México D.F. Martes 26 de agosto de 2003
El nivel de indigencia pasó de 22 por ciento en 1997 a 12 por ciento en 2002, señala informe
Disminuyó "perceptiblemente" la pobreza en México, dice la Cepal
El país "ha atravesado por una crisis más moderada que en 1995", asegura el titular del organismo
AFP, DPA, REUTERS Y NOTIMEX
Santiago, 25 de agosto. La pobreza se mantiene en niveles preocupantes en América Latina. En 2002 afectó a 220 millones de personas, de las que 95 millones son indigentes, según un documento de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), que alerta sobre la posibilidad de que esta situación empeore en 2003.
En un adelanto del estudio Panorama social de América Latina 2002-2003, la Cepal apunta que México es el único país de América Latina que logró "una disminución perceptible" de los niveles de pobreza e indigencia en los años recientes.
De acuerdo con el documento, México tiene casi 70 por ciento de avance en las metas de reducción de la pobreza extrema durante el periodo 1990-2002.
El estudio, presentado por el secretario ejecutivo de la Cepal, el colombiano José Antonio Ocampo, precisó que los niveles de pobreza total en México pasaron de más de 50 por ciento en 1997 a cerca de 40 por ciento en 1999 y a 40 por ciento en 2002.
"La reducción de la pobreza en México viene del periodo de crecimiento económico hasta 2000, cuando hubo una reversión del aumento en la pobreza que hubo en 1995 durante la crisis", aseveró José Antonio Ocampo.
El organismo, con sede en la capital chilena, señaló que la evolución de la pobreza entre 1997 y 2002 muestra distintas tendencias a nivel latinoamericano, aunque sólo en México y en el área urbana de Ecuador bajaron los niveles.
En el adelanto del informe anual, la Cepal indicó asimismo que el nivel de indigencia en México pasó de 22 por ciento en 1997 a 12 por ciento en 2002.
En la presentación del avance, Ocampo indicó que, de acuerdo con las cifras de la Cepal, "la mayoría de los países muestra un avance insuficiente hacia la meta de reducción a la mitad de la pobreza extrema y, en muchos casos, ésta empeoró entre 2000 y 2002".
Ocampo, que fue designado secretario general adjunto de Naciones Unidas para Asuntos Económicos y Sociales, dijo que las crisis aumentan la pobreza y su magnitud varía según cada país, y "México ha atravesado por una crisis más moderada que en 1995".
Sobre América Latina el texto de la Cepal señala que el proceso de superación de la pobreza en la región se estancó durante los pasados cinco años, con tasas de pobreza e indigencia que se han mantenido prácticamente constantes desde 1997. La única excepción, agrega, fue 2000, cuando el mejor desempeño de las economías permitió una reducción del volumen de pobreza en más de 4 millones de personas.
En sus proyecciones para este año, la comisión estima un aumento de la tasa de pobreza a nivel regional, motivado por la ausencia de crecimiento del producto per cápita. Las condiciones de vida permanecerán casi invariables en la mayoría de los países.
La Cepal agrega que a finales de la década pasada casi 55 millones de latinoamericanos y caribeños padecían algún grado de subnutrición. En un capítulo dedicado al tema del hambre, realizado en colaboración con el Programa Mundial de Alimentos de la Organización de Naciones Unidas, la Cepal estima que 11 por ciento de la población está subnutrida.
Sobre la situación laboral y las políticas de empleo en América Latina, el informe se refiere a la problemática del trabajo infantil. "La normativa vigente en la región sobre la edad mínima para trabajar presenta contradicciones con la internacional."
Destaca que en México y República Dominicana se modificaron las leyes de seguridad social. Sin embargo, persiste el incumplimiento de la legislación.
Para paliar los efectos de los cambios de las modalidades de empleo y el aumento de la inestabilidad laboral, los gobiernos han puesto en práctica diversas políticas. Entre las de carácter pasivo se incluyen los seguros de desempleo, y entre las activas el crédito a las pequeñas empresas y la intermediación en la búsqueda de plazas.
El documento indica que hay más mujeres que hombres en situación de pobreza. "Las mujeres jefas de familia cuentan con menos ingresos monetarios que los hombres, tanto en los hogares pobres como en los de mayor ingreso."
Destaca que el gasto social por habitante se elevó 58 por ciento del promedio en la región. Entre 1990 y 1997 la mayor prioridad otorgada al gasto social, expresado como porcentaje del producto interno bruto, evitó disminuciones mayores de dicho gasto y se tradujo en una mejora del impacto redistributivo.
En cuanto a educación, apunta que las latinoamericanas han alcanzado niveles de escolaridad superiores a los hombres, y las mujeres activas tienen, en promedio, más años de instrucción.
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