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México D.F. Viernes 7 de noviembre de 2003
El performance de Ofelia Medina aportó
la irreverencia característica del pintor
En Bellas Artes, depositan las cenizas de Gironella
entre una lluvia de rosas blancas
MERRY MAC MASTERS
La esencia de Alberto Gironella, su obra y su persona
se han apoderado desde anteayer del Palacio de Bellas Artes.
En un acto inusitado, las cenizas del pintor fallecido
en 1999 ingresaron al máximo recinto cultural del país, al
ritmo del aria Toreador, de la ópera Carmen, de Georges
Bizet, en el contexto de la magna exposición Alberto Gironella.
Barón de Beltenebros, inaugurada en el museo. Sin el performance,
ideado por Ofelia Medina, y bajo la dirección artística de
Alejandro Reza, la apertura hubiera carecido de la provocación y
la irreverencia asociadas con el artista y su producción plástica.
Todo lo sucedido estuvo dentro del más estricto espíritu
gironellano.
La noche, de hecho, tomó dos rumbos que desembocaron
en un final común. Mientras el vestíbulo del palacio se atiborraba
de público -2 mil 500 personas, según el cálculo oficial-,
en los bajos del edificio, la sala Adamo Boari fue habilitado como camerino
para Ofelia Medina y su troupe de actores, músicos y cantantes.
Muerte sensual y coqueta
De
acuerdo con el programa, una vez efectuada la ceremonia oficial, La Muerte,
personificada por Ofelia, entraría al palacio por la puerta grande,
portando las cenizas del maestro homenajeado, contenidas en una caja diseñada
por su amigo, el artista belga Pierre Alechinsky.
En el vestíbulo, la sensual y coqueta Muerte se
reuniría con los personajes cultivados por el pintor: la reina de
los chorizos, el ángel, Zapata, Madonna, la reina pedota, la menina,
la infanta, entre otros, que habrían descendido por la escalera
recitando textos -''si Dios fuera cíclope, España sería
su ojo"- de autores favoritos de Gironella, para emerger de un gran marco
cual desprendimiento pictórico. Pero antes, La Muerte llevó
al pintor a una cantina.
Pasadas las 20 horas, una comitiva integrada por Ofelia
Medina, los dos franciscanos que portaban estandartes amarillos con el
sello ''Esto es gallo'', la servidora de La Muerte, una de las toreras
y José Antonio Morales que llevaba las cenizas, salió por
una de los accesos laterales de Bellas Artes, atravesó el Eje Central,
caminó por 5 de Mayo hasta llegar al bar La Opera. Allí,
La Muerte saludó a los parroquianos. Copa de vino tinto en mano,
el brindis fue ''el arte de Gironella, salud". Acompañada por el
cuarteto del lugar, la actriz le cantó al pintor, a la vez que sostenía
el recipiente con las cenizas.
Al grito de ''vámonos a Bellas Artes", la comitiva
emprendió el regreso, entonando canciones populares, como Ya
vamos llegando a Pénjamo, mientras que otro personaje les ''abría
la fiesta con fuego".
Zapata vive, la lucha sigue
En
el palacio el acto inaugural era encabezado por Sari Bermúdez, presidenta
del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes; Saúl Juárez,
titular del Instituto Nacional de Bellas Artes; Jorge Contreras Santiago,
director general de la Fundación Bancomer; Cristina Barrios Almazor,
embajadora de España en México, y Mercedes Iturbe, directora
del museo, ataviada de acuerdo con la ocasión, quien describió
la obra de Gironella como ''una verdadera bomba en cuanto al poder y la
fuerza".
Terminado el acto y en medio de fanfarrias hizo su entrada
triunfal La Muerte. Después del aria Toreador, Regina Orozcó
cantó Habanera, también de la ópera Carmen.
Hubo gritos de ''olé, olé", pero también de ''Zapata
vive, la lucha sigue". La Orquesta Sinfónica Juvenil del Estado
de México remató con la Marcha de Zacatecas. Las autoridades
fueron las primeras en subir a recorrer la exposición. Al poco tiempo,
Ofelia Medina y su troupe se dirigieron a la Sala Nacional, donde
''visitaron'' varios cuadros de Gironella.
El destino final era la sala Rufino Tamayo, donde frente
a un gran fotomural de un paredón, y entre la máscara mortuoria
del artista homenajeado y sus manos en bronce, sus cenizas fueron despositadas
por su hijo Emiliano en medio de una lluvia de rosas blancas.
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