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México D.F. Lunes 25 de agosto de 2003

TIEMPO DE BLUES

Raúl De la Rosa

Ana Frank

"¿De verdad sólo tengo 14 años?
¿De verdad no soy más que una colegiala tonta?
 ¿De verdad soy aún tan  inexperta en todo?
Tengo más experiencia que los demás, he vivido algo que  casi nadie conoce a mi edad."

Primera llamada

HOY AMANECI CON blues y en ese estado de ánimo que, más otras coincidencias, me convocó a escribir sobre un hecho que sucedió hace ya 59 años.

ANDREA, MI HIJA de 13 años, al ver sobre mi escritorio el Diario de Ana Frank, me comentó que lo había leído y pensé que a la edad de ella Ana Frank había comenzado a escribir su diario. Otra coincidencia fue ver la película de Costa-Gavras, Amén, en la que el director expone, por un lado, esa preocupación de volver más eficiente esa industria del crimen, que significaba exterminar a 10 mil seres humanos al día, principalmente judíos, y por otro la indiferencia de las altas esferas políticas y eclesiásticas de los países en conflicto, incluido el vergonzoso silencio del Vaticano, ante la matanza de judíos, gitanos, homosexuales y todo aquel que a consideración de la paranoia nazi fuera merecedor de ir al horno crematorio.

LA ULTIMA COINCIDENCIA fue el enamoramiento adolescente que sentí por Ana al leer su diario y que tuvo su epílogo hace apenas 2 años, durante la visita a su casa-escondite en Amsterdam, donde la familia Frank, con 4 personas, se refugió durante 2 años, sitio mal llamado museo, pues no es el lugar dedicado a las musas, además de que, las ausencias no son museables.

ANA FRANK NUNCA imaginó que ese pequeño y cotidiano ejercicio de escribir un diario (durante ese cautiverio familiar), que en esas líneas quedara la denuncia silenciosa, pero por la cual millones de seres humanos hemos conocido los miedos y las ilusiones de una niña que no entendía de odios y crueldades hacia las personas, en particular a los que, como su familia, eran judíos.

"A MUCHISIMOS DE nuestros amigos se los han llevado a un horrible destino. Noche tras noche pasan los vehículos militares verdes y grises. Nadie escapa a esta suerte, a no ser que se esconda", escribió Ana en su diario con fecha de 19 de noviembre de 1942.

HACE 59 AÑOS, el 4 de agosto de 1944, la Gestapo irrumpió en la casa-escondite- de los Frank debido a una cobarde e infame delación. La policía, conocida como verde, destroza, remueve el lugar y se lleva a los ocho ocupantes, que apenas pudieron tomar lo necesario. En medio del desorden, quedaron tirados zapatos, objetos y el cuaderno que guardó las notas y pensamientos de la pequeña Ana.

Segunda llamada


SE LLEVARON A los seres humanos a los campos de exterminio, pero ahí quedó el espíritu de Ana. Una de las personas que ayudaron a esconder a la familia de Otto Frank recogió el diario con la intención de devolvérselo a Ana a su regreso.

ANA, SU HERMANA Margot y su madre nunca regresaron del campo de concentración. Las dos hermanas murieron de tifo en el campo de Bergen-Belsen, (norte de Alemania), en marzo de 1945, apenas un mes antes de la liberación del campo. El único sobreviviente fue el padre, cuando las fuerzas soviéticas lo liberaron en Auschwitz.

ESTAR EN EL desván secreto, entre estrechas paredes y ventanas cubiertas, pequeños cuartos que contenían las esperanzas de los ocho habitantes e imaginarse como transcurría su vida sin poder escuchar música, siempre hablando en voz baja, en un susurro permanente, transpirando el miedo y pensando en que cada día que pasaba era uno más ganado a la muerte. Sólo unos días más y hubieran logrado la hazaña de escapar del genocidio, que no del Holocausto, pues no fue un sacrificio a Dios, fue simplemente un asesinato de proporciones inverosímiles.

PARA ALGUNOS PARECEN lejanos esos años de terror fascista, pero estos vientos aún soplan inquietantes en este mundo, la bestia aún se arrastra, con otra piel, pero sobrevive.

Tercera llamada 


"QUIERO SER DE utilidad y alegría para la gente. Y por eso agradezco tanto a Dios que me haya dado de nacimiento la oportunidad de escribir, o sea, de expresar todo lo que llevo dentro de mí", dejó plasmado Ana en su diario con fecha 25 de marzo de 1944.

DOS MESES DESPUES escribió algo que hoy -guardadas las obvias circunstancias- tiene una inquietante vigencia: "A los jóvenes nos resulta doblemente difícil conservar nuestras opiniones en unos tiempos en los que se destruye y aplasta cualquier idealismo, en los que la gente deja ver su lado más desdeñable, en los que se duda de la verdad y de la justicia de Dios. (...) Ahí está lo difícil de estos tiempos: la terrible realidad ataca y aniquila totalmente los ideales, los sueños y las esperanzas en cuanto se manifiestan".

EL DIARIO DE ANA FRANK se ha traducido a más de 60 idiomas; sin duda, es el más famoso del mundo. Ahí está el último y único testimonio de la adolescente que soñaba con "ser periodista y una escritora famosa". Y por encima del miedo demencial de la pureza aria, Ana Frank logró ser una escritora famosa.

RECORDAR Y NO olvidar es la consigna de vida.

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