Pospone la integración de medios alternativos

Acuerda la Felap reforzar la defensa de los periodistas latinoamericanos

BLANCHE PETRICH ENVIADA

Patzcuaro, Mich., 22 de noviembre. La Federación Latinoamericana de Periodistas (Felap), con 27 años de presencia en la prensa del subhemisferio, decidió reforzar la estructura dedicada a la denuncia de atentados a la prensa y la defensa de comunicadores de cara al gran deterioro que se registró en este terreno en los últimos 12 meses (17 reporteros caídos en los escenarios bélicos del mundo, otros 15 asesinados en la región) e integrar en la organización una coordinadora de medios alternativos, una fuerza que, aunque disgregada, ha logrado "hacer la diferencia" frente a las políticas de desinformación de los medios corporativos respecto a los procesos de resistencia y rebelión que han marcado la agenda de América Latina.

Sin embargo, el reclamo de las organizaciones de prensa alternativa para ser consideradas como miembros de pleno derecho de la Felap y de ser representadas en la directiva del organismo, en una de las ocho vicepresidencias de su estructura, fue pospuesto cuatro años, cuando el congreso se reúna nuevamente y decida el cambio de estatutos correspondiente.

Surgida en los terribles años 70 por iniciativa de un colectivo de periodistas latinoamericanos identificados con las causas populares de su época, entre ellos muchos comunicadores que conocieron la persecución y el exilio como el peruano Genaro Carnero Checa, el español-mexicano Luis Suárez, los chilenos Hernán Uribe y Mario Díaz, el venezolano Eleazar Díaz Rangel y el cubano Ernesto Vera, la Felap enfrenta ahora, en el tercer milenio, nuevos retos para poner al día su discurso y su práctica y también profundas contradicciones. Una, no menor, fue la de cómo lidiar con el "caso México", ante el vacío dejado por la muerte de su presidente y fundador, Luis Suárez, y la ausencia de organismos gremiales representativos en el país.

Integrada hasta ahora por una treintena de organizaciones, la Felap aceptó como miembros de pleno derecho, sin que mediara debate previo, a otras seis agrupaciones, entre ellas cuatro de México, una de Ecuador y otra de República Dominicana.

Una de las nuevas afiliadas, la Fraternidad de Reporteros de México, que en años recientes ha sufrido varios deprendimientos importantes, fue integrada además en una de las ocho vicepresidencias de la directiva. Otra más, de reciente formación, la Academia Independiente de Periodistas, carece aún de estructura y membresía. A pesar de que la Felap se ha identificado desde su creación con la prensa de izquierda y de lucha en el continente, las dos organizaciones restantes, el Club Primera Plana que dirige Julio Pomar, y la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos, ambas de tendencia conservadora y cercanas a sectores gubernamentales, fueron también incorporadas.

Estas nuevas adquisiciones de la Felap fueron decididas en sesión privada de la directiva del congreso ante la virtual desaparición del Sindicato Mexicano de Redactores de la Prensa, que por años representó al país en esta federación que fue formada en la ciudad de México en 1976 y que hasta la fecha mantiene ahí su sede. Reflejan la endeble y poco representativa organización gremial mexicana y levantan interrogantes sobre la línea que tendrá a futuro la participación nacional en esta federación que, a decir de su nuevo presidente, José Luis Camaño, de la Unión de Trabajadores de la Prensa de Buenos Aires, pretende involucrarse "más en la resistencia de la sociedad frente al modelo de dominación vigente".

Los alternativos, otra vez al margen

Durante los trabajos del congreso fue presentado el reporte de la Comisión de Investigación de Atentados a la Prensa (CIAP), que preside desde Santiago de Chile Hernán Uribe, en el que se destaca que solamente entre marzo y octubre de este año, el saldo del ataque estadunidense contra Irak es de 17 periodistas muertos.

En contraste con esta cifra, en América Latina -donde no se desarrollan escenarios bélicos como en Medio Oriente, pero prevalecen conflictos intensos, como el de Colombia- en lo que va del año han muerto violentamente 15 informadores. La CIAP reclama que estos casos rara vez son denunciados por organizaciones como la Sociedad Interamericana de Prensa. Para poder dar seguimiento a esta situación el congreso resolvió fortalecer a la CIAP.

Por otra parte, se decidió formar en el seno de la federación una coordinadora de medios alternativos que permita dar cauce a los trabajos de este colectivo para integrar una red que identifique intereses comunes y alcance objetivos. La nueva coordinadora se propone "fortalecer las instancias de trabajo de las asociaciones de las radios comunitarias, organizar un encuentro de agencias alternativas, alentar y alimentar páginas contrahegemónicas en la red", asumiendo que desde ese frente en América Latina -de manera notable en Venezuela y en Bolivia, en sus respectivas crisis de gobernabilidad- se contribuyó de manera decisiva para contrarrestar la desinformación de la prensa comercial.

Sin embargo, a pesar de que en su octavo congreso, realizado en La Habana (1999), la Felap identificó esta corriente de periodismo alternativo como una de las novedades más interesantes y frescas en la construcción de proyectos de país distintos al dictado neoliberal, el noveno congreso, en Pátzcuaro, pospuso cuatro años la modificación de estatutos que permitirá la afiliación de los "alternativos".

Finalmente, la directiva de la federación fue renovada con algunos enroques en los cargos claves. Como presidente fue electo Camaño, de la UTPB, y como secretario general Tubal Páez, directivo de la Unión de Periodistas de Cuba.