México D.F. Sábado 3 de enero de 2004
El conficto Madrazo-Gordillo, o la escisión
en el PRI por cumplir compromisos de campaña
2003: de las crisis en partidos al choque entre el
Congreso y Fox
La pérdida de 55 escaños y la sanción
del IFE marcaron el "difícil" año para Acción Nacional
Gasto electoral excesivo motivó la salida intempestiva
de Rosario Robles del PRD
CIRO PEREZ SILVA
La inesperada renuncia de Rosario Robles a la dirigencia
del Partido de la Revolución Democrática (PRD), el rompimiento
entre Roberto Madrazo y Elba Esther Gordillo y el retroceso del Partido
Acción Nacional (PAN) en las elecciones federales dibujaron un estado
de crisis que trascendió la pugna por el control al interior de
los tres principales partidos políticos durante 2003, y alcanzó
a lastimar la relación entre el Presidente de la República
y el Congreso.
En
el Partido Revolucionario Institucional (PRI) 2003 culminó con un
reacomodo de grupos que por momentos amenazó con convertirse en
gran rompimiento. Madrazo y Gordillo, que se hicieron de la dirigencia
del partido al ganar la presidencia y secretaría general, respectivamente,
no lograron sobrevivir como fórmula política y se enfrentaron
públicamente; ella, desde la posición de promover el ajuste
fiscal foxista, y él, abanderando el compromiso de su partido para
no gravar con el impuesto al valor agregado (IVA) alimentos y medicinas,
terminaron por fragmentar aún más al PRI.
Aunque hay quienes consideran que el enfrentamiento entre
Madrazo y Gordillo fue "anecdótico" y sirvió para llenar
espacios y tiempos en los medios de información, lo cierto es que
dividió al partido, desde la dirigencia hasta los gobernadores,
pasando por los sectores campesino, popular y obrero hasta los sindicatos
afines al tricolor.
Para el responsable de los procesos electorales en ese
partido, César Augusto Santiago, el PRI pudo ganar prácticamente
en 2003 todos los comicios en los que participó, pese a haber estado
"en las peores condiciones de desventaja", tanto por el conflicto interno
como por la sanción que le impuso el Instituto Federal Electoral
(IFE) tras la campaña electoral de 2000.
"A esto debe sumarse la abusiva campaña del presidente
Fox contra los partidos y el Congreso (...). Y no para, siempre con un
propósito electoral evidente, que muestra el interés de Fox
por enfrentar al PRI, y las veleidades del IFE; siempre contra el PRI",
asegura Santiago.
Admite
que cualquier divergencia en la directiva de un partido tiene repercusiones,
"sin duda", pero afirma que en este caso los priístas debieron defender
las ofertas que hicieron en campaña contra un grupo de dirigentes
y legisladores que pretendieron olvidar sus compromisos".
"Nuestra fortaleza sigue (...). Lo demás son cuestiones
anecdóticas. Han servido para que en el partido se tomen mejores
decisiones", apunta el funcionario priísta. "El gobierno hablaba
de democracia, y quería obligar a los diputados, por conducto del
presidente del partido, a que votaran en determinado sentido su propuesta
de reforma fiscal; eso es lo que estaba a debate. Parecería que
ni el gobierno ni ese grupo de diputados y dirigentes del PRI entienden
que el IVA en alimentos y medicinas es un asunto que detesta la gente,
que nunca va a pasar", sostiene.
Año muy difícil para el PAN
Alejandro Zapata Perogordo, secretario de Acción
de Gobierno del PAN, resume lo que significó 2003 para ese instituto
político: "Ha sido un año muy difícil para el PAN",
particularmente en lo que toca a los resultados electorales del pasado
6 de julio -proceso en que perdieron 55 escaños en la Cámara
de Diputados- y por la falta de reglas para la convivencia política
entre los partidos, que dio pauta para que todos aquellos que están
pensando en ganar elecciones se fueran contra el gobierno y el partido
de donde emana, con un golpeteo que derivó en que no se cumplieran
finalmente los acuerdos asumidos.
