México D.F. Miércoles 26 de noviembre de 2003
Alejandro Nadal
Recuperación en EU: Ƒespejismo o realidad?
ƑPara dónde se mueve la economía de Estados Unidos? El crecimiento en el tercer trimestre del año fue un vertiginoso 8.2 por ciento, ritmo no visto desde 1984. Y ese crecimiento estuvo acompañado de una mayor generación de empleos y de una expansión de la inversión privada de 11 por ciento. Las exportaciones también aumentaron a un ritmo cercano a 10 por ciento. Así que los analistas más optimistas vaticinan una robusta y duradera recuperación.
Sin duda, la evolución de esos indicadores no pasó inadvertida en el gobierno mexicano. Después de todo, su única estrategia ha sido esperar una recuperación en Estados Unidos que permita remolcar a la economía mexicana. Pobre Fox: se ha quedado como vagabundo de la historia, esperando en el andén un tren que no llega. Y lo peor es que aun si llega, podrá jalar a las maquiladoras, pero no a la economía mexicana.
La pregunta es importante: Ƒcómo explicar el crecimiento de la economía estadunidense? Algunos analistas aseguran que la flexibilidad y consistencia de la economía estadunidense es el factor principal de esta recuperación. Afirman que solamente la versatilidad y tamaño de la economía de Estados Unidos permitió soportar el efecto combinado de la ruptura de la burbuja especulativa de los años 90, de los atentados del 11 de septiembre, de los escándalos contables y fraudes estilo Enron, WorldCom y Long-Term Capital Management, así como el peso de la guerra en Afganistán y, sobre todo, en Irak.
Pero esa perspectiva es muy superficial. El tamaño en sí mismo no confiere una ventaja especial. Después de todo, las economías grandes pueden permanecer estancadas largo tiempo, y la economía estadunidense no es excepción.
La versatilidad es una cualidad interesante, pero la economía estadunidense ya no es tan versátil como antes. El mejor indicador es el crecimiento del déficit en cuenta corriente que en los pasados tres años alcanzó 5 por ciento del PIB, el nivel más alto en la historia de Estados Unidos.
Por otro lado, la versatilidad no hace desaparecer dos problemas estructurales que hoy afectan a la economía de Estados Unidos: el grado de endeudamiento de los consumidores y el alto nivel de capacidad instalada ociosa de las empresas.
El endeudamiento es muy alto y por eso el gasto de los consumidores se estabiliza (en septiembre incluso se redujo ligeramente). El servicio de la deuda (como proporción del ingreso de las familias) ya supera el nivel más alto de la década de los 80. Cualquier aumento en la tasa de interés (por ejemplo, si el crecimiento es importante en el cuarto trimestre) empeoraría este cuadro.
Por el otro lado, hoy todavía la industria estadunidense funciona con niveles de capacidad instalada ociosa de 27 por ciento (superior al promedio de la década pasada de 20 por ciento). O sea que los excesos de la burbuja especulativa de los 90 no se han disipado.
Si la versatilidad no es la causa principal del crecimiento del producto estadunidense, Ƒse explica ese crecimiento por la política macroeconómica? Puede ser. Después de todo, la combinación de un fuerte déficit fiscal y una política monetaria expansiva no se observaba desde hace mucho tiempo en Estados Unidos. Lo malo es que esa misma fuente de impulsos dinámicos de corto plazo se acompaña de un freno en el mediano plazo. Es decir, tal y como ha sido concebida y aplicada la política macroeconómica de Estados Unidos, lo que impulsa el crecimiento hoy, será un freno mañana.
La tasa de interés líder en Estados Unidos descendió de 6.5 por ciento a 1 por ciento en tres años. Pero este proceso no deja de ser inquietante porque uno de sus efectos es propiciar una expansión de consumo y sobre-inversión. Y eso es precisamente lo que hacía moverse a la burbuja de los años 90. En lugar de corregir con un ajuste, la política monetaria podría estar prolongando la agonía del ciclo anterior.
En política fiscal, podría pensarse que la reducción de impuestos en el programa de Bush (más de 1.35 billones de dólares en 10 años) constituye una política expansiva. Pero ese paquete fiscal no estuvo diseñado para estimular el crecimiento de la economía, sino para asegurar que el superávit fiscal heredado de la administración Clinton no se invirtiera en acciones de las empresas privadas. ƑSe le habrá ocurrido esa idea a un neoconservador loco cercano a Bush? No. Esa idea nació en la mente febril del mismo Greenspan.
Así, el superávit de 2.5 por ciento del PIB se convirtió en un déficit de 3.5 por ciento este año. El año entrante podría rebasar 5 por ciento. Los voceros de Bush pronostican una rápida reversión de este lago de tinta roja pero un análisis serio revela que el déficit aumentará y durará mucho tiempo. Su impacto sobre la tasa de interés frenará la economía estadunidense.
Los próximos meses revelarán que la recuperación estadunidense es más un espejismo que un proceso real y duradero.
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