México D.F. Miércoles 26 de noviembre de 2003
This is what democracy looks like narra
lo ocurrido durante la cumbre de la OMC, en 1999
En Seattle se gestó la victoria del espíritu
de las protestas: Freidberg
El video es la respuesta a la versión oficial
que se dio sobre el conflicto, asegura la periodista
Gracias al documental, muchas personas entendieron cuál
es el papel de EU en el mundo, agregó
LUIS HERNANDEZ NAVARRO
Un corte en la historia se produjo en noviembre de 1999
en Seattle, Estados Unidos, cuando miles de globalizados protagonizaron
una revuelta que descarriló la reunión de la Organización
Mundial del Comercio (OMC). Con música de Rage Against the Machine
y Jim Page, la narración de Susan Sarandon y Michael Franti y la
participación de decenas de anónimos camarógrafos,
el video This is what democracy looks like da cuenta de esos días
que conmovieron al mundo.
Dirigido
por Jill Freidberg y Rick Rouley, el documental describe, según
Naomi Klein, de manera "hermosa y apasionada... el espíritu de las
protestas". Con duración de 72 minutos, la obra es una producción
de The Independent Media Center y Big Noise.
Jill Freidberg, periodista independiente nacida en Seattle,
antropóloga de 35 años de edad, integrante del movimiento
internacional para redefinir los medios masivos, se encuentra en la actualidad
en México filmando un nuevo documental sobre el conflicto magisterial
y el papel de los maestros. A cuatro años del movimiento platicó
con La Jornada sobre su trabajo y aquellas jornadas de lucha.
Un momento de poder
-¿Cómo nace la idea de hacer este video?
-Antes de que comenzara el encuentro de la OMC en Seattle,
un grupo de personas comenzó a trabajar en el Indy Media Center,
para facilitar la cobertura informativa. Yo coordiné el equipo de
video del centro. Llegaron personas de todo Estados Unidos y de muchos
otros países para colaborar con la cobertura informativa de los
eventos. El resultado final fue que tuvimos más de 200 horas de
video que recogimos de activistas que llevaban cámaras en las calles.
Recogimos esta enorme cantidad de material informativo alternativo. Cuando
las manifestaciones y los mítines habían terminado, era claro
que el evento de la semana tenía mucho más significado histórico
para redefinir el futuro político de Estados Unidos de lo que parecía
en un comienzo. Necesitábamos producir una obra más amplia
sobre lo que había sucedido. Así que Rick Rowley, de Big
Noise, y yo nos pusimos a seleccionar y editar las 200 horas de grabación
durante nueve meses.
-¿Tenían un guión?
-No al comienzo. Sabíamos qué era lo más
significativo de lo que había sucedido durante la semana, y que
lo que queríamos capturar en el video era la importancia de la coalición
que se había manifestado. Queríamos mostrar los diferentes
grupos de sindicatos, estudiantes, anarquistas, amas de casa que se juntaron,
independientemente de su historia y sus diferencias, para demostrar que
tenían poder y que habían obtenido un triunfo. Y también
queríamos tener una mirada realista sobre la naturaleza de esa coalición,
su significado en el futuro, su importancia en la lucha contra el neoliberalismo
en Estados Unidos.
-Desde el movimiento se construyeron distintas versiones
de los hechos. Los anarquistas elaboraron un relato, los sindicalistas
vieron las cosas de otra manera; ¿cómo decidieron ustedes
cuál versión divulgar?
-Lo que tratamos de hacer fue capturar el punto de encuentro
de todas estas versiones y cómo las historias de esa semana que
cada uno contaba habían permitido obtener una victoria, un momento
de poder.
Freno a las mentiras de los medios en EU
-Una vez que el video estaba listo, ¿cómo
lo presentaron a la sociedad estadunidense?
-La idea que estaba detrás de la hechura del video
era que debía servir como una herramienta para los movimientos sociales
en Estados Unidos y el resto del mundo para movilizar a la gente en otras
luchas. Así que no hicimos el video teniendo en mente la audiencia
televisiva nacional, sino con el objetivo de frenar las mentiras de los
grandes medios de comunicación masivos. Nosotros fuimos directamente
a los grupos de base. Usamos el primer aniversario del evento como una
fecha para organizar presentaciones del video en distintas ciudades y pequeñas
localidades por todo el país. También trabajamos en otros
países con organizaciones de estudiantes, maestros, iglesias, sindicatos.
A partir de ese momento el testimonio se convirtió en una bola de
nieve. Hoy en día hay quien sigue usando el video para que las personas
se junten y dialoguen sobre cómo movilizarse y organizarse.
-¿Cómo se recibió ese material en
Estados Unidos? ¿Cuál fue la respuesta? ¿Gustó?
¿Fue útil?
