México D.F. Lunes 3 de noviembre de 2003
Ofrecerá hoy un concierto gratuito y
alterno a los festejos del centenario de Panamá
Nada me impedirá celebrar con mis paisanos:
Rubén Blades
"Tengo entendido que mi exclusión de los actos
oficiales se originó por apoyar a Martín Torrijos" De lo
contrario "hasta me habrían dado Orden de Vasco Núñez",
expresa el músico
ERNESTO MARQUEZ ESPECIAL
Tras el revuelo que se armó en medios artísticos
y políticos de Panamá por la decisión del gobierno
de Mireya Moscoso de excluir a Rubén Blades del programa de celebración
de los cien años de vida republicana debido a sus "declaraciones
políticas", el artista más reconocido de Panamá se
presentará por su cuenta en un concierto alterno y gratuito.
Así lo hizo saber el compositor y cantante. "Tengo
entendido que todo esto se originó por apoyar a Martín Torrijos.
Creo que si me hubiese declarado en favor del candidato oficialista, Miguel
Alemán, no habría ocurrido nada, hasta me hubiesen dado la
Orden de Vasco Núñez. Pero el tono amargo de este incidente
no me impedirá estar en Panamá durante estas fechas patrias
para celebrar con mis paisanos y rogar que los próximos cien años
nos encuentren, en lo posible, libres de mezquindades, odios y revanchas,
trabajando y mirando de frente al mejor futuro posible", expresó
por medio de su portal en Internet.
La iniciativa de Rubén fue apoyada por la alcaldía
de Panamá, la Fundación Anoland Díaz y Ayuda Conjunta
para el Desarrollo (ACDE), que preside Vivian de Torrijos, esposa del candidato
presidencial del PRD, Martín Torrijos.
El concierto, a realizarse hoy, justo en el vértice
que forman las calles Aquilino de La Guardia y Calle 50, a partir de las
17 horas, será totalmente gratuito y transmitido en cadena nacional
por las televisoras y radiodifusoras más importantes de Panamá.
Los organizadores han establecido el lugar y el horario
para no afectar los actos del Comité Nacional del Centenario y "garantizar
la mayor armonía en tan trascendental fiesta nacional", expresó
el alcalde Juan Carlos Navarro, quien, consciente del arrastre popular
del autor de Pedro Navajas, invitó "a la concordia y a la
unidad apartidista", proclamando que sólo sea una bandera, "la de
Panamá", la que ondee en el concierto de Rubén. Un acto que
por la gran expectativa que ha generado opacará a todos los demás.
Con esta actividad Rubén cumple y se zanjan las
controversias originadas por su exclusión, dijo Roberto Blades,
hermano del cantante y uno de los organizadores del concierto, quien aseguró
que "nunca fue el dinero", como han señalado "insidiosamente" algunas
fuentes gubernamentales, lo que se interpuso en la voluntad de Rubén
para participar en los festejos. "En él siempre ha existido la voluntad
para cantar en Panamá gratis, como lo hiciera en los actos de reversión
del Canal de Panamá en 2000 y en innumerables ocasiones para causas
benéficas (...) Aquí lo que ha prevalecido es el autoritarismo
de los organizadores."
Rubén Blades, quien desde antes de arrancar la
gira Mundo manifestó su decisión de abandonar las
actividades artísticas para abrazar la causa política de
su amigo Martín Torrijos y ocupar un cargo en su gabinete en caso
de que éste resultara electo, fue desde siempre el personaje incómodo
para el Comité Nacional del Centenario, que preside Lorena Castillo,
quien con el pretexto de las declaraciones vertidas por el compositor en
Puerto Rico (las mismas que realizó en cada país que visitó
durante el tour) decidió cancelar su concierto sin medir
las consecuencias, pues generó en el panameño un sentimiento
de despojo.
Manifestaciones de irritación
La
irritación de un amplio sector de la sociedad panameña y
las manifestaciones de reprobación de distinguidas personalidades
se hicieron notar en la prensa nacional e internacional.
La agencia Efe, en su despacho del 17 de octubre, destacó:
"El cantante más internacional de Panamá, Rubén Blades,
ha sido excluido de los actos del centenario de la separación de
su país de Colombia, por expresar sus ideas políticas, contrarias
a las de la presidenta Mireya Moscoso".
En un amplio artículo titulado "Sectarismo en tiempos
del centenario", publicado el día 19 en el diario La Prensa de
Panamá, el ex canciller Jorge Eduardo Ritter se quejaba: "Es
inconcebible que el más universal de los panameños no pueda
cantar en su tierra en una fecha de tanto significado porque el gobierno
teme que lance una arenga política y decida allí el resultado
de las próximas elecciones".
Asimismo el escritor y compositor Pedro Azael Tsimogianis
se lamentaba en el mismo diario de que la celebración del centenario
haya quedado marcada "históricamente y para siempre" por la persecución
política.
Por su parte, el también escritor y pedagogo Paulino
Romero señaló que "ninguna de las personalidades invitadas
especiales por el Ejecutivo tiene ni reviste la importancia para los panameños
como la figura de Rubén Blades". Arremetió contra Lorena
Castillo, a quien dijo: "Sepa, señora, que su actitud quedará
sellada como un estigma antipatriótico que jamás se olvidará".
Más allá de Panamá la acción
tuvo respuestas de sorpresa e indignación. En Inglaterra, Peter
Ustinov dijo no conocer a ningún personaje que haya hecho más
para poner a Panamá en el mapa artístico que Blades, y manifestó:
"Además de ser un actor de gran talento, es un incansable luchador
social y es penoso que le hagan esto en su país".
En Chile, el viceministro Miguel Insulza dijo que le parecía
"increíble" lo del veto a Rubén. Mientras en Argentina, un
alto funcionario, que prefirió no se le citara, comentó que
apartar a Blades sería igual "que si elimináramos la música
de Carlos Gardel de un festival del tango".
Mientras pasaban los días y aumentaba la ola de
descontento a escala mundial, en Panamá la polémica ocupaba
las primeras páginas de los diarios y en la radio se programaba
la música de Blades. En tanto los responsables del veto no atinaban
cómo proceder ante la presión de la opinión pública
que pedía ver y escuchar a su artista.
La presidenta negó haber influido y tildó
a Blades. "Rubén tiene derecho a pertenecer a cualquier partido
político y no vamos a tomar ninguna excusa política para
que deje de expresarse por medio de su trabajo artístico (...) Le
dijimos que él, como panameño, debe sentir lo mismo que nosotros,
y que ahí tiene una tarima donde puede venir a cantar."
Se le preguntó si el impedimento había sido
el dinero que se le pagaría a Rubén y expuso que "Blades
había pedido 300 mil dólares, pero se logró que bajara
a 100 mil y participara sin hacer proselitismo. Sin embargo, él
incumplió".
Castillo, en apoyo a su jefa, argumentó que no
resultaba lógico pagar a Blades "con fondos del Estado para que
hiciera política".
Rubén, quien se encontraba de gira por Sudamérica
y guardaba discreta distancia "por respeto al país", difundió
mediante su portal (www.rubenblades.com) una carta en la que ubicaba su
posición y negaba que fuera a utilizar la tarima para arengas políticas;
aprovechó para defenderse de infundios como el supuesto cobro de
los 100 mil dólares. "Nunca pedí ni escuché cantidad
alguna", aseguró.
Tras muchos días de incertidumbre y con el riesgo
de que las fiestas patrias resultaran un fracaso, Blades resolvió
irse por la libre para cantarle a su pueblo.
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