"El éxito en el trabajo y la vida social sonreirá a los jóvenes de escuelas privadas"

Políticas neoliberales dificultan el acceso de los pobres a la educación: especialista

JOSE GALAN ENVIADO

Guadalajara, Jal., 22 de noviembre. La transformación de la escuela como un mercado es menos una necesidad histórica que una filosofía política, y el pensamiento neoliberal tiene como base el rechazo al principio del derecho del ciudadano a la educación, como lo definieron las revoluciones liberales y democráticas del siglo XX, afirmó Teresa Mariano Longo, de la Universidad Julio Verne, en Amiens, Francia.

Indicó que la puesta en marcha de las políticas neoliberales dificulta el acceso de los niños más pobres al sistema educativo. Añadió que actualmente asistimos a una batalla política que se conduce por lo "no dicho" o por la trivialización de las ideas del adversario. "Así es como se destruye la idea de escuela pública, de obligación escolar, de escuela laica, de la importancia del financiamiento público para la investigación científica y la cultura".

En el contexto del séptimo Congreso Nacional de Investigación Educativa, organizado por la Universidad de Guadalajara y el Consejo Mexicano de Investigación Educativa (Comie), consideró que, luego de 20 años de políticas neoliberales en el mundo, se puede ya hablar de esos procesos y se pueden denunciar los efectos negativos de esas políticas, "pero hasta hace poco eso parecía imposible, porque toda crítica era calificada como 'demasiado ideológica'".

Subrayó que el derecho a la educación es rechazado por una ideología que niega a la cultura y la educación pública como base de la construcción de la relación social y, por consiguiente, de la sociedad civil.

La cultura, la escuela de una sociedad democrática, debe pertenecer a la sociedad civil, en el lugar donde las ideas y los conflictos se organizan según una finalidad común, afirmó citando a Gramsci. "La educación pública representa la condición principal para la construcción de 'la polis', lugar donde los ciudadanos se rencuentran, discuten y critican las decisiones de aquellos que los gobiernan.

"En consecuencia -continuó-, el derecho a la educación atañe tanto al individuo como a la vida pública. Por el contrario, el nuevo liberalismo rechaza la importancia de la educación pública, porque rechaza también la importancia de la cultura y el conocimiento de la sociedad, donde los individuos viven según las relaciones 'espontáneas' y sólo se pueden comunicar información.

"El mercado, que funciona según los mecanismos espontáneos, permite asegurar la movilización, lo mejor posible, de las informaciones, conocimientos y competencias necesarias para la regulación del sistema social. En el neoliberalismo, la libertad de mercado es también la libertad de información", agregó.

Mariano Longo advirtió que bajo el argumento neoliberal de que el gasto público debe disminuir y aumentar el gasto privado -como sucede con las políticas actuales de la Secretaría de Educación Pública- como forma de activación del mercado y como principio "moral" para que el margen de maniobra del ejercicio de la libertad individual aumente, "es imposible encontrar un espacio para el respeto del derecho universal a la educación, que ha sido remplazado por la caridad a los pobres y por la libertad de las familias para invertir en educación".

Prosiguió: "la visión de la cultura, de la ciencia y de la educación, en tanto patrimonio común que atañe también a las generaciones futuras, es sustituida por una ciencia que da ganancias inmediatas y un mínimo de educación que sirve para vivir en seguridad y en silencio, uno al lado del otro. Y si uno mira, a partir de 1970, los documentos oficiales de las organizaciones internacionales y países que aplicaron las políticas neoliberales, se encuentran en la parte de la educación las mismas recetas: la reducción del gasto público e implicación de los particulares; prioridad en el gasto público a la instrucción básica; fin de la gratuidad de la enseñanza media superior y superior; flexibilidad del currículum".

La escuela pública, comentó la especialista, ya no es un medio de emancipación social: aquellos que se inscriben en esta escuela saben que el éxito en el trabajo y en la vida social sonreirá a los jóvenes de las escuelas privadas. "La competencia descorazona, en lugar de estimular, como afirman los neoliberales", concluyó.