México D.F. Viernes 7 de noviembre de 2003
No me pone nervioso el clásico; al final
sólo son tres puntos: Beenhakker
Tenemos que ganar aunque anotemos con la mano, afirmó
el Loco Abreu
Para Christian Patiño es cuestión de orgullo
el clásico América-Guadalajara
MIGUEL ANGEL RAMIREZ
Para Sebastián Abreu el fin justifica los medios
en el clásico del futbol mexicano. El uruguayo dijo ayer que "este
partido hay que ganarlo siempre", sin importar si el gol lo hacen "con
la mano, en fuera de lugar" o es un tanto "lindo".
Reconoció
que "lo importante es jugar bien", pero en el clásico América-Guadalajara
"no se preocupa uno si hace un gol lindo, sino que exista como sea y sirva
para ganar".
-¿Aunque sea con trampa?
-Fue un comentario nada más.
El delantero americanista consideró que tampoco
importa cómo llegan ambos equipos al compromiso. "Siempre los clásicos
son aparte, diferentes; no interesa la situación o posición.
Es un clásico y nadie quiere perder."
Después del lapidario 6-0 que les recetaron en
Toluca, Abreu aseguró que el ambiente en el equipo "está
como para entrar al campo de juego y hacer cosas positivas, porque normalmente
si juegas bien estás más cerca de ganar. Entonces, estamos
para hacer un buen encuentro".
Dijo que es una gran oportunidad "para sumar tres puntos
fundamentales", pues darían un gran paso para la clasificación.
Además representaría una inyección anímica,
porque "ganar un clásico representa mucho más cosas" que
cualquier otro partido.
En tanto, Christian Patiño, otro que podría
ver acción desde el inicio ante Chivas, estuvo de acuerdo en que
en el clásico se juega "algo más que tres puntos". Para él
es cuestión de orgullo.
El técnico Leo Beenhakker, por su parte, señaló
que no hay nada nuevo alrededor del clásico. Dijo que "hay más
ambiente, un estadio lleno" y "todo mundo en la calle está hablando
del partido", como pasa también en otros países. Pero "al
final de todo el ganador tiene tres puntos y el que pierde, cero: nada
más".
Aplaudió que los medios de comunicación
estén "calentando" el ambiente. Agregó que le encantan estos
encuentros y alentó la esperanza de que cada semana fuera igual.
Explicó que ellos se preparan a conciencia todas las semanas y él
no se pone "nervioso" ni cambiará su manera de ser por el clásico.
"¿Usted me pide ahora actuar de forma distinta?",
preguntó a un colega, quien le dijo que contra Chivas no era un
partido cualquiera. "¿Sentarme en la banca de espalda o con bigote?",
ironizó.
Y remató: "yo entiendo que es un partido clásico
acá, pero mi trabajo no cambia".
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