México D.F. Martes 25 de noviembre de 2003
Rendirán homenaje a un militante de la
poesía por sus 75 años de vida
Enrique González Rojo persiste en la renovación
de su escritura
Espero haber dicho al menos una parte de lo que deseaba
dejar por escrito, expresa el también filósofo Compartir
el proceso cognoscitivo con los estudiantes es una de sus pasiones
CESAR GÜEMES
Poeta, filósofo, catedrático y hombre de
política, Enrique González Rojo llega a su aniversario 75
con un escritorio lleno de proyectos de trabajo en diversos grados de avance.
Sólido y constante poeta, sus hallazgos literarios abarcan hasta
ahora las tres amplias recopilaciones de Para deletrear el infinito,
mientras la cuarta está ya en preparación.
Como estudioso y practicante de la filosofía cuenta
entre sus aportaciones con seis volúmenes de Obra filosófico-política,
a los que en breve se sumará un tratado sobre ontología y
epistemología que actualmente revisa. Por su labor creativa, su
quehacer en la academia, su desempeño en el terreno político
y su señalada trayectoria dentro de la filosofía, recibirá
el próximo 3 de diciembre un homenaje en el Museo Universitario
del Chopo.
Varios canales creativos
Señala
Graciela González Phillips, quien hace la semblanza de González
Rojo, que el prolífico autor no conoce al aburrimiento, y él
lo corrobora: ''Me he movido en varios canales. La creación literaria
es uno y otro muy importante para mí es la reflexión política
y su práctica. Soy un ser político y como tal no sólo
me he comprometido, sino que estoy interesado en una vertiente de enorme
importancia, la filosofía política. Otro canal es la filosofía,
a ella se remite mi preparación profesional. Y también me
ocupo del magisterio, aunque me jubilé formalmente continúo
con esa labor en talleres y charlas".
Como poeta y hombre de política, expresa no estar
del todo satisfecho, ''porque ningún poeta que realmente esté
creando y busque renovarse o perfeccionar su escritura consigue la plenitud
al cien por ciento. He dedicado toda una vida a escribir poesía
y en algunas ocasiones he conseguido decir algo de lo que esperaba señalar.
Como nunca he separado la pluma del papel, como he sido un militante de
la poesía, espero haber dicho al menos una parte de lo que deseaba
dejar por escrito.
''Del mismo modo, no estoy satisfecho con la actividad
política que me ha correspondido realizar, aunque tampoco me descubro
frustrado porque tengo una diferencia respecto a otros militantes: de manera
constante trabajo en ideas sobre el quehacer político, documento
por escrito los problemas políticos en general y en particular sobre
la realidad mexicana. Sé que es preciso reflexionar en lo que sucede
para buscar salidas a la situación crítica que vive el mundo
y en ese contexto la de nuestro país."
-Es claro que no se divide en los canales señalados
sino que se multiplica, don Enrique.
-Hay vasos comunicantes entre las diferentes actividades
que realizo y por fortuna no se contradicen. Por ejemplo, la filosofía
me ha hecho ganar una temática más amplia que la mayor parte
de los poetas, quienes se dedican a un campo de referencia me parece que
acotado. En cambio, el ejercicio de la filosofía y su estudio me
genera inquietudes no sólo inmediatas o mediatas sino técnicamente
filosóficas, que son de toda la vida. Del mismo modo, la filosofía
recibe una cierta influencia de mi quehacer literario: en el trabajo de
reflexión me interesan mucho las posibilidades imaginativas.
Vocación por el magisterio
-Es muy posible que esos terrenos de trabajo se vean unidos
por el estilo, por su manera personal de abordarlos.
-Es muy posible: no sólo tengo una herencia lírica,
sino también magisterial, ya que mi bisabuelo, el padre de Enrique
González Martínez, era profesor y dedicó su vida al
magisterio. Luego, tanto mi padre como yo nos hemos abocado a la academia.
Así que mis labores se alimentan de mi manera de ser y de las condiciones
y medios en que me he desarrollado.
-¿Qué espacio le deja al apasionamiento
por los oficios y profesiones?
-Uno muy amplio que veo sobre todo en el magisterio. Fui
un apasionado de la cátedra. Nunca acudí al aula sólo
para cumplir con un deber sino por verdadero gusto. Si algo me ha motivado
en la vida es estar delante de un conjunto de estudiantes para analizar
y desglosar ideas, compartir el proceso cognoscitivo en que me veo inmerso.
Luego, para responder a la pasión del magisterio se me ha hecho
preciso continuar mis propios estudios porque no es interesante sólo
repetir lo aprendido, sino abordar el desarrollo de las diferentes disciplinas
que a uno le importan.
''En mi cátedra he expuesto tanto el pensamiento
de tal o cual autor o corriente como mi manera de interpretar ese pensamiento.''
-¿Ha recorrido los caminos de la poesía,
la cátedra, la política y la filosofía sólo
por voluntad?
-Son elecciones a las que me llevó lo mismo una
necesidad interna que la herencia o el trabajo cotidiano. Las tendencias
intelectuales y prácticas se vieron reforzadas en mi caso por un
deseo consciente de desarrollarlas.
-Se ha retirado de la academia, pero no del resto de sus
actividades. El movimiento es una constante de su carácter.
-Mientras impartí clase siempre me dediqué
a leer y estudiar, pero al jubilarme de la academia en vez de sentirme
frustrado me convertí en dueño de mi tiempo y me he dedicado
a jornada completa a trabajar en la poesía, la reflexión
política y la filosofía. Me siento en una etapa marcadamente
productiva en todas mis labores.
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