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México D.F. Viernes 26 de diciembre de 2003
El organismo es el reflejo de un gobierno oxidado
y burocrático, dice el cinefotógrafo
El Imcine no debe desaparecer, pero sí restructurase:
Lubezki
En Hollywood, hacer cine es como hacer calcetines, pero
ganas bien, afirma El chivo
Actualmente filma en Los Angeles Lemony Snicket,
basada en libros de historias para niños
JUAN JOSE OLIVARES
Luego de la insistencia y presión de la Secretaría
de Hacienda hacia los diputados para que aprueben la venta del Instituto
Mexicano de Cinematografía (Imcine), de los Estudios Churubusco
y del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC), el cinefotógrafo
mexicano Emmanuel Lubezki, uno de los más reconocidos en Hollywood,
que ha sido dos veces postulado para los premios Oscar y quien fotografió
recientemente la cinta El gato (actualmente en cartelera), opinó
vía telefónica desde Los Angeles: ''El hecho de que quieran
vender el CCC me parece espeluznante, pero el problema del Imcine es mucho
más delicado. Sin duda habría que restructurarlo, porque
de que no ha funcionado como debería, es verdad, pero no cerrarlo.
Si nos sentáramos a negociar sería difícil imaginar
cuál sería el mejor Imcine para la industria nacional, para
que funcionara o que no fuera tan disfuncional económicamente, eso
es complejo, pero el hecho de que lo quieran exterminar es un horror. Entonces
que exterminen Bellas Artes y todo la cultura de México. Es increíble.
Es difícil de creer, espero que no pase nada. Todo esto se ve terrible".
Lubezki
es un director de fotografía muy requerido en Hollywood. Ha trabajado
en cintas como La princesita (dirigida por Alfonso Cuarón),
La leyenda del jinete sin cabeza (por las que fue postulado a los
premios de la Academia estadunidense), Y tu mamá también,
Alí, Grandes esperanzas, ¿Conoces a Joe Black?, Un paseo
por las nubes, La dura realidad, Como agua para chocolate (por la que
ganó un premio Ariel), De mesmer, con amor o té para dos
(cortometraje ganador de la Semana de la Crítica en Cannes), entre
otros trabajos. Actualmente filma la cinta Lemony Snicket (historia
basada en unos libros para niños, "que si funciona, será
una serie como Harry Potter").
Aunque le parece "espeluznante" la venta de Imcine, El
chivo, como se le conoce, considera que esta instancia "tiene esa burocracia
de un gobierno que tampoco funciona muy bien, es el reflejo de un gobierno
que no ha funcionado bien por mucho tiempo. ¿Cómo restructurar
un organismo como Imcine? Si me llamaras y me dijeras qué hacer,
pues no sabría. Se requiere de mucha gente que se una para replantear
qué es lo que se necesita para que funcione.
''Y es importante que entre esa gente estén directores
y todas esas personas con las que se va a trabajar. Los que están
fuera ya no necesitan a Imcine. Un organismo así es un espejo de
cómo funciona un gobierno oxidado y burocrático. En ese sentido
no se cuánto pueda independizarse del régimen, aunque se
siguieran usando recursos públicos; todo eso es la parte delicada."
-¿Qué alternativas ve para mejorarlo?
-Nunca ha funcionado ese sistema de un consejo que decide
quién filma y quién no, porque a veces se escoge a la misma
gente. También se hacen películas que en su mayoría
no se pueden recuperar económicamente. La cuestión es: ¿debemos
hacer películas que recuperen? o ¿existimos para hacer el
tipo de cintas que no importa si se recuperan o no?
-¿La falta de solidaridad y unión se veía
reflejada en el Imcine?
