El rebelde del acordeón habla de su nueva producción, Una visión

El vallenato va a tardar en colocarse, pues en México prefieren la cumbia: Celso Piña

''Quería hacer solo este disco, pero muchos llamaron para participar, ni modo de decirles no''

ARTURO CRUZ BARCENAS

"Cuando Gabriel García Márquez me felicitó -el pasado mayo en una fiesta privada en el consulado de Colombia en Monterrey-, para mí, luego de más 20 años de andar en esto del vallenato, por fin me gradué", expresó el músico regio Celso Piña, oriundo de la ciudad de los cerros, quien en entrevista habló de su nuevo disco con Peerles MCM-Warner Music, titulado Una visión, del que dijo es como una fiesta a la que había invitado a unos diez y llegaron unos treinta. "Es para ponerse feliz", añadió.

Ha progresado desde que en el Cerro de la Campana levantaba polvo con su acordeón a cuestas. Eso en lo económico. Se mantiene neta y afirmó que ha sabido esperar. "Compadre, a mí antes de todo esto me invitaban a ir a tocar a Estados Unidos, pero para qué. Yo tenía que entrar por la puerta grande. Así fue. Cuando vaya a Europa -ya sus temas se transmiten en las radios de Colombia, España, Francia y Bélgica; en Italia un fan le hizo su página de Internet- será igual. Ni antes ni después". Lo mismo dice cuando se le pregunta por qué no ha ido a Colombia, la tierra del vallenato.

El es el propulsor del vallenato en Monterrey, que hoy es considerado una subcultura, por desarrollarse entre norteños y gustar a los muchachos, sobre todo los que habitan en el cinturón de miseria, en los cerros. "El vallenato está hoy como hace seis o siete años: muy fuerte. Los empresarios traen músicos que llenan los espacios, como El Volcán, La Expo, donde los pongas".

''Con García Márques me gradué''

En la reunión donde tocó para García Márquez, dijo, "los agasajé con la música de su tierra. Toqué la Cumbia Sampuesana, que es el segundo himno de Colombia. A cualquier colombiano que le toques esa pieza, brinca, baila solo o acompañado. Mucha de mi música ya no es ni de Colombia, sino que son covers de artistas mexicanos. Algunos me pasan temas, como Elefante, o Bacilos, aunque de éste sus integrantes son de varias nacionalidades. Los de Elefante son muy buena onda, por eso se merecen estar donde están, y estarla haciendo en España. Se la habían pellizcado bastante tiempo. Con ellos toco Canto pa' mi gente, que la hicimos en el estudio del Duende Bubulín.

"A Bacilos también le dio algo de curiosidad que un mexicano tuviera tanta predilección por el folclor colombiano. Con ellos cantamos Bésala ya, que ya no es la cumbia cumbia, o el vallenato vallenato, sino que suena a fusión. Vamos a seguir así. Yo quería hacer un disco en vivo, por allá, por la Expo, yo solo, y órale, que sonara chingón, y puros éxitos, pero las cosas no salieron así. Llamaban a la disquera pidiendo hacer algo conmigo. Ni modo de decir que no. El no es muy duro en lo que sea, para todo.

"Respondí que por mí no había problema. Dije que quien quisiera entrar, pues órale. Están los que dije, más Cartel de Santa, Cabas, Kronos Quartet, Los Angels e Inspector, más otros compas que llegaban ahí al estudio. Ni modo que les digas que no, tú no toques. Está cabrón. Por eso pedí que quien fuera con la buena vibra, órale".

No obstante esa disposición, "mucha gente quedó fuera, pero eso ha pasado con los tres discos de fusiones y no puedes darles la espalda. Del disco que viene no sé qué va a pasar. Estoy por lo que venga. Es imposible para mí hacer un disco solo, porque hay músicos muy importantes que están esperando una oportunidad. Algunos grupos norteños me han dicho 'qué gacho, güey'. Les digo que si no es pa'l próximo es pa'l otro, que un buen día tienen que entrar. Eso a mí me da un chingo de gusto".

Puedo decir, afirmó, "que García Márquez es mi amigo, porque ya tuve el gusto de saludarlo; me felicitó, nos abrazamos. Es una cosa tan bonita... A veces la vida da sorpresas que no sabes ni qué onda. Fue como estudiar una carrera de 20 años y que me dieran mi diploma, Ƒcómo? Cuando él bailó. Se aventó el gavilanazo, acá, y todos lo siguieron. Bailó Macondo, que ya si no la bailara...".

Tumbar las resistencias

-Mucha gente quiere oír al Celso de hace años, pues se resiste al cambio...

-Lo bonito es tumbar las resistencias. Le sacas más sabor a tu trabajo cuando vences resistencias. Yo sé de eso, porque en mis inicios nadie me quería. ƑQuién mejor que yo va a saber de resistencias? Es un logro; es como aquél que se crece al dolor.

Aclaró que el segundo disco que grabó con Warner, Mundo Colombia, no se vendió igual que el primero, Barrio Bravo, porque influyó que hubo cambios en la compañía. "La compañía donde yo estaba absorbió otra, y más cosas, y se hizo un desmadre, por la transición".

-ƑPor qué no entra el vallenato a otros estados?

-Porque la gente está acostumbrada a la cumbia, que es más fácil. El vallenato es de Monterrey, pero si lo llevas a Laredo o a Ramos Arispe, ahí se desinfla. Es algo curioso. Al principio a mí no me dejaban tocar en ningún lado, salvo con los cuates, sólo ahí me daban chanza. Estaban acostumbrados a oír a Rigo Tovar y a Xavier Pasos, y todo eso, pero yo no era bien recibido en ninguna parte. Luché, batallé, y llegué, pero pasaron 20 años. Hoy el vallenato es el rey en Monterrey. šAl chile! Para que entre el vallenato a otros estados va a tardar, de perdida unos cinco años, pero sin quitar el dedo del renglón.