México D.F. Lunes 25 de agosto de 2003
El candidato de Fuerza Porteña, favorito
para ganar en septiembre, según encuesta
Aníbal Ibarra y Mauricio Macri, a segunda vuelta
por la alcaldía de Buenos Aires
Primeros resultados, sólo tres hora y media después
del cierre de casillas; ninguno alcanza 50%
STELLA CALLONI CORRESPONSAL
Buenos Aires, 24 de agosto. Como se había
pronosticado, la elección para jefe de gobierno de la ciudad de
Buenos Aires se definirá en segunda vuelta entre Aníbal Ibarra,
de Fuerza Porteña y actual intendente de Buenos Aires, y el empresario
Mauricio Macri, del derechista Compromiso para el Cambio, y presidente
del popular club de futbol Boca Juniors, lo que a la hora del voto cuenta
en este país.
Al
no alcanzar ninguno de los dos candidatos 50 por ciento de los votos, habrá
segunda vuelta el próximo 14 de septiembre, el día en que
también se elegirá gobernador de la provincia de Buenos Aires,
el distrito más poblado del país.
Voceros de ambos candidatos reconocieron que habrá
segunda vuelta. Ibarra -a quien el presidente Néstor Kirchner, un
peronista progresista, apoyó, mientras Macri es la carta de los
peronistas menemistas-, dijo esta noche: "Hay un escenario de paridad,
lo que abre las puertas hacia el ballotage, nos dejan un buen escenario
hacia adelante".
Pero ya los primeros resultados estuvieron teñidos
de sospechas, ya que fueron dados a conocer recién tres horas y
media después del cierre de las mesas, y muchos recordaron que Macri
es uno de los dueños del correo, encargado del transporte de los
votos, mientras que la empresa española Indra, encargada del conteo,
tuvo a algunos de sus directivos presos.
Según las primeras cifras oficiales, escrutados
22.7 por ciento de los votos, Macri obtenía 38.6 por ciento frente
a 32.7 de Ibarra.
La sorpresa la dio el diputado de Autodeterminación
y Libertad, el izquierdista Luis Zamora, quien habría quedado en
un tercer lugar, y según los primeros resultados oficiales tenía
11 por ciento, superando a Patricia Bulrich, de la neoliberal Unión
Por Todos, y que fue apoyada por quien lograra un alto porcentaje de votos
en esta capital en las presidenciales de abril pasado, Ricardo López
Murphy, el candidato de la derecha no menemista.
En la provincia de Salta, en el extremo noroeste del país,
también hubo un plebiscito para votar por una Constituyente cuyo
objetivo central es tratar de incorporar una fórmula que permita
la relección del actual gobernador Juan Carlos Romero, el justicialista
(peronista) que fue compañero de fórmula de Menem este año
y que quiere ir por un tercer periodo.
Comicios en Catamarca
También en Catamarca, provincia que en marzo fue
sacudida por la violencia electoral protagonizada por el sindicalista del
menemismo Luis Barrionuevo, lo que obligó a suspender las elecciones
en medio de urnas incendiadas, se votó hoy para elegir gobernador.
Barrionuevo, sindicalista devenido empresario y que estaba
vetado jurídicamente en Catamarca, ya que vive en Buenos Aires,
impuso como candidata por el justicialismo a su hermana, la diputada Liliana
Barrionuevo, para competir con Eduardo Brizuela del Moral, del Frente Cívico
y Social, partido del actual gobernador, el radical Carlos Castillo. Aquí
también Kirchner jugó fuera de la estructura partidaria al
apoyar al rival del polémico Barrionuevo.
En cuanto a las elecciones para jefe de gobierno porteño,
la prensa en general ha "nacionalizado" artificialmente esta elección,
advirtieron analistas. Entrar al cuarto secreto fue un aquelarre de confusión
ante la cantidad de boletas de partidos y partiditos, y para agregar mayor
confusión, hubo listas divididas apoyando a un mismo candidato.
Sólo para legisladores de la ciudad había más de dos
mil candidatos en unas 38 listas, ya que se renuevan los 60 legisladores.
Nombres absolutamente desconocidos hacían difícil para cualquiera
que no está en las lides políticas tomar una decisión.
También el hecho de que acompañando a Ibarra, además
de la lista oficial, había otras. Muchos votantes no pudieron ni
siquiera cortar boleta como se habían propuesto, como lo
manifestaron en un recorrido por distintos lugares de votación.
