en la década de los noventa, como la apertura
financiera indiscriminada, la desaparición del Estado, "las privatizaciones
a cualquier precio".
Demandó la condonación de deudas contraídas
en América Latina por gobiernos dictatoriales y manifestó
que mientras su país realiza "esfuerzos al límite" para cumplir
con sus acreedores, "sufrimos presiones, incomprensión, indefiniciones
y demora" de los organismos internacionales. "Nadie puede cobrar de los
muertos", recalcó.
El alegato del mandatario argentino, pronunciado ante
el pleno de clausura de la Cumbre Extraordinaria de las Américas,
suscitó lo mismo adhesiones inmediatas, como la de su homólogo
venezolano, Hugo Chávez, que la absorta atención de Horst
Koehler, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y en
el extremo, una ostensible mezcla de enfado y desdén del presidente
de Estados Unidos, George W. Bush.
El venezolano lo definió como un discurso de los
más valientes, brillantes y claros que ha escuchado en toda su vida;
un texto "para la historia, de antología", y aseguró que
"sólo por ese discurso vale la pena haber venido". Bush, por su
parte, cuando no se reclinaba sobre la mesa volteaba hacia atrás
para hacer comentarios a su secretario de Estado, Colin Powell, y a la
consejera de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Condoleezza Rice.
Kirchner armó una pieza en la que al puntual recuento
de los daños económicos y sociales de los programas de ajuste
y concentración del ingreso hiló su convicción de
que "la teoría del derrame o del goteo no ha funcionado. Los organismos
multilaterales deben tomar cuenta de ello". Insistir en recetas que han
fracasado "resulta inaceptable".
Si bien Argentina, a diferencia de Venezuela, no puso
reservas a la Declaración de Nuevo León en lo relativo
al Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), Kirchner estableció
que ese proyecto comercial no servirá a la prosperidad de los países
si no se resuelven las asimetrías existentes, pues de otro modo
"no hará más que profundizar la injusticia y el quiebre de
nuestras economías".
Se refirió entonces a los efectos nocivos de la
liberación financiera y a la creación de los fondos de inversión
directa, que hicieron más vulnerables las economías en desarrollo
y tampoco alcanzaron para compensar los movimientos especulativos de los
capitales financieros.
Como efecto de esto, puntualizó, muchas naciones
en desarrollo comparten un diagnóstico común: debemos mucho
y exportamos poco. Nadie puede honrar sus deudas si no puede crecer y vender
sus productos, complementó.
Se quejó de las permanentes demandas y exigencias
que imponen a Argentina organismos como el Fondo Monetario Internacional,
"que parecen no querer ver la situación límite de nuestro
país".
Kirchner reprochó enseguida que la deuda de su
país no haya sido objeto de ningún salvamento por los organismos
internacionales, "como era usual en la década anterior", y exigió
que los acreedores privados enfrenten la envergadura del riesgo que asumían
cuando invirtieron.
Frente a eso, añadió, "no resulta moral
ni racional la protección de quien manejó sus fondos como
si concurriera a un casino de juego".
Para el sudamericano, la opción de que se perdone
-como ocurrió con Irak- la deuda contraída por gobiernos
dictatoriales debería aplicarse a su país, pues durante un
régimen similar, en el período 1976-1983, "se concretó
el más acelerado y significativo crecimiento de nuestra deuda".
Pidió a Estados Unidos proceder con el espíritu
que lo animó a ayudar a Europa y llamó a diseñar un
"verdadero Plan Marshall" que ayude a todo el continente americano, pues
"necesitamos que América mire a América".
Antes de participar en la plenaria de jefes de Estado,
Kirchner se había reunido precisamente con Bush, quien, de acuerdo
con algunas versiones, ofreció su apoyo a Argentina en la negociación
que este país realiza con el FMI.
Según fuentes de la delegación argentina,
durante el encuentro privado el jefe de la Casa Blanca dijo que su país
ayudaría a Argentina, pero sobre todo reconoció que esa nación
"se está ayudando a sí misma, y eso es lo más importante".
De acuerdo con las mismas versiones, Bush ofreció
"apoyo a ustedes, pero son ustedes los que están participando en
el juego". No precisaron, sin embargo, qué tipo de ayuda específica
está dispuesto a otorgar a la nación sudamericana.
|