El país, ejemplo, dice

México, un buen ciudadano contra la desnutrición: ONU

CAROLINA GOMEZ MENA

Casi dos millones de niños menores de cinco años en México padecen desnutrición, señaló el director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), James P. Morris, quien sin embargo dijo que el país se ubica en un lugar preponderante a escala latinoamericana por la atención que concede a la nutrición infantil y que incluso es considerado como referencia en otras naciones.

De visita en México, precisamente para conocer de cerca el funcionamiento de programas asistenciales, como Oportunidades, Morris dijo que el problema alimentario es el más grave que enfrenta actualmente el mundo porque, con excepción de China, los países no están realizando grandes inversiones para reducir el hambre.

De hecho, admitió que ha disminuido la inversión alimentaria en el mundo respecto de hace 10 años. Diariamente mueren 25 mil personas por hambre, de las cuales 18 mil son niños, explicó.

El Programa Mundial de Alimentos ya no se aplica en México desde 1997 porque hay atención del gobierno para la desnutrición, mientras es necesario enfocarse a otros países, donde el problema es muy agudo, como Afganistán, Corea, Irak y buena parte de las naciones de Africa.

"Nosotros en el programa trabajamos para los más pobres. México no califica para nuestra asistencia porque no nos necesita. Ha sido un buen ciudadano en esta materia, sobre todo por el enfoque que ha dado a la alimentación escolar, donde, de hecho, el programa Oportunidades fue una inspiración para el gobierno del brasileño Luiz Inacio Lula da Silva", dijo.

Para América este programa de la ONU se orienta particularmente a la región central, donde, por dar un caso, 46 por ciento de la población infantil enfrenta problemas de falta de nutrientes en su dieta diaria. "En Centroamérica hay blancos de desnutrición crónica", señaló el funcionario de la WFP, por sus siglas en inglés.

Admitió que el mundo produce suficientes alimentos para toda la población; de acuerdo con sus cálculos 36 dólares al año serían suficientes para alimentar a 300 millones de niños en su estancia escolar, y enfocó su estimación en esa etapa, porque señaló que en aquellas regiones de alta incidencia de VIH-sida la mejor alternativa, además de la medicina para su tratamiento, consiste en educar a los niños sobre las causas de este padecimiento.