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México D.F. Miércoles 26 de noviembre de 2003

BAJO LA LUPA

Alfredo Jalife-Rahme

Georgia: oleoductos y desregulación eléctrica (y política)

Privatización fallida detrás del caso Shevardnadze

LAS SECUELAS DE la puesta en orden de los tan vilipendiados "oligarcas" por el zar Vladimir Putin se empiezan a notar en la periferia inmediata rusa. El golpe propinado desestabilizó los planes de la petrocracia anglosajona y la gasocracia texana. El encarcelamiento del "oligarca" Mijail Khodorkovsky, quien se encumbró en pocos años como el octavo hombre más rico del mundo, gracias a la privatización de Yukos-Sibneft, la cuarta petrolera global, contrarrestó los planes transcaucásicos y centroasiáticos de dos de los grupos trasnacionales anglosajones más poderosos del planeta: el anglo-texano Grupo Carlyle (jefaturado por daddy Bush, James Baker III y el ex primer británico John Major), y el grupo israelí-británico de lord Nathaniel Charles Jacob Rothschild, a quien se le cuadra hasta Heinz Alfred (alias Henry) Kissinger.

EN LA MAYORIA de los casos, las privatizaciones energéticas (hidrocarburos, hidráulica y eléctrica) van acompañadas de privaciones de los derechos de terceros. El criminal "oligarca" Khodorkovsky resultó socio de lord Nathaniel Charles Jacob Rothschild, mediante una empresa fantasma de blanqueo fiscal en Gibraltar, además de miembro dilecto del Grupo Carlyle, según recientes revelaciones estrujantes. Se trata del dominio del energético del futuro -el gas de Rusia, la primera reserva mundial-, pero también del control del mar Caspio, la tercera reserva mundial de petróleo y gas: un mar cerrado que colinda con Asia central y el Transcáucaso que requiere de oleoductos y gasoductos para alimentar las necesidades energéticas de los competidores geoestratégicos de Estados Unidos: China e India, las dos potencias emergentes del siglo XXI, y la Unión Europea y su zona euro, que ha puesto contra la pared al sistema dolarcéntrico.

EL MANUAL DE consulta de la CIA define exquisitamente a Georgia: "situada estratégicamente al este del mar Negro, controla la mayor parte de las montañas del Cáucaso y las rutas que lo atraviesan". El nepotismo dinástico de la familia Bush sufre un serio revés geopolítico con la caída de uno de sus principales aliados durante el proceso de desintegración de la URSS: el georgiano Eduard Shevardnadze, quien fungió como canciller de Mijail Gorbachov. El canciller Shevardnadze, con su mote bien ganado de zorro blanco, colaboró intensamente durante la presidencia No. 41 de daddy Bush (con quien tejió lazos estrechos) en la desintegración de la URRS en la etapa del cándido Gorbachov. Doce años después, en la presidencia No. 43 de baby Bush, el zorro blanco es obligado a dimitir a la presidencia de Georgia mediante Igor Ivanov, el canciller del zar Putin, quien desea restaurar el poderío de Rusia. Cuenta desde luego el tamaño territorial de los países, pero parece pesar más el tamaño de sus gobernantes. Tampoco es lo mismo ser canciller de Gorbachov que de Putin, ni ser el presidente No. 41 que el No. 43 de EU, ni presidente de Georgia durante la fase de Yeltsin que durante el periodo de Putin.

GORBACHOV Y SHEVARDNADZE (otros agregarían a Salinas y a Zedillo) son "venerados" (The Washington Post dixit) en EU en proporción inversa a la que son repudiados en sus países. Richard Boucher, portavoz del Departamento de Estado, reconoció que el dimisionario Shevardnadze era "un estrecho amigo de Washington", quien, según The Washington Post (24-11-03) "contribuyó en la caída del muro de Berlín".

