México D.F. Lunes 3 de noviembre de 2003
Debió enfrentarse a recuerdos dolorosos, confirma el hijo del escritor catalán
Afectó a Manolo escribir la biografía de Franco
ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL
Madrid, 2 de noviembre. Daniel Vázquez Sallés tuvo la dolorosa misión de acudir al cementerio de Collserola para recoger la caja con el cuerpo incinerado de su padre, el escritor Manuel Vázquez Montalbán, quien murió el sábado 18 de octubre. El también escritor e hijo de Manolo, infatigable e inquebrantable luchador por las causas más justas, concedió una entrevista a La Jornada en la que habló de la cercanía mutua, que seguramente nunca se debilitará.
-ƑCómo se encuentran usted y su familia?
-Siento un vacío tremendo. Mi padre era una especie de escudo protector de nuestra familia, que es relativamente pequeña y que se había ampliado con el nacimiento del nieto. Era una persona que siempre estaba a disposición de todo el mundo, por eso tengo una sensación evidente de orfandad y creo que el mundo se queda ahora un poco cojo.
-Supongo que esa generosidad también la desplegó con usted, su hijo.
-Siempre estuvo ahí, con la palabra justa y en el momento justo. Me acuerdo de una anécdota cuando nos encontramos en la Caravana Zapatista, que yo la inicié desde San Cristóbal. Cuando bajaba de un autobús empecé a buscar a mi padre y lo encontré haciendo una entrevista. Le puse la mano en la espalda y cuando se dio la vuelta y me vio, se relajó de golpe y me dijo: 'estás bien'. Yo tenía una relación muy cercana a él.
-ƑQué siente cuando ve todo lo que significa para tantas personas, en tantos lugares del mundo, la figura de su padre?
-Es difícil de explicar, pues a mi padre yo le veía despertarse, irse a dormir, bostezar, discutir, cabrearse o cocinar, por eso cuesta un poco extrapolarlo de eso y te sorprende la dimensión del personaje, que no deja de ser mi padre. El dolor que provocó la noticia no sólo en España, sino también en México e Italia, me hace pensar en cómo un hombre sentado en una silla y con un ordenador delante es capaz de mover tantas cosas. Era una mente privilegiada.
-ƑQué ha sido lo más importante que le ha enseñado Manuel Vázquez Montalbán?
-Seguramente la generosidad, y una cosa muy importante: no olvidar de dónde vienes. Creo que mi padre tenía este carácter por su origen y por sus padres. Me acuerdo una vez, cuando yo tenía esta época un poco confusa, que se enfadó conmigo y me dijo: 'šno olvides nunca que tu abuelo era descargador de un muelle!' Hay una canción que canta Raimon que en uno de sus versos dice: 'quien pierde sus orígenes, pierde su identidad'. Y yo creo que eso es fundamental y mi padre nunca perdió su identidad.
-ƑQué es lo que más le gusta de lo que escribió su padre?
-Hay varios libros, pero creo que hay tres libros muy simbólicos por su situación, aparte de los de Carvalho, que son: El estrangulador, que yo siempre leí como un testamento, ya que en el momento de su escritura mi padre empezó a estar delicado de salud; el segundo es la Autobiografía del general Franco, que creo que fue el libro que lo mermó definitivamente de salud, porque es una especie de reflexión sobre su niñez, su infancia y de unos años muy duros, y el tercero es Galíndez, porque fue un libro que entusiasmó mucho cuando lo leí, en una época en la que vivía en Nueva York y además muy cerca de donde secuestraron a Galíndez.
-ƑCree entonces que la figura de Franco fue crucial en la vida y muerte de su padre?
-Sí, porque escribir ese libro significó enfrentarse a su niñez y a su vida, por eso creo que de verdad fue un libro que le provocó en parte el infarto, ya que era enfrentarse a un personaje que le había marcado mucho a él y a su familia, esa niñez tan dura de miseria y represión. Yo lo viví tarde, pero recuerdo cuando me despertó mi madre llorando a las siete de la mañana para decirme que Franco se había muerto. Aquí Franco duró lo que duró porque supongo que no había tanta gente que luchara demasiado para sacarlo del poder, por eso siempre queda la sensación de pesar al ver que ese personaje murió en la cama cuando debió haber muerto en la cárcel. A mí me entristece mucho que mi padre haya muerto, al igual que mi abuelo, el que era republicano, después de tanta lucha y que sigan gobernando estos tíos (en referencia a José María Aznar y el derechista Partido Popular), que niegan que Franco fue un dictador. Y eso deja en evidencia que hay algo que falló.
-En estos momentos supongo que siente más rotundamente su ausencia.
-Sí, es como si estuviera en otra dimensión, pero también creo que por el ritmo de vida que llevaba, sobre todo en los últimos años, siempre hacía las cosas pensando que a ver si alcanzaba a terminarlas. Vivía un poco con la incertidumbre de saber hasta dónde llegaba.
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