El biógrafo de Bukowski, invitado especial del congreso

Neeli Cherkovski meditó sobre la contracultura refugiado en la poesía

JORGE CABALLERO ENVIADO

Lagos de Moreno, Jal., 23 de noviembre. Ayer la tercera jornada de primer Congreso Contracultural contó con un invitado especial: el poeta Neeli Cherkovski, más conocido en nuestro país como biógrafo de Charles Bukowski, de quien afirmó: "Hank, como lo llamábamos sus amigos, era un hombre elegante, tenía un modo parsimonioso al hablar y era muy educado. Su alter ego, Chinaski, era lo bestial, lo que quería aparentar, porque el viejo, ya nos lo había dicho, tenía un pájaro azul... bueno Bukowski también se trasformaba en Chinaski, pero era en ocasiones perticulares".

Cherkovski además reveló: "Bukowski utilizaba mucho de su autobiografía en sus relatos y novelas, pero también la mezclaba con ficción, y es imposible saber cuál parte es ficción y cuál autobiográfica. Sin embargo, eso no importa mientras se disfrute su obra".

El autor de Animal leyó su ponencia: una breve introducción para una plática sobre contracultura. Dijo: "Hoy voy a leer dos poemas con una extensión mayor de una o dos páginas, pero no tan largos que yo no sea capaz de exponerlos en una sola hora. Estos poemas son una meditación sobre la contracultura. En lugar de una plática didáctica o seudodidáctica, prefiero refugiarme en un género que conozco mejor: el poema".

Los poemas viajan por el universo

Neeli Cherkovski agregó: "En la poesía he encontrado mi guía, aun si es una guía indirecta es la mejor forma que concibo para su descripción. Mis poemas viajan por el universo. Cada poema es un viaje astral. Pero, Ƒestos poemas son sinceros cuando hablan sobre contracultura? Ustedes serán quienes tendrán que encontrar la respuesta cuando yo los lea".

Después describió: "Mi primer poema se llama Surrealismo natural, trata acerca del trabajo de Sally Larsen, artista de San Francisco, uno de mis contemporáneos quien es tan sabio como salvaje, tal y como lo fueron los pintores de la antigüedad, lo cual sólo me demuestra que la contracultura sobrevive. Escribí el poema en respuesta a muchas pinturas que evocan en mí una profunda meditación sobre la naturaleza. El segundo trabajo, Un poema metafísico, suena más académico, pero no lo es. Creo que emerge justo de entre las calles de San Francisco, como cualquier poema respetable sobre la locura y el placer ilimitado. Está inspirado por el gran Don Quijote, un hombre al que todos semejamos de una forma u otra. Después del segundo poema sólo hay un silencio, pero es apenas un silencio momentáneo antes de que nos retiremos a otra parte. En el silencio siempre subyace un trueno. Asimismo, para comprender esta idea de contracultura, debemos regresar en el tiempo hasta aquel primer hogar del que todos surgimos y al que todos anhelamos retornar. Libres de nuestros dioses todos poseemos nuestra propia luminosidad. Porque se trata de liberarnos, ser lo suficientemente autónomos para arrojarnos por nuestra propia voluntad hacia lo 'nuevo' que se halla ante nosotros".