México D.F. Sábado 29 de noviembre de 2003
Carta abierta a los soldados de EU en Irak
Aférrate a tu humanidad
Stan Goff
Estimado servidor o servidora de las fuerzas armadas en
Irak:
Soy un veterano del ejército en retiro, y mi propio
hijo está entre ustedes, paracaidista como yo. Los cambios que les
están ocurriendo a todos ustedes -algunos más extremos que
otros- son cambios que conozco muy bien. Voy a decirte, pues, algunas cosas
directas en el lenguaje al que estás acostumbrado.
En 1970 me asignaron a la brigada aerotransportada 173,
acantonada entonces en el norte de la provincia de Binh Dinh, de lo que
era en ese tiempo la república de Vietnam. Cuando fui allá
tenía la cabeza llena de mierda: mierda de los medios noticiosos,
mierda de las películas, mierda de lo que supuestamente significaba
ser hombre, y mierda de un montón de vecinos ignorantes que nos
contaban montones de cosas sobre Vietnam aunque nunca habían estado
allí ni en ninguna otra guerra.
La esencia de toda esta mierda era que teníamos
que "mantener el curso en Vietnam" y que estábamos en una misión
para salvar a los vietnamitas buenos de los vietnamitas malos, y para evitar
que los malos vietnamitas desembarcaran en las costas de Oakland. Mantuvimos
el curso hasta que 58 mil estadunidenses estaban muertos y muchos más
lisiados de por vida, y 3 millones de asiáticos habían perecido.
Ex militares e inclusive muchos en servicio activo tuvieron un papel importante
en poner punto final a ese crimen.
Cuando comencé a oír hablar de armas de
destrucción masiva que amenazaban a Estados Unidos desde Irak, un
país destrozado que había soportado más de una década
de guerra de trincheras seguida por una invasión y 12 años
de sanciones, mi primera pregunta fue cómo diablos podía
alguien creer que esta acongojada nación pudiera representar una
amenaza para Estados Unidos. Pero luego recordé cuántas personas
creyeron que Vietnam era una amenaza para nuestro país. Yo entre
ellas.
Cuando
ese disparate sobre las armas se deshilachó como una camisa de dos
dólares, los políticos que cocinaron esta guerra les dijeron
a todos, entre ellos a ti, que serían saludados como grandes libertadores.
A nosotros nos dijeron que estábamos en Vietnam para asegurar que
todos los vietnamitas tuvieran derecho al voto.
Lo que no me dijeron es que antes de que llegara allá,
en 1970, las fuerzas armadas estadunidenses habían estado incendiando
aldeas, matando ganado, envenenando tierras de cultivo y bosques, matando
civiles por deporte, bombardeando poblados enteros y cometiendo violaciones
y masacres, y que las personas dolidas y enfurecidas por esos actos no
estaban en posición de entender la diferencia entre yo y las personas
que les habían hecho eso: sólo sabían que éramos
del mismo país.
Lo que a ti no te dijeron es que entre 1991 y 2003 más
de millón y medio de iraquíes murieron de desnutrición,
falta de atención médica y malas condiciones sanitarias.
Más de medio millón de los que murieron eran los más
débiles: los niños, sobre todo los muy pequeños.
Mi hijo que ahora está allá tiene un bebé.
Visitamos a nuestro nieto cada vez que podemos. Tiene 11 meses. Muchos
de ustedes tienen niños, así que saben lo fácil que
es amarlos de veras, y amarlos tanto que todo su mundo se vendría
abajo si algo les pasara. Los iraquíes sienten lo mismo por sus
bebés. Y no van a olvidar que el gobierno de Estados Unidos es responsable
en gran parte por la muerte de medio millón de niños.
Así que la mentira de que serían recibidos
como libertadores fue nada más eso: una mentira. Una mentira para
que el pueblo de Estados Unidos abriera su bolsillo para financiar esta
obscenidad, y una mentira para animarte a ir a combatir.
Y cuando pones esto en perspectiva, sabes que si fueras
iraquí probablemente tampoco te fascinaría que soldados estadunidenses
se apoderaran de tus pueblos y ciudades. Esta es la cruda realidad que
descubrí en Vietnam. Cuando estuve allí supe que si fuera
vietnamita, habría sido uno de los vietcong.
Pero allí estábamos, siguiendo órdenes
en un país que pertenecía a otro pueblo, haciendo el papel
de ocupante sin conocer a la gente, su idioma o su cultura, con la cabeza
llena de pendejadas que nuestros llamados líderes nos habían
dicho durante el entrenamiento o en preparación para el despliegue,
e incluso cuando llegamos allá.
Allí estábamos, enfrentando a personas a
quienes se nos ordenaba dominar, cualquiera de las cuales podría
estar lanzando morteros o disparando rifles AK contra nosotros esa
misma noche. La pregunta que queríamos hacer era: ¿quién
nos puso en esa situación?
