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México D.F. Miércoles 3 de diciembre de 2003
PRI: LO QUE ESTA EN JUEGO
La
moneda está en el aire. Hoy, por decisión mayoritaria del
Consejo Político Nacional del PRI, debe elegirse un nuevo coordinador
de la bancada de esa organización en la Cámara de Diputados,
en remplazo de Elba Esther Gordillo, quien a su vez se ha declarado en
rebeldía y ha anunciado que no deja el cargo. Están abiertas,
de esa forma, las perspectivas de la escisión, de la guerra interna,
de la sumisión negociada por los elbistas y de la traición
del liderazgo de Roberto Madrazo Pintado a los diputados disidentes. Sumisión
y traición son actividades en las que los priístas suelen
estar muy bien entrenados y no es prudente, por ello, descartar una recomposición
cosmética de última hora en el seno del salinismo bicéfalo
que ostenta el control del PRI. Pero no es, tampoco, una salida probable,
si se considera el cúmulo de intereses que se juegan con la coordinación
de la fracción priísta en la Cámara de Diputados.
Son diversos y complejos los motivos de los legisladores
disidentes para haber logrado lo que parece ser la defenestración
de la dirigente sindical, al igual que las razones de ésta para
aferrarse al puesto de una manera tan poco elegante, por decir lo menos.
Sin duda, en la actitud de los primeros hay un componente de decoro y dignidad
personal, así como consideraciones ideológicas adversas a
las reformas foxistas de las que Gordillo Morales es impulsora; por su
parte, la lideresa moral del SNTE exhibe una gula de poder característica
de los caciques y charros sindicales de la vieja escuela priísta;
pero, más allá de motivaciones personales, debe verse que
la coordinación en disputa es, en el panorama político presente,
una posición fundamental desde la cual es posible alentar o frenar
grandes definiciones nacionales, especialmente en materia energética
y fiscal. Gordillo Morales llegó a ese puesto para fungir como bisagra
entre las "modernizaciones" salinistas y las "reformas" foxistas, respaldada,
por supuesto, por sus amistades en Los Pinos y por sus filias con el ex
presidente que la impuso como secretaria general del SNTE, y cimentó,
de esa forma, el prolongado cacicazgo de la todavía secretaria general
priísta.
Así pues, en la disputa por la coordinación
de los diputados del PRI se cruzan intereses partidistas -los de las facciones
priístas confrontadas-, gubernamentales -los de funcionarios foxistas
para quienes Gordillo Morales ha sido una aliada casi imprescindible-,
y empresariales -los de los consorcios interesados en la apertura energética-,
además de los agravios y las rencillas personales o las diferencias
programáticas e ideológicas en la bancada.
Independientemente de esos factores, es claro que si hoy
los legisladores del tricolor logran quitarse de encima a la coordinadora
incómoda y elegir con normalidad a su sucesor, darán
un paso importante en la superación de las más oprobiosas
prácticas priístas de sujeción, cooptación
y corrupción, y reabrirán para su partido, la perspectiva
de posicionarse como una fuerza política opositora, distante del
poder presidencial, comprometida con la defensa de la soberanía
nacional y la atención de las necesidades populares. Se trataría,
en todo caso, de una mera perspectiva, toda vez que, en lo inmediato, la
caída de Gordillo Morales sería un triunfo automático
de Roberto Madrazo Pintado, quien no ha ido a la zaga de la chiapaneca
en el afán de convertirse en interlocutor y operador de la Presidencia
de la República.
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