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México D.F. Domingo 23 de noviembre de 2003
Antonio Gershenson
El precio petrolero para 2004
La Secretaría de Hacienda, como en años recientes, vuelve a hacer una previsión de precio promedio para el crudo mexicano de exportación para 2004 por debajo de lo que se puede calcular en realidad. No me pongo a pedirle peras al olmo pretendiendo que sepan hacerlo. Pero sistemáticamente han fijado precios bajos en semejantes "previsiones" para disponer luego del producto del remanente sin necesidad de la aprobación de la Cámara de Diputados.
Una parte del régimen fiscal de Petróleos Mexicanos (Pemex) es el llamado Apro-vechamiento sobre utilidades excedentes, del que ya hemos hablado al tratar casos similares en años anteriores. Del dinero derivado de la venta de crudo por arriba del precio "oficial", Pemex debe entregar 39.2 por ciento a la Secretaría de Hacienda. Como esto se añade a tres tipos de derechos sobre la extracción de petróleo, que suman 78.9 por ciento del valor total del crudo, pues puede suceder que, cuando los precios reales llegan a ser mucho más altos que el "oficial", Pemex acaba pagando más de 100 por ciento de sus ingresos, endrogándose aún más.
Otro motivo de problemas es que Hacienda trata de que se gaste lo menos posible en inversión productiva y gasto social; su pretexto es que "no hay dinero", aunque sí lo haya, en cantidades muy superiores, cuando se trata de subsidiar a sus amigos banqueros y a algunos otros privilegiados. En 2002 el precio real fue de unos seis dólares arriba del "oficial" y en 2000 de casi 10 dólares. En el año por concluir, el "error" de Hacienda va para quedar un poco arriba de seis dólares, con más de 24 dólares por barril de precio promedio. Al final del año, el precio andaría alrededor de los 25. Ya hace un año los diputados presionaron para que se aumentara el precio oficial, y algo lograron. Pero los 18.35 dólares que quedaron como oficiales siguieron siendo muy bajos frente a la realidad. De hecho, fue un regateo, no una previsión basada en hechos reales.
Para -con una supuesta caída de precios que no se ve de dónde pueda llegar en la realidad actual- llegar a un promedio de 20 dólares por barril, si suponemos una caída constante y uniforme a lo largo de 2004, el precio al fin de año tendría que llegar a 15 dólares. Los hechos que apuntan a que no se dé este desplome incluyen los siguientes:
1. La principal fuente ajena a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) de crudo adicional al que ya se está produciendo es Rusia. Sin embargo, es un hecho el proceso de recuperación del control de las exportaciones por el gobierno de ese país. Aun sin ese elemento, la producción adicional rusa, y tal vez algo más de México, se verá contrarrestada. Otros países fuera de la OPEP tienen niveles decrecientes en su producción que ya no pueden revertir, pues el nivel de agotamiento de sus reservas no lo permite.
2. Los países de la OPEP, a pesar de todos los problemas, mantienen su capacidad de coordinación en un nivel suficiente para evitar una caída de precios. La ilusión del petróleo iraquí se ha mostrado como tal y ni siquiera se alcanza el nivel de producción anterior a la guerra. Esta, además, no sólo no se encamina a su fin, sino que se ha intensificado, incluidos los sabotajes a ductos y otras instalaciones petroleras.
3. La demanda mundial tiende a aumentar. Se empiezan a ver indicios de recuperación económica en la mayor parte de los principales países afectados por la recesión. La demanda en Asia-Pacífico, en especial en China, seguirá aumentando y pesa cada vez más en el total mundial.
4. Los conflictos y diferendos internacionales también contribuyen a elevar los precios del crudo. No sólo se trata de las guerras que generan el consumo adicional de grandes cantidades de combustibles, sino del conflicto del acero, cuyo escenario más abierto se da entre Estados Unidos y la Unión Europea, que ganó una demanda contra la parte estadunidense en la Organización Mundial de Comercio. El fallo, hasta el momento de escribirse este artículo, no había sido acatado. Se trata, también, de que con las trabas a las importaciones acereras de nuestros vecinos del norte también se ha afectado a varios países más, inclusive latinoamericanos. Se trata, asimismo, de las sanciones estadunidenses contra China, cuyo gobierno ya tomó represalias, y de muchos otros casos. Otro frente, del que ya hemos hablado, es el de divisas, con un movimiento en el que varios países están dejando -o buscan dejar- de cobrar el petróleo y otras exportaciones en dólares, para cobrarlas en euros o en oro. El que quiera seguir pagando en dólares tendrá menos provedores de dónde escoger, y finalmente tendrá que pagar más. Y el que contrate en euros o en oro, al devaluarse más el dólar, pagará más dólares por barril, que es la moneda en la que se hace la previsión oficial.
5. Un elemento fundamental es el hecho de que las nuevas zonas petroleras, que cada vez más sustituyen a los yacimientos supergigantes de muy bajo costo por barril de petróleo, tienen costos muy superiores. Perforar a grandes profundidades en los océanos, operar en zonas más alejadas, inclusive polares, etcétera, implica inversiones por barril mucho más altas que los grandes yacimientos que han estado aportando la mayor parte del petróleo al mercado mundial.
Los diputados no tienen por qué aceptar un precio artificialmente bajo en las previsiones oficiales. Querrán recursos para financiar proyectos sociales o de inversión, y una de las formas más sencillas y directas de obtenerlos es precisamente acercando la previsión oficial a la realidad. Con exportaciones de un millón 959 mil barriles diarios, cada dólar adicional por barril en el precio "oficial" equivale a 715 millones de dólares, que al tipo de cambio de 11.2 pesos por dólar son poco más de 8 mil millones de pesos disponibles para ser presupuestados.
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