México D.F. Martes 25 de noviembre de 2003
Inquebrantable lucha para que la justicia lo
castigue por homicidios y otros delitos
Con 320 querellas criminales en contra, pero impune,
Pinochet cumple 88 años
Aparecerá en libros de historia como reo, no
salvador de la patria, celebra abogado chileno
XIMENA ORTUZAR ENVIADA
Santiago, 24 de noviembre. Augusto Pinochet cumple
hoy 88 años. Pasó 65 en el ejército, 25 como comandante
en jefe y, simultáneamente, por 16 y medio años fue gobernante
de facto y el militar en servicio activo más antiguo del
mundo. Exhibe en su historial 30 años de impunidad, 13 de ellos
en democracia.
El 11 de marzo de 1990, sin un solo voto, se parapetó
tras el fuero de senador vitalicio.
Quinientos cuatro días los pasó detenido
en su domicilio circunstancial en Londres, desde el 16 de octubre de 1998
hasta el 2 de marzo de 2000, fecha en que regresó a Chile, rescatado
por gestiones del gobierno chileno "por razones humanitarias". Todo indicaba
que la impunidad de Pinochet sería absoluta.
Sin embargo, el 29 de enero de 2001, privado ya de su
fuero parlamentario, Pinochet fue sometido a proceso y a prisión
preventiva. Lo impensable ocurría en Chile: el ex dictador era declarado
reo por homicidios y secuestros calificados.
En este aniversario el ex dictador acumula 320 querellas
criminales en su contra.
En Santiago de Chile, el abogado Eduardo Contreras Mella,
ex diputado comunista, quien estuvo exiliado en México y presentó
la primera querella criminal en Chile contra Pinochet cuando éste
parecía intocable, lucha aún por que la justicia alcance
a este criminal sobre cuya espalda pesan miles de muertos, torturados y
desaparecidos.
-¿No es utópico lo que se propone?
-También parecía utópico que el Poder
Judicial chileno acogiera la primera querella criminal contra Pinochet,
que interpuse en enero de 1998, a nombre de Gladys Marín -secretaria
general del Partido Comunista (PC) chileno- en representación de
todas las víctimas de la dictadura y en particular por el caso caratulado
como Calle Conferencia, en el cual fueron secuestrados y desaparecidos
varios integrantes de la dirección del PC, entre ellos Jorge Muñoz
Poutays, marido de Gladys. Y la querella fue acogida.
-Fue un acto de audacia inédito en Chile.
-Parecía un acto temerario, y lo hicimos contra
el escepticismo de muchos, la burla de otros tantos, la indiferencia de
muchos más, pero, sobre todo, por la inextinguible esperanza de
miles de víctimas sobrevivientes y familiares de víctimas
que ya no están.
Lucha por lo imposible
-¿Qué
esperaban lograr?
-El desafuero de Pinochet. Nos parecía que eso
era lo máximo que podríamos lograr. Es decir, privarlo de
su inmunidad, lo cual significaba que a juicio de los tribunales había
sobrados elementos para decretar al menos su detención.
-Pero lograron más.
-Sin duda. Y, por sobre todo, logramos demostrar que pese
a lo anunciado por el ex presidente Patricio Aylwin acerca de hacer "justicia
en la medida de lo posible", en Chile se podía intentar la justicia
en la medida de lo imposible.
-A esa primera querella siguieron muchas otras.
-Muchas. Hoy sobrepasan las 300, por distintos casos -en
todos los cuales aparece involucrado Pinochet- y se les conoce con los
nombres de Calle: Prats, Conferencia, Pisagua; o Villa Grimaldi,
Colonia Dignidad, Operación Cóndor, etcétera.
El legajo sobrepasa las 10 mil páginas.
-¿Pinochet fue desaforado, procesado y detenido
sólo por el caso de la caravana de la muerte?
-Sí, porque las causas fueron separadas. El desafuero,
acogido por la Corte de Apelaciones el 8 de junio de 2000 -poco después
del rescate de Pinochet desde Londres- por amplia mayoría, fue por
ese caso. La decisión final quedó en manos de la Corte Suprema,
donde permanecían muchos incondicionales de Pinochet que durante
16 años cerraron ojos y oídos a las denuncias por crímenes
de lesa humanidad.
-Y la Corte Suprema ratificó el desafuero.
-Sí. El peso de la evidencia era tal, que la Corte
Suprema ratificó el desafuero el 6 de agosto del mismo año.
-Que posteriormente lo hayan sobreseído por demencia,
¿no es una derrota?
-Lo es para Pinochet, no para nosotros. Logramos su desafuero,
su procesamiento y su detención. El, en cambio, debió refugiarse
en la demencia y optó por pasar a la historia como loco, además
de genocida. Y hay que recalcar que Pinochet fue sobreseído sólo
por esa causa.
