México D.F. Martes 18 de noviembre de 2003
Ante los embates contra la palabra escrita,
persisten signos de vitalidad: Déborah Holtz
Trilce impulsa la poesía a partir de la deducción
de impuestos
Circulan en el país los dos primeros títulos
de esa fórmula innovadora ''No podemos exportar libros porque
el tratamiento fiscal es como el de cualquier mercancía'', dice
la editora
CESAR GÜEMES
Después que el sello Trilce Ediciones fue víctima
de un fraude a raíz del cual perdió casi la totalidad de
su fondo, hoy renace con una propuesta novedosa y funcional: la poesía
deducible, que consiste en encontrar donadores para la edición de
poemarios, quienes además de cierta cantidad de ejemplares de la
obra patrocinada, consiguen deducir de impuestos íntegramente el
apoyo económico gracias a un acuerdo de Trilce con La Casa del Poeta.
La necesidad de editar poesía, explica Déborah
Holtz, directora de Trilce, ''es más clara en una época como
la actual, en la que el embate contra la palabra escrita es evidente, pero
también es innegable que casi de manera semanal aparecen en el país
nuevas editoriales de poesía, lo cual es un claro signo de vitalidad".
Trilce acaba de poner a disposición del lector
los primeros títulos bajo la nueva fórmula: Pasmo,
de Luigi Amara, y El perro de Koudelka, de Julio Trujillo, que responden,
afirma Holtz, con creces a la iniciativa:
Juicio pendiente
''Hace
un par de años -prosigue Déborah Holtz- creímos haber
encontrado una magnífica manera de conseguir soporte económico:
realizar coediciones personales o empresariales, con las que se apoyaba
la edición de libros de poesía a cambio de una cierta cantidad
de ejemplares. Pero nos encontramos con que no era tan sencillo, porque
quienes coeditan buscan siempre una ventaja mayor. Y entonces llegamos
por fin a la solución actual: acercarnos a una institución
de asistencia privada como La Casa del Poeta, entre cuyos objetivos está
justamente difundir la poesía y que cuenta con la posibilidad legal
de emitir recibos deducibles de impuestos.
''Trilce, entonces, tiene el proyecto editorial específico
y conseguimos un donador, La Casa del Poeta, que da el recibo correspondiente.
El logotipo de la casa aparece en nuestras ediciones y además se
queda con parte del tiraje para los fines que considere convenientes. Desde
luego, el nombre o crédito del donante aparece dentro del libro
en un lugar destacado. Así nace poesía deducible y ahora
ponemos en manos de los lectores los dos primeros resultados de este esfuerzo:
los poemarios de Luigi Amara y Julio Trujillo."
La actual tranquilidad por la que atraviesa Trilce Ediciones
es muy reciente, narra Déborah Holtz: ''Hace tres años contratamos
los servicios de una distribuidora que se dedica a promover editoriales
pequeñas, varias de ellas de poesía. El primer título
fue distribuido por esta empresa con algunas deficiencias; ya con el segundo
hubo serios problemas y no hubo tercero: nos dimos cuenta de que la distribuidora
nos había robado el fondo editorial completo que nosotros le confiamos.
Ahora estamos en juicio, que cada vez se hace más largo, para recuperar
los ejemplares o la inversión que hicimos en ellos".
Aranceles excesivos
Además del fraude de que Trilce fue víctima,
enfrenta, como el resto de las editoriales de mediano alcance, grandes
dificultades para dar a conocer su trabajo fuera de México: ''Es
una imposibilidad, porque exportar un libro implica un costo como si fuera
cualquier otra mercancía. Mientras muchos países funcionan
con timbres especiales para que sus libros lleguen a distintas naciones
con un arancel muy moderado, eso aquí es imposible, porque difundir
lo que editamos en cualquier otra latitud llega con un precio que nadie
pagaría. Creo que una de las luchas de la Cámara Nacional
de la Industria Editorial Mexicana (Caniem), debe ser la reducción
arancelaria para la exportación. De otra forma no es posible dar
a conocer fuera del país lo que hacemos aquí".
-¿A qué atribuye la persistencia en la edición
de poesía, ante condiciones tan adversas?
-A la vocación editorial. Casi cada semana aparecen
en nuestro país nuevas editoriales de poesía, lo cual es
un claro signo de vitalidad. Seguro que hay elementos pasionales en la
labor editorial, porque más allá de los principios empresariales
muchos de nosotros continuamos. Además, sabemos que en México
existe un sólido grupo de lectores del género. El problema
es cómo llegar a ellos bajo circunstancias que no son las más
favorables para difundir la cultura.
El promedio del costo de edición de un poemario
en Trilce es de 20 mil pesos, las donaciones pueden ser tan altas como
lo considere la persona interesada, en el entendido de que la editorial
asume el trabajo de diseño, edición y distribución.
La editorial pone a disposición su página en Internet, www.trilce.com.mx,
mediante la cual puede realizarse el contacto con el sello.
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