México D.F. Miércoles 17 de septiembre de 2003
Urge que el Congreso apruebe la ley de bioseguridad
No descalificar investigaciones sobre el uso de transgénicos: investigador
MATILDE PEREZ U.
El compromiso de México es conservar la biodiversidad, pero ello no implica que debamos "encerrarnos y hacernos bolas en la discusión de los avances de la biotecnología y de los transgénicos. No se trata de proteger esa biodiversidad por el sentimiento, sino con información", manifestó el investigador e integrante del consejo técnico consultivo de la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad y Organismos Genéticamente Modificados (Cibiogem), Irineo Torres Pacheco.
En la conservación de la bioseguridad "no hay que bajar la guardia", pero tampoco podemos descalificar a priori a los transgénicos, porque se corre el riesgo de quedar a la zaga en investigación y aceptar productos que no respondan al interés nacional, abundó el también integrante del departamento de biotecnología del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP).
"Con los transgenes tenemos la ventaja de que ningún producto será liberado si no se realizaron pruebas exhaustivas para que mantenga su calidad nutricional y evitar alergias o alteraciones a la salud humana. Nada sale sin previos estudios a fondo", aseguró el investigador.
Defensor de la investigación biotecnológica y de sus herramientas, entre ellas los transgénicos, Torres Pacheco dijo que "los auténticos genetistas" saben que la riqueza de las poblaciones está en su potencial genético y por eso no lo pondrían en riesgo. Por eso, agregó, el caso de la contaminación de maíz en la sierra Juárez de Oaxaca también fue abordado por el INIFAP y aunque inició su trabajo un año después que el Instituto Nacional de Ecología, obtuvo 2 mil 470 muestras en 24 municipios en tres zonas productoras del grano y realizó bioensayo, y sólo en una muestra detectó indicios de transgénicos.
Esto demostró que no podemos descalificar la investigación para hacer uso de los transgénicos ni "estancarnos en una discusión entre la gente que siente y la que sabe, porque la toma de decisiones requiere información puntual y a eso recurrimos los científicos".
Sin embargo, "tampoco podemos abrir indiscriminadamente la puerta a los transgénicos, hay que analizar caso por caso, el problema que resuelve y el costo que ello implica y eso exige reforzar las líneas de investigación en biotecnología y no frenar la investigación porque el costo será no estar preparados adecuadamente para manejar el Protocolo de Cartagena ni el enfoque precautorio".
Consideró urgente que el Congreso de la Unión apruebe la ley de bioseguridad, pues "queremos continuar con nuestro trabajo sin responsabilidad judicial ni legal; nuestra promesa y compromiso es no apostarle a los transgenes a priori, sino como una herramienta más dentro de un catálogo de posibilidades para resolver problemas y cumplir con nuestro mandato de buscar las estrategias más adecuadas para mejorar la calidad en chile, maíz y frijol, sin poner en riesgo nuestro patrimonio, proteger el ambiente y dar mayor valor a los recursos naturales", acotó.
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