En nuestro proceso de combatir para so-brevivir, y en
el proceso de ellos de tratar de expulsar a un invasor que violaba su dignidad,
destruía su propiedad y mataba a sus inocentes, vimos que quienes
nos habían pues-to frente a ellos eran sujetos que tomaban esas
decisiones ataviados con trajes de 5 mil dólares, que reían
a carcajadas y se daban palmadas en la espalda en Washington con el pinche
culo retacado de cordon blue y caviar.
Nos vieron la cara. A cualquiera puede pa-sarle lo mismo.
Así estás tú ahora, sólo que con menos árboles
y menos agua.
No hemos encontrado aún cómo detener a esos
políticos de cara afilada, hambrientos de petróleo, que se
palmean la espalda en Washington, y parece que vamos a estar entrampados
allá un poco más de tiempo. Por eso quiero contarte el resto
de la historia.
Yo cambié allá en Vietnam, y no fueron cambios
agradables. Comencé a verme em-pujado hacia algo que tenía
necesidad del dolor de otra persona. Nada más para que no me tomaran
por un "pinche misionero" o un posible traidor, aprendí cómo
encajar en ese grupo que era intocable, unos tipos demasiado locos para
meterse con ellos, que deseaban esa sensación de omnipotencia que
da prender fuego a la casa de alguien por puro gusto, o matar, hombre,
mujer o niño, sin pensarlo dos veces. Tipos que tenían el
poder de vida o muerte porque podían hacerlo.
La rabia ayuda. Es fácil odiar a todos aquellos
en quienes no podemos confiar dadas las circunstancias, y enfurecerse por
lo que he-mos visto, por lo que nos ha ocurrido y por lo que hemos hecho
y no podemos deshacer.
Para mí fue pura actuación, una forma de
tapar miedos profundos que no podía nombrar, y la razón que
ahora entiendo es que teníamos que deshumanizar a nuestras víctimas
para poder hacer lo que hacíamos. Muy dentro de nosotros sabíamos
que estaba mal lo que hacíamos. Así pues, se volvieron dinks
o gooks, como ahora los iraquíes se vuelven cabezas de trapo
o hajjis. Había que reducir a las personas a niggers
para poder lincharlas. No hay diferencia.
Nos convencimos de que debíamos matarlos para sobrevivir,
aunque no era cierto, pero algo en nuestro interior nos decía que
mientras fueran seres humanos, con igual valor intrínseco que nosotros
teníamos como humanos, no podíamos incendiar sus casas y
graneros, matar sus animales y a veces hasta asesinarlos. Usamos esas palabras,
esos apodos para rebajarlos, para despojarlos de su humanidad esencial,
y ya entonces podíamos hacer cosas como ajustar el fuego de artillería
a los chillidos de una bebé.
Hasta que esa bebita enmudeció, y he aquí
algo importante que hay que entender: esa bebita nunca entregó su
humanidad. Yo sí. Nosotros sí. Es lo que tal vez tú
no entiendas hasta que sea demasiado tarde. Cuando privas de su humanidad
a otro, matas tu propia humanidad. Atacas tu propia alma porque se interpone
en el camino.
En fin, terminamos nuestra gira y regresamos con nuestras
familias, y ellas pueden ver que, a pesar de que funcionamos, estamos vacíos
y somos ya incapaces de conectarnos realmente con la gente, y tal vez podamos
seguir durante meses o incluso años antes de llenar con anestésicos
químicos -drogas, alcohol- ese vacío en el que abandonamos
nuestra humanidad, hasta que nos damos cuenta de que jamás podrá
llenarse y nos pegamos un tiro, o nos arrojamos a la calle, donde podemos
desaparecer entre la escoria de la sociedad, o herimos a otros, en especial
a quienes intentan amarnos, y terminamos como otra estadística de
prisión o enfermos mentales.
Jamás podrás escapar al hecho de que te
volviste racista porque fabricaste el pretexto que necesitabas para sobrevivir,
para quitarle a la gente cosas que nunca podrás devolverle, o que
mataste una parte de ti mismo que tal vez jamás recobrarás.
Algunos de nosotros sí podemos. Tenemos suerte
y alguien se interesa lo bastante para resucitarnos emocionalmente y traernos
de nuevo a la vida. Muchos no. Yo vivo con rabia cada día de mi
vida, aun cuando nadie la ve. Puedes escucharla en mis palabras. Detesto
que me vean la cara.
Aquí está, pues, mi mensaje para ti. Harás
lo que tengas que hacer para sobrevivir, según la definición
que tengas de sobrevivencia, mientras nosotros hacemos lo que tengamos
que hacer para poner fin a esto. Pero no entregues tu humanidad para encajar,
para probarte a ti mismo ni para darte un levantón de adrenalina.