SHEVARDNADZE CONTABA con el apoyo militar directo de EU, pero carecía de muy poco margen de maniobra, debido a graves factores estructurales que ponen en tela de juicio la viabilidad de Georgia como nación independiente cuando está sometida a fuerzas balcanizadoras centrífugas (las provincias separatistas de Abjazia y Osetia del Sur, sumadas al desfiladero Pankisi, la guarida de jihadistas chechenos) donde han chocado los intereses geopolíticos de Rusia y Washington. El líder de la oposición, Mijail Saakashvili, quien operó magistralmente la "revolución de terciopelo" en el Transcáucaso (gracias a la mediación rusa, que impidió el baño de sangre que estuvo a punto de desencadenar el zorro blanco), y Ninó Burdzhanadze, la líder camaral que se convirtió en presidenta interina por 45 días, son descritos por los medios estadunidenses como "pro-occidentales", lo cual, después de la profunda fractura en Irak, sepa Dios qué significa.

EU APOSTO DEMASIADO en el proyecto del oleoducto Bakú (capital de Azerbaiyán) -Tbilisi (capital de Georgia) -Ceyhan (puerto de Turquía) como en el gasoducto Bakú-Tbilisi-Erzerum, ambos diseñados durante la turbulenta tiranía (con máscara democrática y reformista) de Schevardnadze, quien también había apostado todo su futuro político en los trayectos y proyectos del oleoducto y el gasoducto apadrinados por EU, cuyas trasnacionales petroleras sufren un revés similar al de Bolivia, pero de mayor envergadura geoestratégica debido a los actores mayúsculos que participan. The Washington Post resume estupendamente la última década de Georgia: "un país de 5 millones de habitantes que ha sido el aliado clave de EU en la región volátil (del Cáucaso), considerado como un baluarte contra la influencia rusa y conducto crítico para el nuevo oleoducto". Pero, por otra parte, el periódico del establishment considera a Georgia un "estado fracasado" (The Washington Post 15-11-03) -según la taxonomía de los estrategas de la petrocracia anglosajona y la gasocracia texana-, avasallado por una "miseria abyecta" y una corrupción legendaria. ƑQué miseria no es abyecta? La evaluación de la BBC (23-11-03) es muy cruel y pone en tela de juicio el experimento neoliberal del reformista depuesto: "Pese a la gran ayuda estadunidense, Georgia, que fuera una de las regiones más prósperas de la URSS, se volvió más pobre con Shevardnadze".

LA VINCULACION ENERGETICA entre Turquía y Azerbaiyán a través de Georgia incorporaba de facto al eje militar estratégico Turquía-Israel-Azerbaiyán, diseñado por Washington para incrustarse por la puerta trasera al mar Caspio, el objetivo primordial, por sus flancos sur y occidental. Los estrategas del "complejo militar-petrolero-financiero" de EU (con la contribución prominente de Gran Bretaña e Israel, lo cual se subsume en el Grupo Carlyle y en el grupo de lord Nathaniel Charles Jacob Rothschild) pensaban conectar el mar Caspio al mar Negro, así como vincular el Transcáucaso a los Balcanes, los dos pilares estratégicos del mar Negro: la salida geoestratégica de primer orden que controla Turquía, pero, más que nada, una de las cajas de resonancia más estruendosas y sensibles donde se han condensado las altas frecuencias de los últimos siglos. Los Rothschild, la legendaria dinastía de banqueros, conocen perfectamente las comunicaciones entre el mar Caspio y el mar Negro. Ya en 1883 habían financiado la red ferroviaria entre Bakú, la capital de Azerbaiyán bañada por el mar Caspio, al puerto de Batumi (Georgia) en el mar Negro. Ciertas regiones crepusculares del planeta no cambian mucho sus coordenadas geopolíticas a través de los tiempos. ƑProsigue su marcha el guión geopolítico euroasiático según el Nuevo gran juego: sangre y petróleo de Asia central, el libro del periodista alemán Lutz Kleveman que ha cautivado a la petrocracia anglosajona y a la gasocracia texana y que se traslapa con la "guerra de oleoductos y gasoductos" en el Transcáucaso, donde se libran múltiples guerras abiertas y subrepticias desde Chechenia hasta Georgia, por la travesía del oro negro extraído de las entrañas del mar Caspio?

