México D.F. Viernes 26 de diciembre de 2003
Notables diferencias entre las cifras oficiales
y las documentadas por trabajadores
De 1988 a 2003 se desplomó 71% la capacidad
adquisitiva de obreros
En lo que va del sexenio el salario mínimo
sigue acumulando pérdida de poder de compra: UNAM
FABIOLA MARTINEZ
En 2003, el salario mínimo cayó casi un
punto porcentual, con ello, la "recuperación real" de este indicador
quedó en 1.3 por ciento, es decir, el avance que destacan los funcionarios
del gobierno federal no es más que una contención del desplome
de 71 por ciento del poder adquisitivo registrado de 1988 a la fecha.
Así, los trabajadores que ganan un salario mínimo
(mil 326.96 pesos al mes hasta el cierre de este año) continúan
prácticamente en las mismas condiciones que en los dos sexenios
anteriores. No hay mejoría, sólo pueden comprar poco más
de una cuarta parte de lo que podían adquirir al inicio de los años
80.
La controversia entre organismos públicos y los
investigadores en materia laboral respecto a la evolución del minisalario
radica no sólo en el año de referencia para empezar a medir
la carrera entre precios y salarios, sino en la inclusión -en la
estadísticas oficiales- de las prestaciones y bonificaciones fiscales,
rangos que, según el gobierno federal, aportan 20 por ciento del
sueldo total de los trabajadores con ese ingreso.
De
acuerdo con el informe anual de la dirección técnica de la
Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami), durante
2003 el ingreso mensual de un trabajador de percepción mínima
en el área geográfica A (Distrito Federal, Baja California,
entre otros) con prestaciones mínimas de ley, equivalía a
mil 670.87 pesos.
Ese monto se integró por mil 326.96 pesos por concepto
de "salario", más 60 pesos promedio de prestaciones, más
283.89 correspondiente a la bonificación fiscal; en una situación
similar se ubican los trabajadores del resto del país, aún
con el aumento a este indicador, de 4.25 por ciento, en promedio, aprobado
el viernes de la semana pasada y que, en los bolsillos de los obreros,
equivale a no más de 1.8 pesos diarios adicionales.
Las bonificaciones fiscales al minisalario
El origen de las llamadas bonificaciones fiscales se remonta
a 1993, cuando derivado de las reformas a la Ley del Impuesto sobre la
Renta (ISR), los trabajadores con ingresos por debajo a dos veces el salario
mínimo estaban exentos de este gravamen.
Cabe precisar que en 1994, el Congreso de la Unión
aprobó la modificación a la tabla de "crédito al salario",
lo cual significó un incremento adicional de 3 por ciento en el
ingreso de aquellos que recibían hasta 2 veces el minisalario. Dos
años después, esta bonificación se amplió al
rango de entre uno y tres salarios mínimos y quedaron desgravados
en esa misma escala.
Hasta el 31 de diciembre de 2001 el pago de la bonificación
era absorbido por el gobierno federal, toda vez que el patrón lo
descontaba de los impuestos federales entregados al fisco. No obstante,
en 2002 fue decretado el "impuesto sustitutivo del crédito al salario"
con el que el gobierno federal ofreció al empleador la opción
de absorber la bonificación entregada al trabajador a cambio de
no pagar el impuesto de nueva creación en referencia.
Por ese motivo, la tasa -supuestamente a favor del trabajador-
ascendió a 4 por ciento a partir de enero de 2003, por lo que los
empresarios demandaron ante tribunales federales la inconstitucionalidad
de ese impuesto.
El 13 de mayo de 2003, el pleno de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación determinó "inconstitucional" el artículo
tercero transitorio de la Ley del Impuesto Sobre la Renta, referente al
impuesto sustitutivo del crédito al salario, y el lunes pasado,
la Cámara de Diputados finalmente lo derogó.
En el informe de la Conasami, documento de casi 700 páginas,
se detalla la variación anual del salario mínimo desde 1988;
en ese año -tomado como base del cálculo- inició el
desplome con 11 puntos y, en los años consecutivos la merma fue
de 8.4, 12.6, 5.8, 3.3 y 1.2 por ciento para concluir el sexenio de Carlos
Salinas de Gortari con -0.3 por ciento.
En la administración siguiente el desplome siguió
año tras año con 13.5, 9.9, 0.6 y 3.5 por ciento, salvo una
cifra ligeramente positiva en 1998 de 0.7 y al cierre de 2000, con 0.8
por ciento.
Para 2001 la variación positiva siguió en
un nivel ínfimo con 0.5 y 0.7 en 2002. Al cierre del presente año
nuevamente el balance es negativo con una variación anual de menos
0.9 por ciento.
Las diferencias estadísticas
Por lo anterior, los resultados oficiales y las cifras
que emiten instancias de origen académico no "cuadran". El Centro
de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la Facultad de Economía
de la UNAM, por ejemplo, afirma que durante los tres primeros años
del gobierno del presidente Vicente Fox el salario mínimo continúa
acumulando pérdida de poder de compra.
Lo anterior, asegura, porque la inflación acumulada
fue de 5.7 por ciento; sin embargo, el incremento total al salario mínimo
fue de 4.6 por ciento; por ello, subraya, "no es posible la recuperación
que indica Fox". Los académicos del CAM sustentan sus cifras en
el avance de productos de consumo popular o básico. Tan sólo
en el año que concluye el kilogramo de tortilla pasó de 5
a 5.50 pesos (10 por ciento de incremento), situación que se ha
repetido en el precio de leche, pollo y huevo.
El CAM, instancia que en 1978 inició el estudio
de la canasta obrera indispensable (COI) y el salario mínimo, señala
que de diciembre de 1982 a la fecha el precio de la COI acumuló
un incremento de 76 mil 651 por ciento, mientras que el minisalario lo
hizo en 15 mil 51, esto es, el precio de 35 bienes y servicios de consumo
básico aumentó 400 por ciento más que la percepción
en referencia.
En el mismo tenor se ubican los estudios de la Universidad
Obrera de México, por lo que se aprecia difícil que coincidan
las estadísticas oficiales y las de diversos académicos.
La Conasami detalló también que hasta octubre
de 2003, respecto al año anterior, hubo una reducción de
314 mil 204 cotizantes inscritos en el IMSS con salario mínimo,
principalmente en la industria de la transformación, los servicios
para empresas y el comercio.
Debido al anterior descenso, la masa de asalariados con
percepción mínima llegó a su escala histórica
más baja al ubicarse en 10 por ciento respecto al total de inscritos
en el Seguro Social.
Son los micronegocios, de hasta 10 trabajadores, los que
dieron empleo a 1.9 millones de trabajadores, de los que 30 por ciento
recibe salario mínimo. Mientras tanto, las grandes empresas (más
de 300 adscritos) ocuparon 4.2 millones de empleados, de los que sólo
3.3 por ciento son personal con percepción básica de ley.
En tanto, los trabajadores con ingresos de entre uno y
dos veces el salario mínimo aumentaron su número en 68 mil
502 cotizantes, mientras los registrados con más de dos veces el
minisalario se constituyeron, con 166 mil 604 inscritos más, en
el rango en el que se ubica más de la mitad de los asalariados en
el país con seguridad social.
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