México D.F. Sábado 29 de noviembre de 2003
Hoy se inaugura la versión 17 de la Feria
Internacional del Libro de Guadalajara
Sorpresa de quebequenses por los amagos a la cultura
en México
Los escritores Chassay, Pozier y Pellerin explican el
apoyo oficial de Quebec y Canadá en ese campo ''La política
cultural de un país debe estar protegida por leyes y programas claros''
MONICA MATEOS-VEGA ENVIADA
Guadalajara, Jal., 28 de noviembre. Convencidos
de la hermandad que existe entre la cultura mexicana y la quebequense,
decenas de poetas, narradores y ensayistas provenientes de esa provincia
francófona de Canadá se encuentran listos para hacer su arribo
editorial a México mediante la decimoséptima Feria Internacional
de Libro (FIL) de Guadalajara, que este sábado se inaugura.
El
Fondo de Cultura Económica (FCE) da el banderazo de bienvenida a
los creadores de Quebec con la edición de tres antolo-gías:
de poesía (Latinos del norte); de narrativa (¿Un
continente a la deriva?), y de ensayo (El hilo de la memoria),
preparados por Bernard Pozier, Gilles Pellerin y Jean-François Chassay,
respectivamente.
En entrevista con La Jornada, los tres autores
afirman que el apoyo gubernamental a la cultura, tanto en Quebec como en
todo Canadá, no se debe tanto al gusto de las autoridades por la
literatura o el arte, ''simplemente consideran que se trata de industrias
rentables".
Por ello, se sorprenden al saber que en México
sus colegas libran, una vez más, otra batalla contra el gobierno
que pretende gravar los libros y desaparecer algunas instituciones culturales.
''¿Cómo? ¿Acaso no entienden que
la industria editorial da empleo a cientos de personas? ¿Que un
'librito" cualquiera mueve la economía? Pensábamos que aquí
era más importante la literatura, que ésta no se apoya como
es debido en Quebec, pues allá tenemos dos televisoras estatales
que transmiten programas culturales, pero ninguno específicamente
sobre asuntos literarios. En cambio, vimos aquí, en Canal 22, varias
emisiones dedicadas a las letras. No pensamos que la realidad fuera distinta."
Unidos por la latinidad
Pellerin, presidente y director literario de la editorial
L'Instant Même es quien define las características de los
vasos comunicantes entre México y Quebec: ''Nos unen el imaginario
colectivo del continente, la latinidad, el padecer que Estados Unidos se
haya apropiado de América, las huellas que perduran de religión
católica, en particular, respecto a la idea que tenemos del mal,
la culpa y el pecado. Aunque los autores, tanto mexicanos como quebequenses,
aborden temas muy locales, u otros como la soledad o la condición
humana, sus fundamentos son iguales.
''Por ejemplo, las preocupaciones de Juan Rulfo, específicamente
las que plasmó en Pedro Páramo acerca de la condición
de los campesinos, pueden hallarse entre nuestros narradores; en Quebec
también ha habido miseria entre nuestra población rural.
Inclusive la hostilidad del paisaje del Comala rulfiano es muy similar
a los inviernos quebequenses."
El poeta Bernard Pozier, presidente de la Maison de la
Poésie de Montreal asegura que, no obstante la hermandad de culturas,
a los lectores mexicanos ''quizá les sorprenderá uno de nuestros
temas recurrentes: la defensa tan apasionada que hacemos de nuestra lengua
francesa; es algo muy importante para nosotros, tanto que se ha vuelto
una especie de angustia, de inseguridad. Y a nosotros nos sorprende de
México el arraigo que tiene aquí la familia, pues nuestra
sociedad vive una especie de atomización, hay muchas personas que
viven solas".
Jean-François Chassay, ensayista y fundador de
diversas publicaciones, así como del periódico Le Devoir,
reitera que es gracias a la presión que los escritores y editores
han ejercido sobre las autoridades como han obtenido ventajas para la industria
del libro: ''Hace 40 años se crearon en Quebec las primeras instituciones
oficiales para apoyar la creación literaria, las que se han mantenido
ha sido por el interés y compromiso de los propios autores.
''Si comparamos la situación de Quebec con la de
países pequeños como Hungría o Suecia, e inclusive
con provincias como Cataluña, vemos que nuestro gobierno no apoya
tanto a los editores como se cree, no les da tantos subsidios. Es decir,
nuestras autoridades todavía no dan una señal clara de interés
por la cultura. No es una crítica a nuestro gobierno, pero, aunque
tenemos funcionarios que tienen mucha fe y se preocupan mucho por la cultura,
el apoyo a ésta no debería depender de la voluntad de una
o dos personas. La política cultural de un país debería
estar protegida por leyes y programas claros y precisos."
Impulso de la literatura inuit
Acerca de la literatura indígena, que poco a poco
se abre un espacio en los escenarios quebequenses, en particular la de
las comunidades inuit, Pellerin explica que, como sucede en México,
estas voces todavía no ocupan un lugar a la par que las creaciones
''urbanas".
El problema no es sólo una cuestión de racismo
o marginación, sino que, en el caso inuit, ''su literatura no tiene
más de 20 años y son una comunidad pequeña. Aún
tienen muy arraigada su tradición de narradores orales. Entonces,
se necesita más de una generación de escritores inuit para
que su literatura sea independiente y sobresalga".
El editor Gilles Pellerin, el ensayista Jean-François
Chassay y el poeta Bernard Pozier prepararon tres antologías sobre
escritores de Quebec, publicadas por el FCE, con las que esa provincia
francófona hace su arribo literario a la FIL FOTOS CARLOS CISNEROS
|