Hoy, última función; cumple 50 representaciones

Cabaret virreinal, concierto de las fiestas en los conventos

ARTURO CRUZ BARCENAS

Hoy, 3 de noviembre, se realizará la última función del espectáculo Cabaret virreinal, a cargo del grupo Voces de Sor Juana, al cumplirse 50 presentaciones. En una primera etapa, la obra se exhibió en El Hábito y acabará su ruta en Casa Frissac, ubicada en Moneda 1, Centro de Tlalpan. Develará la placa alusiva Mario Iván Martínez, quien por años ha estado relacionado con el rescate e interpretación de la música barroca, sobre todo de raíz mexicana.

Contrario sensu, esta puesta no es solamente discursiva, sino que el público puede oír a las jóvenes de Voces de Sor Juana, cuyo nombre está inspirado en lo que representa para el mundo la imagen de la Décima Musa. Además se han dado a la tarea de rescatar y difundir el amplio repertorio de la época barroca en México y Latinoamérica, así como el europeo para voces iguales.

En entrevista, Julia Medina Gaos, soprano integrante de Voces, explicó que el espectáculo es "un concierto contextualizado, en el que se habla de las fiestas que había en los conventos y del comportamiento de las monjas. La trama es un juicio a cinco monjas. El personaje del Padre va describiendo las actitudes de las monjas, como el hecho de que a veces se quitaban el hábito, lo cual está fundamentado históricamente.

"Se desmitifica la imagen de que las monjas estaban quietecitas y siempre rezando, contando rosarios. Por el contrario, la música era parte de su entorno; por eso se han hallado muchas piezas escritas en los conventos. Nosotras bailamos en la obra. La música que tocamos y cantamos se encontró, la mayoría, en la catedral de Puebla."

Medina informó que la Secretaría de Cultura del Gobierno del Distrito Federal reconoció el trabajo del grupo y le otorgó la beca del programa Artes por Todas Partes. Cabaret virreinal dura una hora. El desenlace es para desternillarse de risa, pues una vez que las monjitas ya bailaron y cantaron, así como después de que el sacerdote da su idea de ellas, resulta que no se portaban tan mal. El virtuoso le entra al jelengue y hace lo mismo que ellas. Ya no hay juicio.

Ocurre lo normal. Las monjas ya no quieren serlo, se sinceran y la obra acaba con una cumbia del siglo XVII que se llama Esa noche yo bailé. "Se trata de un negrito, un anónimo, que era una especie de dialecto con el cual los esclavos negros imitaban a los españoles en su modo de hablar. Esos son los negritos o negrillas", precisó Medina.

Añadió que se da una visión irónica sobre la imagen prevaleciente del virreinato, que se tiene como oscura. "La música es muy alegre; sí hay letras religiosas, pero hay parodias."

Voces de Sor Juana: Julia Medina, soprano; Grissel Ruiz, mezzosoprano; Solveig Acuña, soprano; Edna Martínez, mezzosoprano, Lorena Peugnet, clavecín. Informes: [email protected]