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México D.F. Martes 18 de noviembre de 2003
Testimonios del fuego y la palabra
Federico, capitán primero insurgente de infantería del EZLN: Como insurgentes, la idea y el pensamiento era que nos preparamos a hacer la guerra contra el gobierno y así seguir, como se dice en la Primera Declaración de la Selva Lacandona, que vamos a llegar peleando hasta la capital, y yo estoy convencido en ese sentido... De 1983 a 1993 la organización supo crecer, supo resolver sus problemas internos y supo cuidarse del enemigo. Nuestros problemas o nuestras fallas nunca fueron tan grandes como para que nos desapareciéramos, porque estamos bien claros y convencidos de la idea de nuestros primeros compañeros, que pasara lo que parara nunca nos vamos a retroceder. Así se vio de claro cuando se hicieron un chingo de pueblos y de milicianos y de insurgentes.
Noé, capitán primero insurgente de infantería: En estos diez años sí hemos visto logros, porque primero que nada la sociedad civil ya entendió cuál es nuestro objetivo de exigir nuestros derechos como indígenas, nuestras 13 demandas para todos los mexicanos. Pero aun con la lucha pacifica con la sociedad civil, nunca hemos dejado las armas, porque sabemos que son la seguridad. Si no se logra por medios pacíficos, nosotros seguimos dispuestos. Nosotros no llamamos a que se organicen en un ejército, sino que organicen ellos su resistencia... Hemos visto que en estos diez años públicos se ha combinado nuestra lucha buscando alternativa para no ser tan guerreristas, como decimos nosotros. Damos chance a que se organicen afuera y nosotros también nos organizamos adentro... Sí se puede llevar la lucha pacífica, pero estamos dispuestos a usar nuestras armas, como hace diez años. De por sí somos el EZLN.
Lucio, capitán primero insurgente de infantería: A mí me da orgullo este tiempo... Yo le veo mucha diferencia a este tiempo con otros tiempos. Nuestros niños ya están naciendo con una escuela y con una clínica, con su propio sistema de educación y de salud. Todavía esta dura la cosa en cuestiones de producción y de comercialización, pero ya están buscando la manera de que se solucione y que haya proyectos, y esto está muy bueno.
Cornelio, capitán primero insurgente de infantería: Todo es una ganancia... Estos diez años ni los sentimos como pasaron, es que hay tanto trabajo que Ƒacaso se sienten los años? También hay un cambio de pensamiento de los hombres de los pueblos. Ahora ya dejan que las mujeres participen, porque antes no daban permiso. Su pensamiento de los hombres ha cambiado y, aunque falta, ya no es lo mismo de antes. Esos cambios de los hombres de por sí las compañeras han luchado por ellos, porque están conscientes de sus derechos y los obligan a que se den esos cambios. (Testimonios tomados del libro 20 y 10, el fuego y la palabra, de Gloria Muñoz Ramírez)
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