-Claro. Hay algo de esa cosa terrible de que hay muy poco
y mucha gente que quiere la ayuda; entonces es desleal la lucha entre toda
la gente que requiere el apoyo. No es tan fácil filmar, es todo
un proceso creativo en el que se requiere lana, necesitas ayuda
y gente que ayude a producirla, un equipo grande. Sí hay eso de
que la tecnología permite economizar. Por ejemplo, mi asistente
de cámara realizó sola su filme; fue al banco y pidió
un préstamo, aunque ahora se encuentra con el problema de quién
la quiera comprar. Ahora, en México ese asunto de los préstamos
nunca ha funcionado. No puedes ir a un banco a que te presten, porque ni
siquiera lo hacen para comprarte una casa o un tractor, nada. Y es otra
vez el reflejo de la disfuncionalidad de un país.
-¿Cuáles son las diferencias de trabajar
en México y en Estados Unidos?
-La diferencia es que acá hay una gran industria
y las cintas que hago son industriales; es como hacer otro producto, es
como si estuviera en la industria textil, como si hiciera suéteres
a gran escala, o calcetines. Los directores no son realmente los autores
de las películas. Es una industria en donde no puedes cambiar la
forma del suéter o de los calcetines porque la gente no los compraría.
En ese sentido te empiezas a cansar de cómo funciona la situación.
Pero en otro sentido, ganas mejor, puedes vivir de lo que haces. Por ejemplo,
puedo hacer una película para la industria y otra independiente,
y así me la voy llevando. En México pasa esto de que si no
hay lana, no se produce.
Lubezki agrega: ''Yo decidí que quería vivir
de esto y me agrada que pueda hacer algo para la industria, además
de que me mantengo chambeando, porque siempre hay temor de oxidarse, de
que trabajas y luego no lo haces en seis meses o un año. Muchos
cineastas dirían que no vale la pena el sacrificio, puede que tengan
razón".
El cinefotógrafo trabajó recientemente en
el proyecto llamado Asesinato de Richard Nixon, que produjeron Jorge
Vergara y Alfonso Cuarón, de Anhelo producciones (los mismos que
produjeron Y tu mamá...) y en la que varios mexicanos trabajan.
"El director de esta cinta es mi amigo, y ya sabes, trabaja Sean Penn...
es una cinta que en Estados Unidos nadie quería producir porque
era un tema político", asevera.
-Como cinefotógrafo, ¿puede impregnar algo
de su estética a esos trabajos industriales?
-Es lo que siempre trato de hacer, a veces el animal,
la bestia de la película y del estudio te deja hacerlo, aunque sea
poco. Pero la más reciente que hice, El gato, totalmente
industrial, que debió ser la más sencilla porque había
más dinero y donde el director era mi amigo, fue la cinta más
difícil para mí, y en la que más he sufrido, porque
es una gran comedia, en la que el actor se metía al cuarto de edición
y trataba de cambiar la película y eso afectó la imagen final,
la posproducción y el tiempo que se tenía previsto para acabarla.
Es algo irónico que sea una comedia tonta la película más
difícil que he hecho. Pero con la que he gozado más y la
que se ha hecho con menos dinero fue Y tu mamá también,
la más satisfactoria, la que veo con más cariño.
Habla sobre su reciente trabajo en Lemony Snicket,
que se filma en Los Angeles. "Es el nombre del autor de libros para niños.
Cuando entré a este proyecto lo hice porque el director es mi amigo
y porque se hace en Los Angeles, y la verdad se me antojaba estar cerca
de mi familia. Es una cinta complicada en el sentido de que si sale bien,
se harán Lemony 1, Lemony 2, 3, 4 y 5. Lo difícil
es también porque los actores son muy poderosos, y en la que otra
vez es difícil que el director sea el autor, y eso hace que mi trabajo
se dificulte".
El Chivo reitera: ''Volviendo a lo de las escuelas
de cine, lo que aprendes como cineasta es que el director es el que manda,
y tú estás para ayudarlo, pero acá te encuentras que
el director no es la persona más poderosa en el set y eso hace las
cosas complicadas".
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