-¿Está realmente loco?
-Por supuesto que no, y eso ha quedado claro durante el
proceso. Los peritos determinaron "demencia subcortical de leve a moderada",
lo cual hace al acusado imputable. La defensa manipuló esos datos
y alteró testimonios porque sabe que no podrá jamás
probar la inocencia de Pinochet.
-¿Qué sintió el día en que
Pinochet quedó desaforado?
-Que había sido un acierto en mi vida elegir ser
comunista y ser abogado.
Lo logrado y lo pendiente
En días recientes Eduardo Contreras presentó
su libro El desaforado, en el cual explica los entretelones del
juicio penal contra Pinochet, que califica del "más importante en
la historia de Chile".
-¿Para poder juzgar a Pinochet por las causas pendientes
debería ser nuevamente desaforado?
-Sí. Pinochet fue desaforado como senador. Pero
en vísperas de que eso ocurriera, el gobierno de Eduardo Frei logró
que el congreso aprobara un nuevo e inexistente fuero, el de "ex presidente
de la república", al que Pinochet se encuentra acogido actualmente.
Esa es otra ignominia de la Concertación (partidos en el gobierno).
Lo salvaron primero de la extradición a España y con este
nuevo fuero le dieron otra forma de evadir la justicia.
-Al sacarlo de Londres la Concertación argumentó
que era posible juzgarlo en Chile y se comprometió a ello. ¿Cumplió
su compromiso?
-No evitaron su procesamiento porque no pudieron, pero
presionaron para evitarlo. El juez Guzmán denunció las presiones
de que fue objeto por diversos sectores, incluido el gobierno, y al respecto
entregó nombres de los emisarios del entonces ministro de Justicia,
José Antonio Gómez. Lo importante es que el juez, que al
principio dudaba de la veracidad de las graves acusaciones contra Pinochet,
terminó convencido de ellas y lo sometió a proceso.
-Sin embargo, a Pinochet no le fue elaborado el prontuario,
con las huellas digitales y la fotografía de su rostro de frente
y de perfil, como a todo delincuente.
-En ese punto el juez Guzmán cedió a las
presiones de la defensa, que argumentó que tal trámite sería
"perjudicial para la salud emocional de su cliente". Y lo aplazó
indefinidamente. Este es el único caso en la historia procesal chilena
en que un reo no tiene esa ficha.
-¿La detención de Pinochet en Londres influyó
en el proceso en Chile?
-Sin duda. Que la Cámara de los Lores británica
desconociera la supuesta inmunidad de Pinochet -argumentada por su defensa
y por el propio gobierno chileno- y aprobara su extradición a España
significó ante los ojos del mundo que Pinochet era culpable. Sin
la intermediación del gobierno de Frei, Pinochet habría sido
condenado.
-¿Es posible desaforar otra vez a Augusto Pinochet?
-Los mejores penalistas, algunos de ellos integrantes
de las cortes de Apelaciones y Suprema, han coincidido con nosotros en
que procede el desafuero de Pinochet y su procesamiento y han votado en
consecuencia. Más aún, el juez Sergio Muñoz ha dicho
que no hacerlo sería denegación de justicia. Pero hay presiones,
hay pactos, hay compromisos.
-Usted sufrió amenazas e incluso un atentado.
-Nos amenazaron siempre. En cuanto al atentado, que nunca
se aclaró debidamente, se trató de un vehículo con
varios sujetos dentro que se abalanzó contra el nuestro, detenido
en la berma de un camino. La consecuencia: Rebeca, mi compañera,
estuvo agónica, a punto de perder una pierna y quedó con
imposibilidad permanente de trabajar. Y esto ocurrió a tres días
de los alegatos en la Corte Suprema para lograr el desafuero de Pinochet.
-Gladys Marín está enferma y tal vez no
vea que se hace justicia en el caso de su marido y de los otros integrantes
de la dirección del PC secuestrados y desaparecidos en 1976. ¿Cuál
es la actitud de ella frente a esa posibilidad?
-Gladys piensa, como yo, que hay que seguir insistiendo.
Si ya logramos desaforar, procesar y apresar a Pinochet por un caso, ¿por
qué no intentar algo más de justicia? Ella es una mujer de
enorme coraje, de fuerza inagotable. No bajará los brazos. Tampoco
yo.
-Han pagado caro por su empeño. ¿Ha valido
la pena?
-¡Caramba que valió la pena! Mis nietos leerán
en los textos de historia de Chile que Pinochet fue declarado reo por los
delitos de homicidio y secuestro calificado, cuando todo estaba planificado
para que apareciera en ellos como "salvador de la patria". Evitar esa enorme
falacia ya es un logro que compensa cualquier costo.
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