México D.F. Martes 18 de noviembre de 2003
Escuelas y comercios del centro decidieron suspender
sus actividades esta semana
Miami se prepara para el huracán altermundista;
listos, 3 mil agentes
Intenso debate entre activistas para escoger
las tácticas de protesta que pondrán en marcha
JIM CASON, ROBERTO GONZALEZ AMADOR Y DAVID BROOKS ENVIADOS
"Miami no es Seattle", repiten una y otra vez las autoridades,
pero el temor de ese fantasma ha convertido el centro de esta ciudad en
una zona de alta seguridad y se genera un ambiente semejante al que prevalece
cuando se espera un huracán.
Unos 3 mil agentes de 40 agencias federales, estatales
y locales de seguridad pública se dedican a imponer el control del
centro, donde empresarios y representantes de 34 gobiernos del hemisferio
celebran una reunión ministerial sobre el Area de Libre Comercio
de las Américas (ALCA).
El gobierno local cerró las escuelas públicas
de la zona del centro y los tribunales, mientras algunos comercios y empresas
con sedes en esta zona decidieron cerrar sus puertas durante esta semana.
Los grandes cruceros de lujo que invaden el puerto de Miami fueron reubicados
en Fort Lauderdale, mientras la policía patrulla las aguas en lanchas,
los cielos en helicópteros, y las calles en brigadas de bicicletas,
caballos y automóviles.
"Es tal vez algo así como Normandía el 4
o 3 de junio de 1945, es decir, dos o tres días antes del día
D; sabes que algo va a ocurrir, pero no sabes qué", dijo el
teniente Dave Magnusson, de la policía de Miami, al Miami Herald.
"Cuando llegue el día D, defenderemos el área." Pero
sus jefes buscan bajar el volumen. "No es una guerra. Estamos aquí
para crear la paz", afirmó el subjefe de la policía de Miami,
Frank Fernández.
El
"perímetro de seguridad" ha implicado el cierre de varios accesos
al centro, se establecen varios puntos de inspección para cualquiera
que desee circular por esta zona, y se repiten las advertencias al público
de que en cualquier momento se podría impedir por completo el acceso
a esta zona.
Para facilitar el control, el gobierno municipal promulgó
la semana pasada una ley que permite a la policía detener a pequeños
grupos de personas si llevan grandes títeres o cualquier otro implemento
de madera o acero. El abogado John De León, quien trabaja junto
con la Unión Americana de Libertades Civiles, declaró hoy
que esta medida viola la Constitución del país. "Según
esta ley, ocho periodistas con cámaras de acero pueden ser arrestados",
afirmó. "Es absurdo."
Los manifestantes denuncian que desde la semana pasada
la policía empezó a detener brevemente a varios activistas,
que hay varias maniobras de intimidación, y hoy alertaron que circulan
rumores sobre la posibilidad de detenciones masivas "preventivas". No pocos
han señalado que el jefe de policía local, John Timoney,
es el mismo que como jefe de policía de Filadelfia realizó
una serie de acciones represivas durante protestas en esa ciudad hace unos
tres años.
El tema del libre comercio ha provocado, nuevamente, un
control sobre la libertad de tránsito y de expresión, y una
vez más la oposición ha ganado por lo menos en el terreno
de la imagen: los gobiernos y los empresarios sólo pueden hablar
detrás de barreras y protegidos por un ejército de seguridad
pública.
¿Y el enemigo?
Los miles de sindicalistas, ambientalistas, organizaciones
comunitarias, altermundistas de todo color y tipo empezaron a llegar
a esta ciudad, estableciendo un "centro de convergencia" donde hay intensas
discusiones sobre las tácticas que podrían emplearse en las
protestas, o debates sobre qué tanto confiar en los medios, mientras
activistas de diversas partes de Estados Unidos y otros países de
América comenzaron a construir enormes títeres, pintar mantas
y pancartas y cooperar en el mantenimiento del lugar, un almacén
abandonado a un par de kilómetros del centro.
A la vez, mientras los cruceros de lujo se trasladan a
aguas más tranquilas en Fort Lauderdale, desde esa misma ciudad
partió una marcha de unos 140 manifestantes contra el ALCA, marcando
el arranque de las protestas de esta semana, y que llegará a Miami
-un tramo de unas 34 millas (54.4 kilómetros, una milla por cada
país que participa en las pláticas del ALCA)- a tiempo para
unirse a la gran marcha programada para esta semana. Con una gran manta
en la que se lee "Alto al ALCA, Zapata vive, la lucha sigue", jornaleros
y trabajadores de Miami, junto con activistas comunitarios de esta parte
de Florida, encabezan la marcha.
Hoy se realizó una protesta contra la cadena de
tiendas de ropa The Gap, en lo que promete ser sólo el primero de
una decena de actos para denunciar a empresas que se benefician con la
explotación de mano de obra barata que, acusan los críticos,
es producto de las políticas neoliberales que se concretan gracias
a acuerdos como el TLC y el propuesto ALCA.
Los gapatistas se desnudaron frente a una tienda
del Gap en South Beach, bajo la consigna de que "preferimos ir desnudos
que ponernos ropa del Gap". Aquí culminó su caravana desde
California, donde se desnudaron frente a tiendas del Gap en varias ciudades
en el camino.
Igual que en las delegaciones oficiales, tampoco hay consenso
entre la oposición. Hoy se realizó un foro a lo largo del
día entre representantes de ONG y académicos sobre los aspectos
políticos, sociales y económicos del libre comercio, todos
muy bien portados. El acto se realizó en el mismo hotel donde se
lleva a cabo el foro de los empresarios de las Américas y contó
con la bienvenida oficial del comité anfitrión del ALCA en
Miami.
Por otro lado, representantes sindicales, ambientales
y de diversas organizaciones sociales del hemisferio (incluyendo la ORIT,
Vía Campesina, entre otras) realizarán otro foro de conferencias
y talleres para expresar críticas y ofrecer alternativas al modelo
neoliberal, pero se realizará sin la bendición oficial, y
fuera del perímetro de seguridad. De hecho, los participantes en
el segundo foro también formarán parte de la gran marcha
y manifestación-concierto contra el ALCA que se ha programado para
esta semana.
Mas allá de estas conferencias, otros grupos se
dedicarán a la protesta callejera, a la acción directa, y
otras expresiones de oposición, lo que se ha capturado en las imágenes
más conocidas de las grandes protestas altermundistas de
los años recientes.
Entre todo esto, nadie puede pronosticar si lo que ocurrirá
esta semana será un huracán de resistencia y protesta o sólo
una tormenta tropical. Es cierto que no será otro Seattle, ya que
los propios activistas dicen que eso no se puede repetir, ni hay esa intención.
Pero las voces contra el ALCA no llegaron aquí para gozar del buen
clima, sino para nublar los cielos de los que promueven el libre comercio
como un futuro soleado para las Américas.
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