La medida deberá acompañarse de recortes de personal, afirma el CEESP

Usar fondos del SAR en la industria eléctrica sería ''prolongar ineficiencias''

Considera a los sindicatos obtáculo para reducir costos y elevar la productividad

JUAN ANTONIO ZUÑIGA

El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) se manifestó en contra de que los recursos del Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR) sean utilizados para financiar a las empresas eléctricas del país, si esta medida no se acompaña de un recorte de personal tanto en la Comisión Federal de Electricidad (CFE) como en la Compañía de Luz y Fuerza (CLF), y de un contrato que imponga ''metas operativas y financieras a alcanzar'' a los directores de cada una.

El organismo privado, dependiente del Consejo Coordinador Empresarial, afirmó que utilizar los recursos del SAR para fortalecer a la industria eléctrica nacional sería prolongar las ''ineficiencias'' de las empresas eléctricas y comprometer ''el bienestar de los mexicanos'', si no se consideran cambios que aseguren ''un manejo transparente y competitivo de los recursos''.

En su órgano de difusión Punto de vista, el CEESP postuló que ''la sola autonomía de gestión, sin cambios en los incentivos para su dirección, así como la sola expansión de la capacidad instalada, no garantizan mayor eficiencia si no son acompañadas de otras medidas que la eleven y produzcan mejores resultados operativos y financieros''.

Los economistas del sector privado sentenciaron: ''Obligar al SAR a invertir en acciones de las empresas eléctricas, sin un cambio significativo en su eficiencia, implicaría forzar a las sociedades de inversión, o a los ahorradores, a aceptar un quebranto, ya que una acción es aceptable cuando existe un flujo futuro de utilidades. Con pérdidas esperadas, difícilmente se podría pensar siquiera en una colocación''.

El CEESP considera que ''el objetivo de las empresas públicas debería ser, en un ambiente de competencia internacional, proveer de electricidad a precios al menos similares a los de nuestros socios comerciales, bajo las mismas condiciones de calidad''. Pero su óptica no se ocupa de los recientes apagones ocurridos en Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña e Italia, donde el servicio eléctrico es suministrado por empresas privadas.

En cambio, concentra la atención en dos ''limitantes'' para el proceso ''eficiente'' de toma de decisiones: los sindicatos y la ausencia de ''un gobierno corporativo'' en las empresas eléctricas.

Sobre lo primero define la línea de acción inmediata. ''Es claro que sería necesario instrumentar un recorte de personal en las empresas, con el objetivo de reducir costos y elevar la productividad de los empleados''. Sobre el gobierno corporativo, precisa: ''Baste decir que no existen miembros del consejo de administración seleccionados en forma independiente, ni existe una ley que obligue a una rendición de cuentas más abierta de este cuerpo colegiado''.

El CEESP identifica entre los problemas que apremian a las empresas eléctricas los elevados costos de operación, la política de tarifas, el endeudamiento, la obsolescencia de parte de su equipo, el sobredimensionamiento de su planta laboral y la insuficiente inversión en nueva tecnología. Bajo esta óptica concluye que ''asignar recursos del SAR en la situación actual significa desviar recursos escasos de usos potenciales más rentables''.

Al 31 de agosto de este año las Sociedades de Inversión Especializadas en Fondos para el Retiro (Siefore) tenían invertidos 319 mil 671.4 millones de pesos de los fondos de pensión de los trabajadores adscritos al SAR. De esa cantidad, 87 por ciento se encontraba invertida en bonos representativos de la deuda pública interna, según informes de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro. La totalidad de las Siefore forma parte de los grupos financieros que operan en el país.