En cuanto a la nacionalización de estos
comicios, muchos periodistas lo convirtieron en un plebiscito para el gobierno,
cuando el presidente Kirchner apenas está cumpliendo tres meses
de una gestión, a la que llegó debilitado por la estrepitosa
huida del ex presidente Carlos Menem, quien renunció a presentarse
a la segunda vuelta cuando todos los pronósticos mostraban que iba
a ser "pulverizado" con más de 70 por ciento de los votos en contra.
Kirchner
representa a un peronismo muy distinto al que reinó durante los
dos gobiernos de Menem (1989-99). Necesita tiempo para consolidar los pasos
que está dando porque -sostiene-, tiene que hacer cambios de estructuras
para "poder llevar adelante los reformas profundas que necesita el país".
Recién en los últimos días de campaña
salió a acompañar a Ibarra, lo que hizo que éste levantara
varios puntos y frenara un posible triunfo de Macri. Las encuestas predicen
que Ibarra, fiscal en el histórico juicio a las juntas militares
en 1985, ganará la segunda vuelta.
"De todas maneras la polarización prevista refleja
la pérdida de la hegemonía del pensamiento único,
ya que los rivales no compiten por la mejor administración en un
proyecto similar, sino que expresan rumbos diferentes, cada uno con su
propia identidad ideológica", señalaba la víspera
el analista José María Pasquini Durán.
"Ibarra sobrevivió a la catástrofe de la
Alianza (que gobernó entre 1999-2001 y terminó con la salida
del presidente Fernando de la Rúa), al repudio de las cacerolas
contra los políticos y a la devaluación de la moneda
como parte de la decadencia generalizada. El costo, tal vez, porque nunca
alcanzó a explicar lo suficiente a los vecinos sobre las dificultades
que afrontaba, fueron brechas de insatisfacción pública por
las que se coló Macri. Sólo así se puede explicar
que 75 por ciento de los porteños apoye la gestión de Kirchner,
que a su vez respalda a Ibarra, pero la mitad de ese porcentaje estaría
dispuesto a votar por el empresario de Boca -cuya ideología y trayectoria
lo ubican en el surco menemista- antes de elegir una auténtica renovación
política", explica Pasquini Durán.
Casado con una modelo, Macri, cuyas compañías
han estado involucradas en algunos de los escándalos menemistas,
es el símbolo de los empresarios que fueron exaltados en la prensa
frívola, que tuvo tanta repercusión en el menemismo. Es el
candidato que mayor cantidad de dinero gastó en esta campaña,
incluso este domingo hizo acarrear gente y fueron muchos los que confirmaron
que hubo "algún reparto de dinero". Macri fue calificado de "Berlusconi
criollo" por el socialista Norberto Laporta.
Si en las elecciones anteriores la falta de unidad de
la izquierda fue notable, en estas el esquema se ahondó, agregando
confusión ante la enorme cantidad de propuestas. Despues de ser
protagonista de los sucesos del 19 y 20 de diciembre de 2001, la sociedad
porteña se advierte muy confundida y dividida, a pesar de la riqueza
de los nuevos movimientos sociales, muchos de los cuales sufrieron por
las duras internas de una izquierda atomizada.
El efecto adormecedor del "que se vayan todos" como una
consigna vacía aún sigue haciendo efecto. Sin embargo, estas
elecciones muestran que una mayoría (los votantes de Ibarra y de
la izquierda) y de alguna manera de la centroderecha que encarna Bulrich,
rechazan el pasado. A su vez, Macri intentó despegarse de Menem
en los últimos días.
Lo cierto es que no hubo asomo de reflexión después
de las elecciones de abril pasado, cuando la división y fragmentación
hizo posible que Menem una de las figuras más impopulares del país,
ganara aunque por un escaso margen la primera vuelta. Para Ibarra, "hemos
visto seriedad y compromiso social de Patricia Bulrich y también
una conducta en Luis Zamora y sus seguidores. En este escenario de paridad
los votos que se han dado contra el pasado son importantes para la construcción
hacia el futuro", mientras recordó que Macri superó en 500
por ciento los gastos permitidos para esta primera vuelta.
En estos comicios también se votaron 12 diputados
nacionales -además de los 60 miembros del parlamento comunal- y
trascendió que el periodista Miguel Bonasso estaría entre
los confirmados como legislador nacional. De todos modos, sólo podrá
saberse cuántos son los que llegan de la mano de Ibarra y Kirchner,
al culminar el conteo.
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