.
Primera y Contraportada
Editorial
Opinión
El Correo Ilustrado
Política
Economía
Mundo
Estados
Capital
Sociedad y Justicia
Cultura
Espectáculos
Deportes
CineGuía
Lunes en la Ciencia
Suplementos
Perfiles
Fotografía
Cartones
La Jornada en tu PALM
La Jornada sin Fronteras
La Jornada de Oriente
La Jornada Morelos
Librería
Correo electrónico
Búsquedas
C U L T U R A
..

México D.F. Lunes 3 de noviembre de 2003

Magistral dirección de José Luis Castillo en concierto de la Filarmónica de la UG

La Alhóndiga se confirmó como pilar de la fiesta cervantina

En el espacio abierto, espectáculos de alta cultura para un público popularísimo

PABLO ESPINOSA ENVIADO

Guanajuato, Gto., 2 de noviembre. Como en un concierto de rock, una multitud enardecida sigue con movimientos recios de cabeza los acordes de una música telúrica que produce ondulaciones en el mar de gente que se arropa se arrima se arrejunta se apretuja se emociona/

-yo hasta chillé, güey -decía un chavo al final del concierto

/se arrebuja se arremolina en torno suyo, porque lo que está sonando es una música poderosísima que tiene ensimismadas y al mismo tiempo embravecidas de emoción pura a unas 7 mil personas en amontonamiento humano semejante al caserío que se arremolina en los cerros los subibajas los recovecos/

-qué chida ciudad, güey, hasta dan ganas de quedarse, güey -decía una chava al final del concierto

/los túneles los empinamientos los columpios de piedra a manera de calles de la ciudad que Ibargüengoitia dejó bautizada felizmente como Cuévano y donde por treintaiunceava vez congrega jala convoca aglutina amontona/

-no güey, esto si me late, güey, tanta gente conviviendo, güey, como hermanos, güey, como dice el Betoven, güey, en su sinfonía, güey -glosaba un chavo de lentes al final del concierto

/cobija hospeda hospicia en una convivencia cultural de dimensiones colosales, porque estamos a punto de llegar a la clausura del 31 Festival Internacional Cervantino y el ambiente en la Alhóndiga de Granaditas exulta estalla esplende/

-pocamadre, güey, era como un concierto de rock, güey , chingo de gente, güey , arrejuntaditos todos, güey, libando música muy chida, güey -evaluaba al final del concierto un chavo de greña rasta, dreadlocks debidamente apestosísimos

/brilla hierve destila una alegría superior a la Oda a la Alegría que todos corean en sus cabezas que se contonean con los stacatti del greñudo Beethoven que se quemó las pestañas frente a la partitura hace chorrocientos años para incinerar los corazones de las multitudes por generaciones y generaciones/

-chido el Betoven, güey, como el Rey Lagarto, muy acá en el rollo de la poesía, güey, paque la cántemos todos juntos ya, güey -esdrujulaba al final del concierto un chavo extasiado con un libro en el sobaco

/y generaciones de fans multiplicados en masa como esta noche en que la Filarmónica de la Universidad de Guanajuato suena como orquesta de primer mundo gracias a una batuta magistral, la del maestrísimo José Luis Castillo, quien comprueba una vez más el acierto de Gustav Mahler (1860-1911) de que no hay malas orquestas, hay malos directores, y Castillo se confirma como una de las mejores batutas en el México de hoy en día tan lleno de odios y de grillas y de envidias, pero esta noche es de armonía con la poesía de Schiler/

--ese Chíler es un chido, güey, en la poesía romántica y en el Sturm und Drang, güey, es un maese de maeses, güey -dictaba cátedra al final del concierto una chava con el ombliguito al aire

/y la música de Beethoven, la Novena sinfonía al aire libre y soberano pero antes una hazaña histórica: José Luis Castillo pide permiso al respetable para rendir una interpretación magistral de Lontano, partitura del húngaro Gyorgy Ligeti (1923) en un concierto masivo y ante un público supuestamente villamelón, pero que demuestra que el arte de la música pertenece a todo aquel honesto de corazón, como esta multitud embelesada afiebrada enternecida/

-hasta el frío se me quitó, güey -monitoreaba una chavita al final del concierto

/entusiasmada interesada concentradísima al punto de eslabonar simbióticamente con la batuta el attaca magistral de José Luis Castillo que borró el umbral entre Ligeti y Beethoven cuando culminó Lontano y emprendió la Novena con una seguridad escalofriante mientras la multitud prorrumpía en un alarido guturado de aleluyas en cuanto reconoció los acordes iniciales que Anthony Burgess, Walter Carlos y recientemente Esteban Buch con su estupendo ensayo titulado La novena de Beethoven. Historia política del himno europeo (ediciones El Acantilado) y Russell Martin con su novela El cabello de Beethoven (Punto de Lectura) y antes Theodor W. Adorno (el filósofo, no el gato de Cortázar), Claude Levi Strauss, Martin Heidegger, Chuck Berry, Stanley Kubrick y Roland Barthes han desmenuzado analizado diseccionado teorizado/

-chale, güey, yo pensé que Miguel Ríos era un fresa, güey, pero me cae que esta Novena de Betoven es puritito heavy metal, güey -analizaba una chavita de mirada achispada al final del concierto

/discutido y hasta sicoanalizado a lo largo de la historia reciente hasta llegar a esta noche en que el aire de la noche fría se torna cálido y arropador en cuanto la soprano Lourdes Ambriz hace sonar su voz bellísima y a su lado, también alada, la mezzo Encarnación Vázquez la secunda y junto a ellas el director Castillo marca las entradas del tenor que es ancho y redondo de cintura y del bajo que es más bien alto de estatura física y decibélica y la orquesta revienta en un tutti majestuoso y el público delira de alegría y la Alhóndiga de Granaditas es una fiesta hermosa y se confirma a su vez como el sostén del Cervantino, y no es que sin este sostén se convierta en festival top less, sino que los eventos de alta cultura con público popularísimo en la Alhóndiga, mejor conocida como La Albóndiga, prodiga el calor humano y la legitimación que todo evento de cultura necesita.

Ya ha terminado el concierto. Los chavos están bien. Felices, se dispersan y se dirigen hacia el mismísimo centro de Cuévano para hermanarse con las otras masas juveniles en festejo cervantino callejero.

Pero, triste realidad, una bola de genízaros, un ejército de uniformados, una andanada de policías, los aguardan. Para reprimirlos.

-chale, güey, cómo se ve que los gobernantes de ahora nunca han escuchado a Betoven, güey -lamentaba una chavita, triste, al final del concierto.

-y-es-que-los-hombres-volverán-a-ser-hermaaanooos -coreaban los chavos al final de la noche.

Chale, güey.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año
La Jornada
en tu palm
La Jornada
Coordinación de Sistemas
Av. Cuauhtémoc 1236
Col. Santa Cruz Atoyac
delegación Benito Juárez
México D.F. C.P. 03310
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Email
La Jornada
Coordinación de Publicidad
Av. Cuauhtémoc 1236 Col. Santa Cruz Atoyac
México D.F. C.P. 03310

Informes y Ventas:
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Extensiones 4329 y 4110
Email