Bonanza en el Barrio Chino capitalino

Se extiende su comunidad; construirán en avenida Juárez una pagoda monumental

AGUSTIN SALGADO RICAÑO

La comunidad china ha aumentado considerablemente en la ciudad de México y, de acuerdo con Diana Lee, nacida en Taiwán, educada en Argentina y hoy habitante del Distrito Federal, en los próximos meses se construirá una pagoda monumental en la esquina de avenida Juárez y la calle de Dolores para realzar la presencia de esa cultura en esta capital.

A pesar de que los inmigrantes de esos lares ya no concentran sus negocios en el Barrio Chino, esta zona del Centro Histórico, surgida a principios del siglo pasado, es aún un referente obligado para la comunidad oriental y día con día recobra la vitalidad que alcanzó en las décadas de los 50 y 60.

Diana Lee, la encargada de organizar los festejos del Año Nuevo Chino -que se celebrarán en el penúltimo fin de semana de enero próximo-, explica: ''Queremos hacer la pagoda de nuestro barrio. Al principio estaba planeada para que estuviera en la esquina de Dolores e Independencia, pero como hemos crecido se decidió ponerla en avenida Juárez. Mi papá, Jaime Lee, que es arquitecto, fue quien diseñó los planos.

''El proyecto empezó hace varios años, incluso ya se contaba con el financiamiento para realizarlo, pero no se pudo hacer porque desapareció el dinero. Aún no sabemos quién lo robó", abunda Lee en uno de los negocios con los que cuenta su familia en la calle Independencia.

La comerciante argumenta que "todo Barrio Chino cuenta con su pagoda", y pone de ejemplo las ciudades de Chicago, San Francisco y Buenos Aires. Con respecto al barrio de la urbe argentina, asegura que es tan grande que ya se le conoce entre los inmigrantes chinos como "la pequeña ciudad".

Seis mil chinos en el DF

Cifras oficiales calculan que a la fecha viven en el Distrito Federal aproximadamente 6 mil ciudadanos de origen chino, los cuales en su mayoría optaron por naturalizarse, pero a esta cifra habrá que sumar los miles de ciudadanos mexicanos descendientes de inmigrantes de algunas de las 23 provincias y cinco regiones autónomas que integran la República Popular China.

A diferencia de Diana, que viaja continuamente a Pekín y lleva varios años en la ciudad de México, Zhang Ling recién arribó a nuestro país.

Ling nació en una de las provincias del noreste de la nación asiática y desde hace mes y medio trabaja en la tienda La Nao de China, ubicada en el número 4 de la calle de Dolores.

Rafael Cheng Hernández, dueño del comercio donde trabaja Zhang, es nieto de un inmigrante chino y ha viajado a la nación de su abuelo a estudiar chino y acupuntura.

Cheng Hernández, que ha pasado toda su vida en el Barrio Chino, asegura que Ling tardará por lo menos "cuatro años para que pueda hablar español", y que "mientras eso sucede" la ayudará a comunicarse con los demás.

En el negocio de Rafael Cheng -que se dedica a la importación de productos chinos y exportación de artesanías mexicanas-, Zhang Ling explica que ''desde hace mucho'' tenía la idea de vivir en México, ya que le habían dado "muy buenas referencias" del país.

Con respecto al Barrio Chino, Ling aclara que le parece ''muy tranquilo'' y que en el tiempo que lleva en la ciudad "nunca ha tenido problema alguno".

Dolores, referencia obligada

Diana Lee comenta que a pesar de que el crecimiento de la comunidad china se ha dado hacia diferentes puntos del valle de México (como San Angel, Las Lomas, Satélite y Mixcoac), en las arterias aledañas a la calle de Dolores (López, Artículo 123 e Independencia) paulatinamente se ha incrementado el número de establecimientos de origen oriental.

''Nuestro barrio chino se ha extendido un poco. Comenzó siendo media cuadra y ahora ya abarcamos como tres calles. Aquí continuamos los más viejos. Somos 20 establecimientos y alrededor de 10 locatarios.

"El restaurante más viejo del barrio es el Shangai; luego surgieron el Hong Kong, el Siete Mares y algunos otros. Es cierto que en otras partes de la ciudad ya hay muchos cafés y restaurantes chinos, pero este punto de la ciudad siempre será una referencia para nuestra comunidad", abunda Lee.

Por su parte, un mesero del restaurante Siete Mares, originario de Veracruz, pero que lleva más de 30 años trabajando en el barrio, explica: "la comunidad ha aumentado bastante; antes eran como 500 y ahora hablamos de varios miles. Ahora la mayoría está concentrada en diferentes rumbos e incluso por categorías: están en San Angel, en Polanco, en Tecamachalco y en otros muchos lugares, pero aquí es el Barrio Chino y es el único lugar donde puedes conseguir todo lo que quieras".

Otra de las actividades que han surgido durante los últimos años en la calle de Dolores son los trabajos de "espiritismo oriental": el autodenominado Brujo de los artistas, Li Ping Li, y Carlos Chiu de Montecristo, "brujo de Catemaco especializado en la magia china del feng shui", ofrecen sus servicios a quien opte por el espiritismo para resolver sus problemas cotidianos.

Vecinos del barrio aseguraron que estas actividades no son muy "bien vistas" entre la "verdadera comunidad china" de la zona.

El Callejón de las Damas

De frente al restaurante Siete Mares se encuentra el Callejón de las Damas. En la callejuela se encuentra un edificio abandonado, con fachada de piedra, que a mediados del siglo pasado albergaba el Casino Chino.

"Ahí en el callejón había hoteles de paso y el famoso casino. Pero era un lugar para puros paisanos, tenía uno que ser muy amigo para que lo invitaran. Se llamaba así porque las damas se paseaban y ya dependía de uno llegar a un acuerdo con ellas. Había de todo, incluso algunas mujeres orientales que se ganaban la vida de esa manera. Hablo de los años 40 y 50 y sí se llegaron a correr apuestas muy fuertes", relata el trabajador del Siete Mares, quien se define como "un chino jarocho".

El Callejón de las Damas -llamado así desde 1869- sirvió de locación para una película mexicana protagonizada por Andrea Palma y Pedro Armendáriz.

A diferencia de la calle de Dolores, el Callejón de las Damas se encuentra en el olvido, pero, a decir de la comunidad, después de la pagoda monumental será el siguiente punto "que ha de recuperarse, para bien de todos".