"En tanto no haya un marco regulador sobre los acuerdos
políticos, habrá quienes se comporten como lo hicieron en
los últimos meses de 2003; hubo quienes hicieron lo que quisieron,
no respetaron su palabra y acabaron traicionando no al PAN o al gobierno,
sino al país entero", sostiene.
Aunque
Zapata Perogordo advierte que en los pasados 12 meses el blanquiazul
ha ido colocando cimientos para entrar con ventajas en una segunda fase
de la transición o consolidación democrática", admite
que el tema de Amigos de Fox afectó a su partido, más que
por los señalamientos sobre el excesivo gasto de campaña
de Vicente Fox, por el mal manejo del PAN en los medios de información.
"Ha sido un asunto al que le han dado una dimensión
distorsionada y mucho más grande de lo que realmente era; sí
gastó dinero adicional al tope de campaña, pero el tema relevante,
fuerte, era el del Pemexgate, donde había delitos y una serie
de excesos impresionantes, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de
la Federación dijo que el tope de campaña de Fox se rebasó
en 20 millones de pesos, pero el tope de campaña del PRI pasó
de los mil millones de pesos, y sin embargo dejamos que mediáticamente
creciera un asunto que nos afectó, sin duda", dijo.
Como en 2003, durante este año -cuando se celebrarán
10 procesos electorales para gubernaturas en el país- continuarán
las alianzas estratégicas entre PRI y PRD. "Obviamente el enemigo
a vencer es el PAN", asegura Zapata Perogordo, quien ubica en las decisiones
presidenciales -que han tenido que asumir como partido en el gobierno-
parte importante del argumento de las oposiciones en las campañas
electorales. "Creo que por ahí se nos han estado pasando", admite.
Campaña con sabor agridulce
El PRD tampoco estuvo exento de conflictos internos. Destaca
que entre enero y julio de 2003 este partido hizo un desembolso "como nunca
en su historia" para enfrentar las elecciones intermedias, gasto que se
erogó sobre todo en medios de comunicación.
"Fue una campaña mediática muy onerosa en
términos económicos; con una estrategia en la que se privilegió
a medios y nos dejó un sabor agridulce, porque por un lado logramos
un incremento en diputados que pasó de 54 a 95 -posteriormente a
97-, pero no pudimos vencer la meta de alcanzar 20 por ciento de la votación
nacional; nos quedamos en 18", reconoce el Comité Ejecutivo Nacional
perredista.
Considera que el resultado electoral y el enorme gasto
ejercido causaron un déficit en el PRD y abrieron una crisis en
la dirección de ese partido, que se prolongó un mes y que
llegó a su clímax con la renuncia de Rosario Robles en agosto.
"La renuncia presentada sorpresivamente en el Consejo
Nacional abrió una crisis que pudo haber sido más prolongada
y de mayores consecuencias para el PRD, pero el Consejo Nacional pudo reducirla
a una crisis de 36 horas, con el nombramiento de Leonel Godoy, quien obtuvo
una muy alta votación en el propio consejo", señala.
El
CEN del PRD sostiene que en agosto y septiembre se abrió un periodo
de estabilización interna para evitar que la crisis se prolongara,
y que a partir de octubre ese partido entró en un trabajo electoral
que les dio "buenos resultados" en Tabasco, San Luis y Colima, entre otros.
"Estos resultados nos dejan en buena posición para
las campañas de 2004", insiste, no sin admitir que en la última
parte de 2003, entre octubre y diciembre, el balance no es "satisfactorio",
no sólo porque se aprobó un Consejo General del IFE ajeno
a las expectativas del PRD, sino por la derrota de la propuesta fiscal
del gobierno, que resultó en un alto costo político tanto
para el Presidente de la República como para el Congreso.
"La ausencia de acuerdos legislativos no deja de lastimar
al Congreso. El desencuentro del Legislativo con el Presidente dejó
pendiente no la propuesta fiscal a la que Fox apostó todo su capital
político, sino que mostró a una Cámara de Diputados
incapaz de elaborar la propuesta alternativa que el país requiere."
Ahora -dice- los tiempos para el acuerdo se acortan, especialmente
en 2004, cuando los partidos se "atrincheran" electoralmente, "por eso
fue más dramático el desecuentro" con el Congreso.
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