Ni para desquitarte cuando estés furioso o frustrado. Ni para que
algún desgraciado político militarista de carrera haga méritos
contigo. En especial el consorcio Bush-Cheney, de gas y petróleo.
Los altos jefes tratan de ganar control de las reservas
energéticas del planeta para torcerles el brazo a los futuros competidores
económicos. Eso es lo que pasa, y necesitas entenderlo; luego haz
lo que sea necesario para aferrarte a tu humanidad. El sistema te dice
que eres una especie de héroe de acción, pero te usa como
pistolero. Te ve la cara.
Esos que llaman tus líderes civiles te ven como
un bien fungible. No les importan tus pesadillas, el gas que estás
respirando, la soledad, las dudas, el dolor, ni cómo tu humanidad
se va desgajando poco a poco. Recortarán tus beneficios, negarán
tus enfermedades y esconderán del público a tus muertos y
heridos. Ya lo están haciendo.
A ellos no les interesa. Así que tú tienes
que hacerlo. Y para conservar tu humanidad debes reconocer la humanidad
en las personas cuya nación estás ocupando y saber que tanto
tú como ellas son víctimas de esos malditos ricachones que
dan las órdenes.
Ellos son tus enemigos -los trajeados- y son enemigos
de la paz, de tu familia, en especial si es negra, inmigrante o pobre.
Son ladrones y buscapleitos que toman y nunca dan, y dicen que "jamás
saldrán corriendo" de Irak, pero tú y yo sabemos que jamás
tendrán que correr porque los muy hijos de la chingada no están
allá. Tú sí.
Seguirán engañando y sonriendo mientras
obtienen lo que desean de ti, y cuando hayan acabado contigo te arrojarán
a la basura como un condón usado. Pregúntales a los veteranos
a quienes en estos días les están recortando sus beneficios.
Bush, Rumsfeld y sus amigotes son parásitos, y son los únicos
beneficiarios del caos en el que tú estás aprendiendo a vivir.
Ellos se llevan el dinero. Tú te llevas las prótesis, las
pesadillas y las enfermedades misteriosas.
Así pues, si tu rabia necesita un objetivo, allí
están ellos, los responsables de que estés allá y
de que sigas allá. No puedo decirte que desobedezcas porque con
eso me colocaría probablemente fuera de la ley. Será una
decisión que tú tendrás que tomar cuando las circunstancias
y tu conciencia así lo dicten, llegado el caso. Pero es perfectamente
legal negarse a obedecer órdenes ilegales, y las órdenes
de maltratar o atacar a civiles son ilegales. Ordenarte guardar silencio
sobre esos crímenes también es ilegal.
Puedo decirte, sin miedo a consecuencias legales, que
jamás tendrás la obligación de odiar a los iraquíes,
jamás tendrás obligación de entregarte al racismo
o al nihilismo y a la sed de matar por matar, y jamás estarás
obligado a permitir que te despojen de los últimos vestigios de
tu capacidad de ver y decir la verdad a ti mismo y al mundo. No les debes
tu alma.
Vuelve a casa sano y salvo. Las personas que te aman y
que te han amado toda la vida te esperan aquí, y queremos que regreses
y seas capaz de mirarnos a la cara. No dejes tu alma en el polvo como un
cadáver más. Aférrate a tu humanidad.
Stan Goff, sargento mayor del ejército de Estados
Unidos (Ret.)
Tomado de CounterPunch
Acusan al ejército de ocupación
estadunidense del asesinato de dos niñas en Ibn Firnas
Ataque de la resistencia iraquí a base de EU
deja un soldado muerto
La acción rebelde con morteros en Mosul ocurrió
horas después de la visita de Bush a Bagdad
Admite Condoleezza Rice que el país árabe
es aún un lugar peligroso para los estadunidenses
REUTERS, AFP Y DPA
Bagdad, 28 de noviembre. Un ataque con morteros
contra una base estadunidense cobró hoy la vida de un soldado en
Irak, horas después de que el presidente George W. Bush hiciera
una sorpresiva visita a Bagdad.
Una portavoz militar informó que el soldado murió
cuando una bom-ba de mortero impactó el cuartel general instalado
por la 101 división aerotransportada en uno de los palacios del
depuesto presidente Saddam Hussein, en la norteña ciudad de Mosul,
y otro disparo hirió a un trabajador iraquí.
Desde que Bush declaró el fin de los principales
combates, el pasado primero de mayo, 190 soldados de Estados Unidos han
muerto a ma-nos de la resistencia iraquí.
Por separado, el comando central estadunidense afirmó
que soldados de la primera división de infantería con base
en el oeste de Bagdad hi-rieron a un niño de siete años en
el pie, cuando apuntó con un rifle AK-47 a tropas que se
le acercaban.
