México D.F. Lunes 3 de noviembre de 2003
Rafael Loyola, director del Ciesas
Gracias al EZLN México creará nuevas instituciones
Reciclados, el país carga sus viejos problemas, afirma
JOSE GALAN
Gracias al movimiento zapatista México podrá encontrar en el corto plazo una nueva política y nuevas instituciones públicas y privadas para atender el rezago indígena, afirma Rafael Loyola, director del Centro de Investigación y Estudios en Antropología Social (Ciesas), que el lunes pasado cumplió 30 años de su fundación, ceremonia a la que por primera vez asistió el Presidente de la República.
-ƑCuál ha sido el principal logro del Ciesas en ese tiempo? -se le pregunta.
-Haber renovado la antropología social en México, haber diversificado sus líneas de investigación y ser una institución para el siglo XXI, sensible a la problemática de un México globalizado e integrado a los procesos económicos y sociales del mundo, con sus rezagos y retos, pero atento a los nuevos actores sociales.
-A la luz de las actuales políticas, Ƒes pertinente desarrollar la antropología social en México?
-La antropología social, al igual que sus disciplinas afines, las ciencias sociales y humanidades, ha demostrado ser absolutamente pertinente y ha estado en la avanzada en todos los cambios que vive el país. El México del siglo XXI, de la alternancia, del estado de derecho, de la liberalización, no hubiera sido posible sin los estudios de antropólogos, sociólogos, politólogos e historiadores, quienes plantearon todos los temas del Estado autoritario y la necesidad de la democratización desde la segunda mitad del siglo pasado.
"Para entender todos los desajustes sociales que acompañan el cambio de modelo de producción, de la inmersión de México en la sociedad del conocimiento y de la información, y una mayor integración a bloques supranacionales, instituciones como el Ciesas son necesarias para poder entender y dar luces respecto adónde hay que llevar al país."
-Pero las políticas públicas dan más importancia a los temas de la tecnología que a las humanidades...
-Primero, somos muy conscientes de que en materia de política científica ha habido un cambio con la nueva administración. En segundo lugar, entendimos que en los nuevos tiempos el Ejecutivo no era el único que iba a jugar, sino también el Legislativo. Por ello nos dimos a la tarea de participar fuerte, incluso con algunas tensiones con las autoridades científicas del país, para poder definir un nuevo proyecto de ciencia y tecnología en el que la ciencia social, de manera particular, tuviera un lugar importante.
"Encontramos buena receptividad en el Congreso de la Unión, y gracias a esa situación logramos transformar una iniciativa de ley con contenido inclinado hacia la investigación aplicada y el desarrollo tecnológico en un proyecto y acuerdo de ley de contenido científico, en el que además las ciencias sociales y las humanidades encontraron un espacio.
"Además, si bien las políticas de financiamiento no necesariamente eran muy sensibles hacia nuestras disciplinas, con una buena labor en la Cámara de Diputados, en la Legislatura pasada, logramos incrementar de manera importante los presupuestos para los centros SEP-Conacyt, lo cual ha permitido reforzar nuestras tareas. Confío en que por todo ese trabajo y por los resultados en materia de investigación también encontraremos no sólo en el Conacyt, sino entre los legisladores, un mejor financiamiento.
"Por otro lado, pienso que a raíz de las discusiones tan ricas con el Conacyt se comienza a percibir un cambio para ver con mayor cuidado el desarrollo del conocimiento. Un ejemplo: el hecho de que el presidente Fox haya reaccionado favorablemente a nuestra invitación se debe a un interés renovado por las ciencias sociales en el país."
-ƑCuáles son los retos futuros en la situación social e indígena?
-Desarrollar la antropología más en el ámbito de las ciencias sociales, y debemos movernos también en un ámbito polidisciplinario. La complejidad de los fenómenos sociales actuales nos lleva necesariamente, si queremos entenderlos, a plantear fórmulas novedosas, los problemas desde distintas disciplinas, incluyendo proyectos estratégicos que sean sensibles y atiendan los grandes problemas del país, como el agua, los desastres, la migración, el abuso contra menores y el caso de las muertas en Ciudad Juárez, Chihuahua, que es un verdadero problema social. Y los impulsamos mediante acuerdos interinstitucionales, porque ya no hay una que pueda por sí sola enfrentar este tipo de investigaciones. También buscamos que estos proyectos tengan un componente internacional.
-ƑCómo evalúa la situación social actual?
-No podemos decir ninguna cosa nueva. El país sigue teniendo enormes desequilibrios sociales, una enorme desigualdad, y continúa cargando sus viejos conflictos sociales, pero ahora reciclados en los nuevos problemas que provienen de esta transformación del modelo económico. Otro ejemplo: todo este reajuste de la economía, en el que hay proyectos privatizadores, en el que hay renglones en la economía que ya no son funcionales, puesto que los resolvemos con todas las importaciones que vienen de los tratados comerciales y además con la necesidad de buscar nuevos sectores para el desarrollo de la economía, como la exportación de productos hortofrutícolas a Estados Unidos y los países europeos, nos plantean nuevos dilemas.
-ƑEl gobierno sí ve y escucha a los más de 10 millones de indígenas que hay en el país?
-El gobierno sí los ve y ha tratado de escucharlos, pero habría que preguntarse si se han encontrado las políticas adecuadas para enfrentar el problema. Sin duda alguna, aunque no nos guste, algunos preferirían que el conflicto zapatista, que es el eje de la problemática indígena, se hubiera resuelto como venían planteando las organizaciones indígenas y, en particular, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). No ha sido así, a lo mejor le falló mucho al gobierno la parte de las negociaciones y la búsqueda de consensos para la ley (de derechos indígenas). Pero lo que sí queda claro, desde la administración pasada y en este gobierno, es que hay una cantidad de iniciativas públicas en distintos niveles de gobierno que están tratando de enfrentar con recursos y una nueva legislación el problema.
"Confío en que, gracias al movimiento zapatista, este país va a poder encontrar en un plazo corto una nueva política y nuevas instituciones públicas y privadas para atender el rezago indígena. Para no ir tan lejos, el indigenismo mexicano ya se había agotado hace 10 o 15 años, y a nivel de América Latina todos los planteamientos de política indígena que más llaman la atención son los de México."
-Sin embargo, continúa siendo una asignatura pendiente...
-Desde luego. Eso es incuestionable. Lo que se debe hacer es lanzar programas y proyectos que puedan resolver la problemática.
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