México D.F. Viernes 7 de noviembre de 2003
CIUDAD PERDIDA
Miguel Angel Velázquez
Gas, el fétido olor de las privatizaciones
PARA TODOS los que quieren y aman las privatizaciones será conveniente que le echen una mirada a lo que pasa con las empresas distribuidoras de gas en la ciudad de México.
ES SABIDO, y tal vez por eso olvidado, que esas compañías representan peligro constante para los capitalinos. Desde los cilindros en muy mal estado hasta los ductos que, como los de la empresa Metrogas, amenazan constantemente a los ciudadanos.
NUNCA HUBIERA sido tan oportuno, si así se puede considerar, el accidente en Tepepan, delegación Xochimilco, porque pone en evidencia muchos de los males de las privatizaciones.
UN EJEMPLO claro es Metrogas. Como se recordará, el argumento principal de los amantes de las privatizaciones o desnacionalizadores, como quiera llamarles, es que Pemex es un monopolio que en la era del mercado libre tiene que desaparecer para dar paso a la libre competencia.
PERO COMO en el caso de la tan llevada y traída democracia, ésta también es otra falacia del gobierno del engaño, porque resulta que Metrogas, filial de la española Gas Natural, es la única que distribuye el energético en el Distrito Federal, es decir, el gobierno federal concesionó a esa empresa, y a ninguna otra, la distribución del combustible.
DE ESE modo Metrogas es un monopolio. El resultado del monstruito que echó a andar el gobierno de Fox salta a la vista, pero vamos a ver algunos otros indicadores.
DE ENERO a septiembre de este año la empresa española acumuló 611 quejas de usuarios, es decir, casi dos quejas por día. Lo que habla de la ineficiencia de la empresa privada es que la mayoría de esos reclamos fue por incumplimiento de contrato.
POR EL momento Metrogas, que obtuvo la concesión en 1998 durante el gobierno del presidente traidor, Ernesto Zedillo, atiende a 128 mil clientes en 14 delegaciones y espera llegar, según sus planes y con la ayuda de Fox y Cía, a 700 mil en 2006.
EN CUANTO a lo que sucede en el país, las empresas distribuidoras de gas, tanto LP como natural, han recibido reclamos de los usuarios por servicio deficiente, alteración de pesas y medidas, además de cobros indebidos e incumplimiento en la entrega.
LOS MUY graves accidentes, como las explosiones en San Juanico, así como las constantes alzas de precios, hacen pensar que la eficiencia de las empresas privadas en el manejo de un servicio de la importancia del gas no cumple como suponen quienes lo defienden a capa y espada.
PARA LA empresa privada, que busca sólo el lucro, lo que pueda suceder a la gente es lo menos importante. Bajar costos y mantener precios altos es la mejor fórmula.
SI PARA ello es necesario, por ejemplo, usar material de mala calidad, no importa, a fin de cuentas por aquí y por allá saldrán quienes digan que en cualquier empresa, privada o del Estado, pueden surgir accidentes, porque nunca aceptarán la ineficiencia de las trasnacionales que se han adueñado poco a poco, y con la ayuda del gobierno del engaño, de los recursos naturales del país.
YA HABRA tiempo para demostrar en este espacio, como ya se ha hecho en otros de La Jornada, la importancia que tiene para nuestra soberanía rechazar los intentos de este gobierno por acabar con el país mediante la entrega de los recursos naturales.
POR LO pronto, que nadie rezongue si dentro de poco hasta los que fueron contrarios en la lid política se reúnen para dejar en claro algo que se les olvidó a Fox, a Elba Esther y compinches que los acompañan: primero es México.
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