En
una declaración, agregó que el niño está siendo
tratado en un hospital de Bagdad y que el incidente está bajo investigación.
Por otro lado, el ejército estadunidense desmintió
estar implicado en la muerte de dos hermanas iraquíes cerca de Baquba,
60 kilómetros al norte de Bagdad.
En comunicado dirigido a Afp en Bagdad, las fuerzas invasoras
afirmaron que el jueves soldados que perseguían a dos hombres que
es-taban cavando un hoyo en un cam-po al norte de Baquba encontraron el
cuerpo sin vida de una niña.
Testigos presenciales
Más tarde, la policía iraquí y las
fuerzas estadunidenses hallaron los restos de otra niña. Las tropas
invasoras asistieron a la entrega de los dos cadáveres en la morgue
del hospital general de Baquba.
Un policía, Hussein Ali, declaró que las
fuerzas estadunidenses en-tregaron a la policía el cadáver
de una de las niñas "alegando que estaba en posesión de un
arma".
El hermano de las niñas, Qusai, de 18 años,
dijo que "las tropas es-tadunidenses desplegadas en el aeropuerto de Ibn
Firnas (a siete kilómetros de Baquba) abrieron fuego el jueves a
mediodía contra mis hermanas Fátima y Azraa, de 15 y 12 años,
respectivamente, ma-tándolas, cuando estaban recogiendo leña
en un campo distante 30 metros de los soldados".
Mientras, el gobierno de Estados Unidos estaría
cediendo a la presión de la mayoría chiíta de Irak
y ya no descarta una nueva reforma de su política en este país,
que implicaría la elección directa de un gobierno de transición,
informó es-te viernes la prensa estadunidense.
Según el diario The Washington Post, la
Casa Blanca cree que de este modo lograría poner de su parte al
ayatola Ali Sistani, la principal autoridad chiíta en Irak, quien
ha criticado hasta ahora el calendario estadunidense para la restauración
de la soberanía en Irak.
El plan de la Casa Blanca prevé que se forme un
gobierno de transición a mediados de 2004. Este deberá ser
designado por un Parlamento de transición, que no será elegido
libremente sino determinado por asambleas.
De acuerdo con el calendario, Irak tendrá elecciones
libres y una Constitución a finales de 2005.
En tanto, la consejera de Seguridad Nacional de Bush,
Condoleezza Rice, estimó que la situación está mejorando
en Irak, pero reconoció que sigue siendo peligrosa, al ser entrevistada
por televisoras estadunidenses tras la visita relámpago y secreta
de Bush a Irak.
"Es simplemente falso afirmar que nada ha cambiado" en
los ocho meses de ocupación, declaró a la ABC desde el rancho
presidencial de Crawford, pero reconoció que "Irak es aún
un lugar peligroso, y eso no es un secreto para nadie".
Agregó que "los iraquíes están tomando
el control de su propio futuro. La mayoría del país se mantiene
tranquilo y estable. Están planeando y buscando la transferencia
de soberanía. Ocupan los ministerios, las escuelas están
abriendo, todo eso está pasando", indicó.
Hillary visita a soldados
La senadora por Nueva York, Hillary Clinton, viajó
este viernes a Bagdad para subir la moral de los soldados. La ex primera
dama lle-gó proveniente de Afganistán, donde celebró
el Día de Acción de Gracias con las tropas.
Acompañada por el senador de Rhode Island, Jack
Reed, Hillary se reunió con el jefe de la administración
civil provisional de Irak, Paul Bremer, y luego almorzó con soldados
oriundos de su estado.
La esposa de Bill Clinton, advirtió sobre el "gran
desafío" en Irak, y exhortó a Bush a modificar su estrategia
de reconstrucción para permitir que Naciones Unidas de-sempeñe
un papel más importante.
A su vez, soldados estadunidenses detuvieron a un ex general
y guardaespaldas de Saddam Hussein, así como a un jeque sospechoso
de haber organizado ataques contra las fuerzas invasoras.
El ex general Jalid Arak Hatimi, uno de los principales
guardaespaldas del derrocado líder iraquí, se-gún
el ejército estadunidense, fue detenido con otras tres personas
en la provincia occidental de Anbar.
Hatimi mantenía lazos estrechos con las tribus
a lo largo de la frontera con Siria, lo que utilizó para introducir
armas de contrabando a Irak, de acuerdo con las fuentes.
Asimismo, el jeque Taha Kitar, quien fue detenido también
junto a otras tres personas en su casa de Haswah, 50 kilómetros
al sur de Bagdad, está acusado de instigar a estudiantes a perpetrar
ataques contra las tropas invasoras.
Finalmente, un iraquí naturalizado estadunidense
fue condenado en Alemania a cuatro años y nueve meses de prisión
por haber suministrado a Irak material para la construcción de armamento.
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