México D.F. Miércoles 19 de noviembre de 2003
Molly Ivins
Ahora resulta que nos vamos de Irak
Austin, Texas. Cielos, es difícil mantenerse al paso de este gobierno. Hace unos cuantos días íbamos a seguir adelante, pasara lo que pasara. Como Horton el Elefante,* seríamos ciento por ciento fieles, jamás nos rendiríamos.
Ahora resulta que vamos a retirarnos antes de la elección del año próximo. Paul Bremer ha sido llamado a una junta de urgencia: el número de soldados debe reducirse a 105 mil para la primavera. La CIA, según el Philadelphia Inquirer, ha enviado un informe desde Bagdad en el que señala que todo el movimiento va hacia el sur. Volveremos a bombardear Bagdad. Olvidémonos de la nueva Constitución, hay que entregarle el poder a los iraquíes ya.
Me alegra que todo este rollo de la retirada venga del gobierno; si algún liberal lo hubiera dicho, nos habrían acusado a todos de traición.
He aquí una síntesis del problema. Hace apenas unas semanas, el gobierno de Bush se lanzó a convencernos de que el vaso en Irak no está medio vacío, sino medio lleno. Y bueno, puede que así sea, sólo que esa conclusión depende del cristal con que se mire. Pero algo que sabemos, al margen del cristal, de la política, de los giros o de las relaciones públicas, es que el número de ataques contra soldados estadunidenses se ha incrementado constantemente de 20 a 25 y a 30 por día.
Ahora bien, esto podría ser, como afirmó el presidente Bush en un rapto de cándido optimismo, una evidencia de nuestros avances. Es el único presidente que tenemos, y si dice que son avances, así debe ser, Ƒo no? Hasta donde sabemos (puesto que nunca hemos ido a Irak), lo que vemos es un aumento de la desesperación de los atacantes. Claro, sería más fácil de diagnosticar si sólo supiéramos quién nos está atacando.
Según los expertos, los que nos atacan son: a) remanentes de fuerzas leales a Saddam Hussein, b) terroristas y jihadistas antiestadunidenses procedentes de todos los rincones del infierno que ahora se concentran en Irak porque allí es más fácil matar estadunidenses, o c), iraquíes de ningún signo en particular a quienes de veras les disgusta que una potencia extranjera los invada y luego los ocupe. De acuerdo con el memorándum de la CIA adquirido por el Inquirer, hasta los chiítas del sur nos ven ahora como potencia ocupante.
Voy a decir lo que para mí es el verdadero problema. No es tanto que el número de ataques contra estadunidenses en Irak haya venido aumentando. Es que después de esos ataques exitosos a convoyes, helicópteros y patrullas, cientos de iraquíes se reúnen en torno de los restos humeantes y lanzan vítores. Llámenme alarmista, pero me parece que eso es mala señal. Sospecho que no les gusta estar ocupados por una potencia extranjera. Parece que no creen que nuestras intenciones sean benévolas.
A no dudarlo, una buena campaña de relaciones públicas, orquestada por Karl Rove y otros genios, podría resolver este infortunado problema de percepción en Irak (ha funcionado maravillosamente bien aquí), excepto que no contamos siquiera con suficientes personas que hablen el idioma para montar esa campaña o, en todo caso, para dirigir el tráfico, adiestrar policías, obtener informes de inteligencia o cualquier otra cosa que pretendamos hacer.
Así pues, he aquí al gobierno de Bush con su nuevo énfasis en sacarnos a la chingada de allá. Si ustedes creen que voy a estar en desacuerdo o a mofarme de él por dar semejante giro de 180 grados, están lastimeramente equivocados. Hemos visto esos giros muchas veces con Bush, por lo general cuando la realidad interfiere con la ideología.
Por mí está muy bien que nos salgamos de allá antes de la elección del año próximo. No me gusta ver estadunidenses muertos por personas a las que creíamos que habíamos ido a ayudar. Sospecho que estamos ante la clásica situación en que no hay nada que ganar: mientras más rápido salgamos, mejor. Claro que guardo rencor hacia todos esos tipos del gobierno que convencieron a la mayoría de los estadunidenses de que esta guerra era una idea caballerosa. No había programa de armas nucleares. No había armas de destrucción masiva. Saddam Hussein no tenía vínculos con Al Qaeda, y si alguien ve algún atisbo de paz y democracia en Medio Oriente, que me avise.
No creo que Bush y sus colaboradores nos hayan mentido sobre Irak. Me parece algo peor: creo que se engañaron a sí mismos. Creo que fueron estafados por Ahmad Chalabi. Creo que se dejaron llevar por sus ensueños hasta un punto cercano a la criminalidad. Creo que llegaron a la conclusión de que quien no estuviera de acuerdo con ellos era enemigo, antiestadunidense, desleal. En otras palabras, me parece que fueron criminalmente estúpidos.
Como sigo tratando de encontrar sugerencias útiles de cualquier fuente, veamos si una pequeña aportación política ayuda a alguien. Puesto que ya hay signos de que el consejo de gobierno iraquí, que nosotros nombramos, está en problemas o no funciona, Ƒpor qué no intentamos ese método simple de democratización que he mencionado antes, con representación proporcional obligatoria de sunitas, kurdos y chiítas mientras se organizan las elecciones? ƑAlguien está de acuerdo en volver a los fundamentos?
* Personaje de tira cómica, que se comprometió a cuidar el huevo de una ave irresponsable y acabó empollándolo por ella. Su divisa era: "Quise decir lo que dije y dije lo que quise decir. Soy un elefante ciento por ciento fiel". (N. del T.) © 2003 Creators Syndicate, Inc. Traducción: Jorge Anaya
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