SEA LO QUE fuere, por su dinámica propia, la reciente qaedización de Turquía se ha conectado también a una de sus fronteras: Georgia, que ha entrado a una fase de peligrosa turbulencia que puede contaminar a cualquiera de sus otras tres fronteras, que de por sí mantienen incandescentes las flamas en la parte rusa de Chechenia, donde -a través de los jihadistas teledirigidos- juegan los intereses de los "oligarcas" encabezados por Boris Berezovsky, prófugo de la justicia rusa cómodamente exiliado en Gran Bretaña e íntimo del criminal convicto George Soros, a su vez, "aliado" del encarcelado Khodorkovsky.

CADA VEZ SE asienta más el probable teorema abogado por Bajo la Lupa de que la desregulación eléctrica desemboca en la desregulación política. Sucedió en Argentina y en California, donde su proyecto y trayecto son más nítidos y quizá premonitorios de los tiempos por venir: la desregulación eléctrica encabezada por la gasera mafiosa texana Enron, conectada a los intereses del nepotismo dinástico de la familia Bush, propició un alza exorbitante del precio, gracias a la colusión con otras empresas eléctricas texanas, que contribuyeron en forma determinante al descomunal déficit fiscal del "estado dorado", lo cual llevó a la desregulación política y a su circo electoral del recall (referendo revocatorio) que desembocó en la captura fascista por un vulgar artista de cine partidario y coterráneo de Adolf Hitler, quien también se encumbró en el poder por la vía electoral después del caos financiero. ƑLa privatización desregulada de la electricidad conduce ineluctablemente al desorden político? Lo mínimo que se puede enunciar es que la desregulación eléctrica no es una simple privatización. No es lo mismo una privatización regulada que una regalada u otra desregulada (el regalo mayor a las trasnacionales y/o a los grupos plutocráticos agraciados). California se desreguló desde el punto de vista eléctrico y político, porque el gobierno estatal de Gray Davis, del Partido Demócrata, no pudo impedir en corto tiempo el alza de por lo menos siete veces las tarifas eléctricas de los grupos gaseros texanos coludidos entre sí (con el común denominador de ser grandes donadores del Partido Republicano), lo cual provocó en gran medida su superlativo déficit fiscal que desreguló el ambiente socioeconómico y sicopolítico.

EN GEORGIA el consumo eléctrico es de orden estratégico, a grado tal que hasta en los elevadores se cobra por su uso. No faltan economistas modernos que aducen que el parámetro del consumo eléctrico representa una medición más sensible de la prosperidad y/o la pobreza, dependiendo del caso. En el ocaso de Shevardnadze contribuyó la fallida privatización de la red de distribución eléctrica de Tbilisi en 1998. Georgia padece una severa carencia energética y sufre de constantes apagones que fueron exacerbados por la piratería de la privatización eléctrica y su concomitante privación. Fue nada menos que AES, la principal empresa eléctrica de EU, con sede en Arlington, la que fracasó el proceso de privatización, como también falló en Brasil, donde tuvo que ser rescatada por el gobierno para que los ciudadanos no se quedasen sin luz. Se asienta que las privatizaciones eléctricas no pueden ser generalizadas, como tampoco sus privaciones ciudadanas, al riesgo de desequilibrar las finanzas y la política. Esta es su gran lección en Georgia y en California. Al unísono de la geopolítica de la travesía de los oleoductos y gasoductos en el Transcáucaso, habría que analizar detenidamente qué tanto la fallida privatización eléctrica en Georgia contribuyó a la desregulación política subsecuente que llevó a la renuncia poco gloriosa del zorro blanco. ƑLo sabrá Fox, nuestro zorro blanquiazul? Por lo pronto, se lo notificará la épica megamarcha del 27 de noviembre en defensa de la patria (nuestra acta patriótica eléctrica y energética).

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