-Los grupos que participaron en Seattle recibieron el
video muy bien. Por ejemplo, el video presenta una visión crítica
del movimiento obrero en Estados Unidos, así que muchos sindicatos
lo usaron para enseñar a sus afiliados esa parte de su historia.
Sin embargo, la respuesta más fuerte vino de quienes no estuvieron
allí. Personas que habían estado en su casa viendo televisión
y que creyeron que sólo se había tratado de un conflicto
violento protagonizado por personas que no sabían por qué
estaban luchando, o que se trataba tan sólo de una bola de sindicatos
proteccionistas o de hippies tar-díos. Ver lo que realmente
sucedió fue una experiencia que abrió los ojos de muchos
que no habían estado allí y que no habían querido
estar allí, que no tenían la más mínima idea
de qué era la OMC, y que a partir de entonces tuvieron el deseo
de ver y saber más.
La objetividad no existe
-Está por cumplirse el cuarto aniversario de las
protestas; ¿qué balance hace usted de lo sucedido desde entonces?
¿Es optimista en relación con lo que aconteció después?
-Sí y no. Creo que Estados Unidos definitivamente
cambió después de Seattle, en el sentido de que un número
mayor de personas tienen ahora diferentes perspectivas, y de que más
grupos poseen un mayor sentido de que la movilización en este país
es parte de una lucha global y se debe participar más en ese conflicto
global. Esos grupos tienen hoy una visión más clara de cuál
es el papel de Estados Unidos en el mundo. Nosotros salimos de Seattle
convencidos de haber sido testigos del nacimiento de un nuevo movimiento.
También de que habría una nueva unidad. En Miami, durante
las movilizaciones contra el ALCA, hemos visto a sindicalistas entrenándose
en tácticas de desobediencia civil. Se han intercambiado métodos
de lucha.
''No, en el sentido de que el debate sobre la táctica
a seguir no ha terminado, y seguirá dividiendo a los distintos actores.
Es difícil que se superen las diferencias sobre los estilos de organización
y lucha.''
-¿Ven ustedes una contradicción en ser simultáneamente
testigos y actores del conflicto? ¿No está eso reñido
con la objetividad periodística?
-No. La razón por la que pudimos hacer el video
fue porque estuvimos en las calles con la gente. Las personas que estuvieron
allí filmando no eran algo distinto de la lucha. Este video es un
arma informativa. En Estados Unidos los periodistas invocan la objetividad
en la realización de su trabajo, pero eso no existe. No creo en
la objetividad. ¿Dónde estaba la objetividad en la cobertura
informativa de la televisión comercial? ¿Cuándo le
dieron la palabra a las voces que estaban en las calles? Nuestro trabajo
fue una respuesta a la visión oficial que se dio sobre el conflicto
esos días.
La tenacidad y los extremos
-A cuatro años de distancia de esos acontecimientos,
¿qué es lo que más te impresionó? ¿Qué
recuperarías con más fuerza?
-La tenacidad de la gente, su decisión para regresar
una y otra vez a tomar las calles, a pesar de toda la violencia policial,
de las golpizas, de los gases, de los encarcelamientos. La gente regresó
un día tras otro a poner sus cuerpos en la línea, y no en
un sentido simbólico. Pusieron sus cuerpos en la línea para
evitar el desarrollo del encuentro de la OMC. Esa actitud contrasta con
las antidemocráticas reuniones que se tuvieron dentro de la OMC.
-¿Qué crees que valdría la pena olvidar?
-Los extremos en ambos bandos. Los sindicatos que decidieron
distanciarse de la protesta, que no quisieron tener nada que ver con la
acción directa, y que denunciaron en los medios a los otros grupos.
También los que destruyeron propiedades en un momento muy poco apropiado
y facilitaron que se desvirtuaran otras tácticas.
-Estás trabajando en México en otro proyecto
fílmico relacionado con la educación alternativa y el movimiento
magisterial: ¿cómo nació tu interés en este
asunto?
-Si, estoy trabajando en un documental que busca responder
a la pregunta de cuál es el papel de los maestros en estos tiempos
de neoliberalismo. La intención original del video era recuperar
las luchas magisteriales en México para maestros de Estados Unidos
y Canadá, donde la privatización avanza más rápido
que en México. En este proyecto busco explicar cómo los maestros
están respondiendo en el nivel político a las olas privatizadoras
y cuál es el papel de un educador en la comunidad, cómo están
trabajando junto a los padres de familia.
Si usted está interesado en adquirir el video This
is what democracy looks like, con subtítulos en español,
lo puede encontrar en la librería de La Jornada, ubicada
en avenida Cuauhtémoc 1232, colonia Santa Cruz Atoyac, a dos cuadras
de las estaciones Zapata y División del Norte del Metro. El teléfono
es 9183-0300, extensión 4410. Asimismo, la semana próxima
se realizará una presentación del video en la Casa Lamm,
en fecha aún por confirmar. Esté pendiente.
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