México D.F. Miércoles 19 de noviembre de 2003
Representantes de la AFL-CIO intentarán invadir la sede de la reunión del ALCA
Un arcoiris de activistas se prepara para tomar las calles de Miami
Un viejo almacén es ahora centro de convergencia de agrupaciones de varios países
JIM CASON, DAVID BROOKS Y ROBERTO GONZALEZ AMADOR ENVIADOS
Miami, 18 de noviembre. El viejo almacén abandonado, rodeado con una barda de alambre al norte del centro de Miami, no parece gran cosa desde afuera, pero adentro cientos de activistas han transformado este edificio en el eje central de las agrupaciones que dominarán las noticias los próximos días y que podrían definir en parte el éxito o fracaso de las reuniones oficiales sobre el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA), que se realizan esta semana.
Frente a una manta de intensos colores en la que se lee: ''Hambrientos de justicia'', activistas de acción directa, representantes de la central obrera AFL-CIO y de grupos comunitarios locales y de defensa de consumidores, granjeros y otros que representan a unas 75 organizaciones de todas partes de Estados Unidos y de América anunciaron su intención de invadir la sede de la reunión ministerial del ALCA en el centro de Miami.
Por primera vez en la historia, representantes de las organizaciones sindicales del país se unieron a los ambientalistas, grupos comunitarios, granjeros y anarquistas en una conferencia de prensa conjunta para anunciar una serie de acciones ''permitidas'' y de desobediencia civil para protestar y obstaculizar al ALCA.
Larga tradición de desobediencia
''Los sindicatos se unen a las familias trabajadoras y nuestros socios de los movimientos sociales a través del hemisferio'', declaró Lisa Hoyos, vocera de la oficina local de la AFL-CIO. Hoyos declaró poco después a La Jornada que ''la AFL-CIO tiene una larga tradición de desobediencia civil pacífica, y nuestro presidente ha sido arrestado en varias ocasiones por acciones de desobediencia civil''.
La central obrera convocó a una masiva marcha pacífica para el jueves, que pasará frente al hotel donde están reunidas las delegaciones que participan en esta reunión del ALCA, pero Hoyos dijo que algunos sindicalistas también tomarán parte de las acciones directas que se están planeando para esa misma mañana.
Este es el diverso grupo de personas, algunas vestidas de traje y corbata, otras con cabellos pintados de extraordinarios colores, y las que usan paliacates o pasamontañas que les ocultan la cara y que tanto parecen espantar a la policía y las autoridades, al punto de que ningún delegado oficial recorre ni unas cuantas cuadras en esta ciudad sin escolta armada y equipos antimotines listos para actuar.
La policía instaló hoy la barda provisional de cuatro metros de altura en un perímetro que abarca 20 cuadras del centro. La presencia de uniformados es notoria en cada esquina, en las aguas del puerto y en los cielos, nutriendo el tenso clima.
Esta noche un numeroso grupo de policías antimotines armados con balas de hule, gas lacrimógeno y bastones fue desplegado alrededor de un pacífico grupo de varios cientos de manifestantes que marcharon hacia el centro de Miami.
Los participantes en la marcha, denominada Causas de raíz, portaban una manta en la que se leía ''Legalicen a todos los inmigrantes''. Se detuvieron primero ante las oficinas del Servicio de Inmigración federal y después avanzaron hacia un Taco Bell para protestar contra los bajos salarios que se pagan a los jornaleros que cosechan los vegetales que usa esa cadena de comida rápida; luego llegaron a un parque junto al hotel Intercontinental, donde los delegados de 34 gobiernos americanos negocian el ALCA.
Las políticas económicas promovidas por los que favorecen el área de libre comercio, afirman los manifestantes, no sólo están empobreciendo y oprimiendo a los pueblos de América Latina, sino también a amplios sectores sociales de Estados Unidos. ''Uno sólo tiene que ir a Hialeah, a unos cuantos kilómetros de aquí, para observar una tras otra fábricas clausuradas por las políticas del Tratado de Libre Comercio, las mismas que estos gobiernos ahora desean ampliar a todo el hemisferio con el ALCA'', explicó Jonathan Harris, vocero de la sección del sur de Florida de la organización nacional Trabajos con Justicia.
Pero otro mundo es posible, afirma Naomi Archer, activista local que participa en las protestas. Señala que el edificio de lo que ahora es el ''centro de convergencia'' para estas manifestaciones no sólo sirve como una especie de cuartel, sino también como ejemplo de organización de un modelo democrático sin jerarquías. Dentro del almacén, los activistas han instalado talleres para construir títeres y fabricar mantas; en otra esquina hay un grupo de mecánicos reparando viejas bicicletas para convertirlas en medios de transporte colectivo y para los "mensajeros'', que son claves en la estrategia de comunicación entre los activistas durante las protestas.
Los muros grises han sido rescatados con colores alegres y murales que decoran este centro de bienvenida de activistas provenientes de varias esquinas de éste y otros países, donde encontrarán un centro de comunicaciones, una clínica equipada y atendida por médicos, un jardín orgánico y una cocina popular que ofrece alimentos, todo organizado como cooperativa.
En una esquina se ofrece información para encontrar dónde dormir, y en otra se dan a conocer las decenas de talleres y seminarios que se han organizado. Aquí, cada noche unos 200 individuos, cada uno de los cuales representa uno de los grupos de "afinidad'' autónomos, que se han conformado para realizar acciones directas esta semana, se reúnen a puerta cerrada para discutir sus objetivos, tácticas y, lo más importante, el mensaje político que desean expresar con cada acción.
''Son reuniones difíciles'', comenta un participante que pidió el anonimato. ''Las decisiones se toman por consenso y las pláticas duran horas. Solicitamos que cada grupo de afinidad envíe a una persona diferente cada noche para evitar el protagonismo y establecer una forma colectiva de trabajo''.
Patrick Reinsborough, veterano activista de este movimiento altermundista, llegó desde San Francisco, y explica que no sólo es un centro operativo, sino un modelo alternativo que contrasta con la forma en que se llevan las negociaciones secretas a puerta cerrada a unos kilómetros de distancia. ''Aquí todas las decisiones se toman de manera transparente y democrática. Hemos desarrollado un proceso para respetar la diversidad de los grupos que participan en esto'', dice a La Jornada.
Aunque los activistas no desean ofrecer detalles sobre las acciones que planean para los próximos días, L.A. Kaufman, vocera de la coalición de 650 grupos Unidos por la Paz y Justicia, informó que la primera acción masiva de desobediencia cívica está programada para las 7 de la mañana del jueves. ''Estamos siguiendo los pasos de las protestas que detonaron la Revolución en Estados Unidos y de los activistas por los derechos civiles de los años sesenta'', afirmó hoy.
Antes de realizar alguna acción, los activistas ya son el tema principal de esta ronda del ALCA, con las autoridades y los medios enfocados más en ellos que en la negociación oficial. Es un notable contraste con lo que ocurrió hace nueve años, cuando se anunció en este mismo lugar y por primera vez la intención de negociar un ALCA, sin la presencia de manifestantes, y donde el gran enfoque giraba exclusivamente en las declaraciones de mucho optimismo sobre el futuro de un hemisferio de mercados vinculados por el libre comercio.
|