México D.F. Sábado 3 de enero de 2004
Pasa de 35 a 63 días el mínimo
obligatorio en cartelera
Ordena gobierno brasileño aumentar periodo de
exhibición de cintas nacionales
AFP
Rio de Janeiro, 2 de enero. El gobierno brasileño
aumentó de 35 a 63 días el período mínimo obligatorio
para exhibición de películas de producción nacional,
en una medida que agradó a productores cinematográficos pero
generó desconfianza entre empresarios de las salas de proyección,
según la prensa este viernes.
El
decreto firmado por el presidente Luiz Inacio Lula da Silva, publicado
en el Diario Oficial, determina que una vez en cartelera las películas
nacionales deberán permanecer por lo menos 63 días, y que
las cadenas de salas de proyección que no acaten la norma estarán
expuestas a una multa.
El secretario del área de Audiovisuales en el Ministerio
de Cultura, Orlando Senna, dijo a la prensa que la llamada 'cuota de pantalla'
es una medida tradicional en el sector y que se propone ampliar la participación
de las películas nacionales en el mercado.
"La cuota de pantalla es una reserva de mercado muy usada
en los países emergentes para proteger el cine nacional de la ocupación
total del producto extranjero hegemónico, que en este caso es el
cine estadunidense", dijo Senna al diario O Globo, en declaraciones
divulgadas este viernes.
El año pasado, cuando la cuota de pantalla para
las películas nacionales era de 35 días, la ocupación
de las producciones nacionales en el mercado pasó de 6% a 22%. El
público para películas nacionales pasó de siete millones
de personas en 2002 a casi 20 millones en 2003.
El largometraje Carandirú llevó nada
menos que 4.7 millones de espectadores a las salas de proyección.
De las 10 películas más vistas en Brasil en 2003, tres eran
brasileñas.
"El éxito de la producción depende de la
garantía de exhibición de películas. Una franja mayor
de exhibición es también una garantía de que el cine
brasileño va muy bien", acotó Senna.
Para la productora Mariza Leao, la extensión en
el período mínimo de exhibición es fundamental para
apoyar a las producciones de menos recursos.
"Yo no tengo dudas de que la cuota de pantalla funciona.
Las grandes producciones no precisan de eso, pero una película promedio
precisa de soporte, y no se puede prescindir de eso", dijo Leao a O
Globo.
En tanto, entre los empresarios de las salas de exhibición,
es difícil prever si las producciones de 2004 tendrán condiciones
de repetir el desempeño de 2003.
"Una medida así en estos momentos significa colocar
el sector sobre riesgos, porque no se puede garantizar que el desempeño
será repetido", dijo Valmir Fernandes, presidente del grupo Cinemark,
el mayor grupo del sector, con 272 salas en todo el país.
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