México D.F. Martes 18 de noviembre de 2003
Reactivó la historieta como medio propositivo
y dispuesto a romper cánones
Alan Moore, revolucionario silente del cómic,
cumple hoy 50 años
El dibujante y guionista inglés se dio a conocer
en 1983 con sus relatos para Swamp Thing, con el que experimentó
en la forma y el fondo Dejará la escritura por la investigación
cabalística
MAURICIO MATAMOROS ESPECIAL
El nombre del dibujante Alan Moore tal vez no diga mucho
para la mayoría de lectores, pero sin duda es uno de los revolucionarios
del arte pop más importantes de la actualidad. Hoy cumple 50 años
y sus logros en la historieta son equiparables a los de los más
grandes autores del cine, la música y la literatura. Su revolución
ha sido un tanto silenciosa, pero su obra está en espera de ser
reconsiderada por el mundo. Una biografía, un libro tributo (con
textos e historietas hechas en su honor por profesionales de la industria)
y varias recopilaciones de sus obras en los últimos meses, como
parte del homenaje que se le realiza por su medio siglo de existencia,
dan cuenta de la importancia de este autor en el medio.
Nacido
en Northampton, Inglaterra, de donde no ha salido desde hace más
de una década -y no piensa hacerlo en el futuro inmediato-, Moore
se dio a conocer de manera repentina en 1983 con sus historias para el
cómic estadunidense Swamp Thing, que ha tenido dos adaptaciones
para el cine serie B, la primera dirigida por Wes Craven en 1982.
Moore terminó con el personaje como se le había
conocido hasta entonces, y le dio otra perspectiva. De un tajo finalizó
con la continuidad tan respetada en el cómic de DC y Marvel Comics
(los dos grandes emporios estadunidenses del cómic) y experimentó
con la forma y el fondo. Swamp Thing fue la reconstrucción
de un personaje mediante historias perfectamente armadas y el comienzo
de una reactivación de la historieta como medio propositivo y dispuesto
a romper cánones (fue el primer cómic en tres décadas
que se atrevió a salir mensualmente sin el sello del Comics Code
Authority, pues la combinación que utilizó de cadáveres,
sangre y sexo en su número 34 fue la razón de que surgiera
esa asociación como autocensura en plena cacería de brujas
macartista).
Un acto creativo de valor siempre es anarquista: surge
fuera de lo establecido y responde a una búsqueda personal del autor.
En el caso de Moore se ha podido ver cómo la industria estadunidense
e inglesa del cómic cambió a partir de su obra. Su búsqueda
artística es un movimiento natural de sus inquietudes como ser humano;
su obra está cargada de propuestas y respuestas en forma de metáforas
fantásticas.
Desde muy temprana edad Moore encontró que la lectura
de cómics de superhéroes fracturaba la forma de ver la realidad
y se convertía en una especie de catalizador para nuevas ideas.
Su preocupación por dar mayor coherencia y veracidad al discurso
superheroico llevaba implícita una opinión filosófica
involucrada en el proceso del hombre moderno.
Tras Marvelman (su primera historieta seriada)
y Swamp Thing, diatribas sobre el estado de poder y la ecología,
respectivamente, Moore encontró las puertas abiertas de la editorial
DC Comics y algunas otras casas más pequeñas para realizar
sus proyectos.
Su maxiserie de 12 números Watchmen, de
1987, realizada junto con el dibujante Dave Gibbons, devino historia de
superhéroes quintaesencial y fue uno de los proyectos que provocaron
la visión posmodernista del superhéroe en el cine, junto
con el Batman (1989) de Tim Burton. Durante varios años Terry Gilliam
intentó llevar al cine este proyecto, pero por la magnitud de la
historia fue imposible.
Nuevo parangón
Watchmen, primer cómic en obtener el prestigioso
premio Hugo de Ciencia Ficción, creó un nuevo parangón
en el medio, y hasta hoy su influencia ha sido determinante en la forma
de realizar cómics de superhéroes e, incluso, en el desarrollo
posterior del cómic de autor. Tras este proyecto se daría
una ruptura entre Moore y DC Comics, que llevaría al guionista a
realizar sus siguientes proyectos de manera independiente, algunos como
protestas abiertas.
Brought to light -recuento crítico de la
historia de la CIA- lo puso en el terreno político estadunidense
y, a pesar de que los rumores respecto de lo desatado por tal obra nunca
se han confirmado, el vecino de Moore le contó que algunos agentes
intentaron persuadirlo de que les permitiera vigilarlo desde su casa. Aargh!
(Artist Against Rampant Government Homophobia, Artistas contra la Rampante
Homofobia Gubernamental, 1988), en el que participaron varios de los autores
más importantes de la historieta del momento, lo editó él
mismo y sirvió como una queja ante las legislaciones en contra de
homosexuales que por aquellos años el gobierno inglés pretendía
constituir (Moore vivió en amasiato con su esposa y la amante de
ésta, y desde luego quería vivir en paz con su familia, incluyendo
sus dos hijas).
From hell (Desde el infierno,1988-1998), adaptada
al cine por Albert y Allen Hughes en 2001, es un experimento de nuevo periodismo
interpretativo en cómic sobre el caso de Jack el Destripador, y
muy probablemente se trate de la máxima obra jamás realizada
en el medio del cómic, al igual que significó el inicio de
la búsqueda de Moore de nuevas formas de percepción. Fashion
beast (Bestia de la moda), su guión para cine en el que
se constriñen la vida de Christian Dior y la historia de La bella
y la bestia, que realizó para Malcolm Maclaren, productor de
The Sex Pistols, continúa inédito.
Defensor del consumo creativo de la mariguana y sustancias
tóxicas como liberadores del lado izquierdo del cerebro, Moore ha
encontrado que el acto mismo de la creación de ideas es un acto
mágico, "porque hasta el momento todavía no sabemos de dónde
vienen", dice, y la magia en un amplio concepto se ha convertido en razón
de su búsqueda existencial.
Ya sea en performances (junto con el ex Bauhaus
David J) o en un discurso en forma de cómic -como ha podido verse
con la genial fábrica de ideas ABC Comics, de donde han salido la
Promethea y The league of extraordinary gentlemen (ambas
de 1998 a la fecha; la segunda tuvo su versión en pantalla grande
este año, dirigida por Stephen Norrington, que simplemente se llamó
La liga extraordinaria), en los últimos años este
artista multimedia ha investigado y opinado sobre formas de imaginar, pensar
y actuar; de magia, en resumen.
En los pasados 20 años Moore ha realizado una revolución
silenciosa desde la historieta, aquellos que se han percatado han pasado
la voz y el mensaje se ha corrido. Moore, el anarquista, sin embargo, ha
decidido dar de nueva cuenta una vuelta de tuerca en su cumpleaños
50: dejará de escribir cómics para dedicarse de lleno a su
investigación cabalística.
Tal vez mucha gente no se tome en serio lo que Moore está
a punto de hacer, pero sin duda los que conocen su obra saben que de nueva
cuenta está a punto de producir un gran descubrimiento.
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