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México D.F. Lunes 3 de noviembre de 2003
Atracos en las taquillas, peligro en los tendidos...
caos en el coso de Insurgentes
Suspenden por lluvia la inauguración de la temporada
alta en la Plaza México
Hubo menos de media entrada El juez no proclamó
la cancelación del "gran" festejo
LUMBRERA CHICO
Cuando se es torpe por vocación y naturaleza, ni
las alianzas con una familia tan pudiente como la de Miguel Alemán
ni el apoyo de un gobierno como el de Andrés Manuel López
Obrador sirven para disimularlo. Al inaugurar la temporada alta -que no
grande- 2003-2004, Rafael Herrerías no tuvo la cortesía de
regar la arena de la Monumental Plaza Muerta (antes México) en las
horas previas a la corrida. Lo hizo después de la muerte del primero
de la tarde, cuando las condiciones del clima decían a gritos que
era una imprudencia. El cielo estaba negro y soplaba el viento. Hasta un
cretino habría adivinado que se avecinaba un chubasco.
Pero
el "patrón" ordenó que saliera el coche cisterna, perdiendo
con ello un tiempo valiosísimo. Una vez que el ruedo quedó
listo, el torilero Luis Antonio Rivero soltó a Barbas Largas,
de 492 kilos, del hierro de Teófilo Gómez, y el primer espada
del cartel de a pie, el charro sindical Eulalio López El Zotoluco,
trató de hacerle fiestas con el capote. Nada logró en su
primera intentona, por lo que lo llevó al caballo, donde el bovino
tomó un piquete regateando bravura. Entonces El Zotoluco
propuso un quite por chicuelinas en los medios y lo ejecutó moviéndose
y muy despegado del burel. Arriba aleteaban los relámpagos.
Después de las banderillas, y capeando el vendabal
que azotaba como remolino el embudo de Mixcoac, la "máxima" figura
taurina de México dio unos muletazos de tanteo y se lo zumbó
por la derecha y por abajo, tirando de él, sin estar del todo en
su sitio. Un achuchón del rumiante le permitió improvisar
con dramatismo en la cara y en ese momento descubrió que el bicho
embestía mejor por la izquierda.
Muy cerca de los pitones, con el afán de ahogarlo
para dar paso al tremendismo, cuajó dos series en redondo con la
zurda de mediana calidad, pero muy vistosas, y ya se le entregaba la gente
cuando el cielo se rompió en un diluvio sazonado con granizo, y
mientras los tendidos se vaciaban y se congestionaban los túneles
con gran peligro para la seguridad de niños y ancianos que estuvieron
en riesgo de ser aplastados, El Zotoluco pinchó y luego dejó
tres cuartos de estoque en cualquier sitio que la densa cortina de lluvia
impedía apreciar.
El redondel, a partir de ese instante, se convirtió
en una alberca de aguas sucias; el público salió nadando
rumbo a los bebederos aledaños, y la "gran" función inaugural
del undécimo atraco anual a cargo de Herrerías fue suspendida
por común acuerdo de matadores y juez, mismo que ni siquiera se
tomó la molestia de proclamarlo por el sonido local, habida cuenta
de que es (el sonido, pero también el juez) perfectamente inútil.
Antes, con mucho entusiasmo, eso sí, el rejoneador
sevillano Fermín Bohórquez, sustituto de Pablo Hermoso de
Mendoza, aburrió a la escasa concurrencia, pero sobre todo a su
adversario, de nombre Mexicano, becerrote perteneciente a la vacada
de Vistahermosa, que derrochó celo y soportó el desfile de
seis cabalgaduras, a dos de las cuales rasguñó en la grupa
con sus pitones aserruchados, pero no logró, como el jinete, emocionar
a nadie. Sin embargo, fue asesinado de un espadazo en la región
lumbar, a pesar de lo cual Bohórquez se robó descaradamente
la vuelta al ruedo entre pitos y gritos de gente que pedía cerveza.
Para la historia
El minifestival de ayer pasará a la historia, mal
que nos pese, porque nunca hasta donde los anales recuerdan se había
suspendido una corrida inaugural de temporada "grande", pero sobre todo
porque un acontecimiento de esta índole jamás había
registrado tan poca asistencia. Vacíos los tendidos generales, con
tres cuartos en sol numerado, desiertas las zonas altas de las localidades
de sombra y notables claros en el área de barreras de ambos hemisferios,
el desinterés de la afición premió los denodados "esfuerzos"
de Herrerías por arreglarse en lo oscurito con los mandones y darle
la espalda a su responsabilidad social.
Ah, pero eso sí, los precios subieron como todos
los años, pasando de 70 a 105 pesos el alquiler de la fila 23 de
sombra, y de 55 a 75 el mismo nivel de sol, en tanto que las barreras aumentaron
a 495 pesos la primera de sombra y a 345 la primera de sol. Pese a las
promesas que el nuevo delegado de la Benito Juárez, el panista Fadlala
Akabani, hiciera al periodista Enrique Méndez de este diario, el
callejón estuvo a reventar de gorrones que nada tenían que
hacer, ahí mientras en el palco del "promotor", Marquitos, su gato
de angora, se dedicó a emborrachar sin disimulo a los amigos e invitados
del amo.
López Obrador quería que hubiera toros en
Mixcoac a toda costa y ayer los tuvo. Pero éstos sólo fueron
dos y no dejaron satisfechos a nadie. Quería "gobernabilidad" y
tuvo a no pocos niños y ancianos en peligro de ser apachurrados
en los túneles cuando el diluvio arreó a la gente hacia lugares
menos inhóspitos.
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