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México D.F. Martes 18 de noviembre de 2003
MELON
Luis Angel Silva
Hablando de orquestas
TODAVIA SABOREANDO EL saoco de la orquesta que acompañó a Ibrahim Ferrer en su concierto, quiero platicarle, mi asere, de otras agrupaciones que dejaron honda huella en mis recuerdos, las cuales, por fortuna, son muchas.
MIS AMIGOS DE Los Guajiros del Caribe -a los cuales todavía no pertenecía-, después de una de sus actuaciones, me llevaron al salón Brasil para presenciar la reaparición de Beny Moré, con la orquesta de Arturo Núñez. Al retorno de Tijuana de la voz de oro de Cuba, como se anunciaba a Beny, éste traía el cabello quemado por el sol, como el de los lancheros de Acapulco.
ESCUCHARLO ME CAUSO gran impresión. Pero mayor fue el apantallamiento que me proporcionó la orquesta del Caballero Antillano con su sonido. Me olvidé por completo de todo lo que me rodeaba, y me concentré en la música.
RECUERDO QUE ENTRE los músicos de la orquesta se encontraban: Nacho Soriano en una de las trompetas, Domingo Vernier Mango entre los saxofones, El Jarocho Fernando Sandoval en el contrabajo; los percusionistas, el Che Toledano y el gran Aurelio Yeyo Tamayo, con Arturo al piano. Esa orquesta era dueña de un sabor sonero, con aroma a tabaco y ron.
ENTRE SU REPERTORIO había números que se volvieron clásicos del ambiente sonero, como Baltazar tiene un pollo, Tu verá, lo que tu va a vé y, por supuesto, La televisión, primer éxito de Beny, acompañado por Mariano Mercerón, aquí en Mexicalpán.
Grandes figuras y músicos de altos vuelos
OTRA ORQUESTA CON gran calidad y estilo diferente al de Arturo Núñez la dirigió Chucho Rodríguez. Contaba con dos grandes figuras, como Tony Camargo y Beny Moré, así como con músicos de altos vuelos: los trompetistas, Antonio Gutiérrez Mezcalilla, el Chino Rafael Jaimes, Daniel Flores y Henry Mejía; los percusionistas, Armando Rango Hidalgo y Javier Collins El Morado, y al piano, Luis González Pérez El Viejo, que también fungía como subdirector y arreglista.
DE ACUERDO CON mi muy particular punto de vista, esta orquesta es de lo mejor dentro de la historia de la música de nuestro país. Para corroborar mis palabras están las grabaciones de Mi chiquita quiere guarachar, Sin razón y justicia, Cinturita, Esta noche corazón, Estás frizao, Las pilareñas, Piérdete, así como los danzones Llegaron los millonarios, Cubanita y San Jorge, este último de la autoría de Viejo.
LLEGAR A ESTA orquesta era como entrar al cielo, no había lugar más alto. En verdad era lo máximo.
POR SUPUESTO, HABIA en otro estilo orquestas muy buenas: la de Luis Arcaraz, que llegó a estar considerada la quinta del mundo, la de Juan García Esquivel y muchas otras. Pero en música afroantillana a la de Chucho Rodríguez se le cocinaba aparte, aun con la presencia del genial Pérez Prado con su primera orquesta, que para ser sincero fue la única que me movió. Las demás me parecieron réplicas.
OTRAS ORQUESTAS QUE endulzaron mi oído fueron las de Tito Puente, Machito con Graciela y Mario Bauzá, y Tito Rodríguez, por orden de aparición, con las que pude compartir tarima y me hicieron llegar hasta las lágrimas. Lo digo sin pena, ya que salieron por inercia al escucharlas. šVaya trío!
QUIERO ACLARAR QUE estoy platicándole, mi nagüe, de orquestas, ya que los combos, sonoras, típicas, conjuntos y demás quedan para otra ocasión. Esta vez permítame, monina, nombrarle algunos músicos que pertenecieron a esas bandas: Gil López, René Hernández, Sonny Bravo, pianistas; Víctor Paz, Rafael Chaparro, Puchi Boulong, trompetistas; José Mangual, Mike Collazo, Marcelino Valdés, Johnny Rodríguez, percusionistas; Bobby Rodríguez y Cachao, bajistas, y Mario Rivera, saxofonista.
SOLO SON UNOS cuantos, porque el espacio se agota, pero que me emocionaron. Por esa razón siguen en mis recuerdos, pues su calidad me puso a gozar como jamás llegué a imaginar y me obliga a darles las gracias a todos los que nombré y a los que se quedaron en el tintero.
ME DESPIDO CON un recuerdo lleno de admiración y cariño para Santos Colón.
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