México D.F. Viernes 7 de noviembre de 2003
Inicia congreso internacional sobre el tema
Fortalecer a la familia, clave para detener el deterioro social: DIF
CAROLINA GOMEZ MENA
La mayoría de los mexicanos vive en familias, ya sean extensas o nucleares, pues casi 94 por ciento de los hogares son familiares. En el país existen alrededor de 23 millones de familias, y cinco millones tienen como jefa a una mujer. Asimismo, en casi "90 por ciento" de las vulnerabilidades que enfrenta alguno de sus miembros -niños en situación de calle o explotados sexualmente, abandono de adultos mayores o maltrato- "hay detrás problemas familiares, la presencia de una familia autoritaria o bien la ausencia de una".
Ante este panorama la actual administración federal se propone -antes de que concluya el sexenio- sentar las bases de una política que privilegie las estrategias públicas con tendencia comunitaria y familiar, aseguró Ana Teresa Aranda Orozco, directora general del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), al hacer hincapié en que "la única forma de detener el deterioro social y de generar capital humano es crear las condiciones para empoderar y fortalecer a las familias".
Este también es el sentir de la Organización de las Naciones Unidas, la cual ha hecho un llamado a los países a poner en el centro de sus políticas a la familia.
Al inaugurar el Congreso Internacional de la Familia, Mariano Azuela, presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), subrayó que para "alcanzar su perfecto desarrollo, el ser humano depende de su familia". En razón de esto hizo un llamado para que se "avance en el fortalecimiento de la familia mexicana, porque de ese modo se estará contribuyendo a lo que verdaderamente México aspira, al perfeccionamiento de la comunidad nacional".
Por su parte, Yoriko Yasukawa, representante del Unicef en México, remarcó que independientemente de la forma que tenga hoy la familia -que no posea la conformación tradicional- la discusión sobre su fortalecimiento se debe centrar en los derechos de los niños, pues sólo de esta forma se garantiza su pleno desarrollo.
Con respecto a esto, monseñor Daniel Medina, secretario ejecutivo de la Comisión Episcopal de Pastoral Familiar de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), consideró que el modelo de familia que el gobierno debe fortalecer es el existente en la Biblia, es decir la formada por esposo, esposa e hijos.
"Ese es el proyecto de Dios, es el santuario de la vida, porque al amor de los esposos se le confió el don de la vida, de modo que para la Iglesia es estratégico mantener este modelo de familia. Algunos dicen que la familia ha cambiado, que hay diferentes tipos, nosotros no coincidimos con este punto de vista porque para nosotros la familia tiene una esencia inmutable."
Aranda, luego de remarcar que cualquier esfuerzo gubernamental "quedaría sólo en buenas intenciones si no hacemos políticas con perspectiva familiar y comunitaria", negó que la pobreza material sea la que más afecte a las familias mexicanas, pues sostuvo que también la pobreza en valores empieza a hacer estragos.
La ministra de la SCJN Olga Sánchez Cordero, comentó que aunque en la Constitución -en el artículo 4- se garantizan los derechos de la familia, aún no existe en la Carta Magna una definición clara de esa agrupación social, y deslizó que tocará a la SCJN o a los tribunales de la federación definir su concepto.
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