México D.F. Sábado 3 de enero de 2004
Cuestiona el titular de Protección Civil del DF a las autoridades responsables
Necesario, explicar por qué no sonó la alerta sísmica el jueves pasado
ANGEL BOLAÑOS SANCHEZ
Los responsables del sistema de alerta sísmica deberán explicar por qué no se activó la alarma el jueves, durante el temblor de 6.3 grados en la escala de Richter, que tuvo su epicentro en la costa de Guerrero, donde hay 12 estaciones de monitoreo, señaló el director general de Protección Civil del Gobierno del Distrito Federal, Luis Wintergerst Toledo.
El funcionario informó que se recibieron más de 2 mil 500 llamadas reportando presuntos daños estructurales en edificios, pero en ningún caso se detectó alguna afectación ocasionada por el sismo.
Explicó que en la ciudad hay alrededor de 80 edificios que resultaron dañados por el temblor de 1985, de los cuales unos 27 están considerados como de muy alto riesgo, y no se han podido demoler por problemas legales. Algunos han sido invadidos, advirtió, aunque no hay un censo preciso sobre el número de inmuebles en esa situación.
En el Programa General de Desarrollo Urbano, elaborado por el Gobierno del DF y que aprobó en diciembre pasado la Asamblea Legislativa, se advierte que la ciudad, y en general la Zona Metropolitana del Valle de México, presenta un alto grado de vulnerabilidad ante fenómenos naturales, situación que se agrava "por la desarticulación de la protección civil con la política territorial, por el incumplimiento de la normatividad y debido a una deficiente infraestructura vial que dificulta la respuesta oportuna ante desastres".
En el documento se señala que las características geológicas y orográficas del territorio del DF determinan una vulnerabilidad diferenciada ante la actividad sísmica que proviene principalmente de la brecha de Guerrero. "Existen áreas que se ven afectadas por la amplificación sísmica, zonas minadas, pendientes inestables, espacios potencialmente inundables y suelos compresibles, debido al abatimiento del nivel de los mantos freáticos, sobre todo los que se encuentran en zonas de subsuelo arcilloso de los antiguos lagos".
El diagnóstico añade que aun con los esfuerzos del gobierno para fomentar una cultura de la protección civil, prevalece una "reducida socialización" de las experiencias en anteriores desastres, lo que limita la aplicación de programas preventivos. Si bien reconoce avances en el Reglamento de Construcciones tras los sismos de 1985, previene ante la falta de instrumentos y medios requeridos frente a desastres, debido a los recursos financieros limitados.
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