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México D.F. Lunes 25 de agosto de 2003

Restos encontrados en la pirámide de la Luna tienen adornos usados por la nobleza del sureste

Hallazgo confirma estrecha relación entre elites mayas y teotihuacanas

Los vestigios óseos, descubiertos el año pasado, fueron enviados a Japón y Canadá, donde serán sometidos a pruebas de ADN e isótopos para determinar su procedencia y alimentación

MONICA MATEOS-VEGA ENVIADA

Teotihuacan, Mex., 24 de agosto. La tumba hallada hace 11 meses en el corazón de la pirámide de la Luna podría ser maya, o por lo menos confirma una estrecha relación entre los misteriosos gobernantes teotihuacanos y las elites mayas, reveló el arqueólogo Saburo Sugiyama, quien trabaja en la zona desde hace seis años en colaboración con el mexicano Rubén Cabrera, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

teotihuacanHallazgoLuego de analizar las características de este entierro, descubierto en septiembre del año pasado (La Jornada, 26/ 09/ 2002), el también profesor de la Universidad de Arizona ofreció una conferencia en el Centro de Estudios Teotihuacanos para explicar que si bien los primeros análisis abren muchas interrogantes, también proponen interesantes teorías: por ejemplo, que Teotihuacán fue un importante centro ceremonial al que acudían multitudes desde las regiones mayas, a manera de peregrinaciones, para celebrar alguna fecha importante.

A diferencia de los otros tres entierros, descritos por Cabrera la semana pasada (La Jornada, 16/08/03) -en los que se encontraron individuos que se presume fueron sacrificados, con las manos atadas a la espalda-, en la fosa que el equipo de Sugiyama desenterró hay tres esqueletos sentados en flor de loto, con las manos al frente, ligeramente cruzadas. Durante los más de 100 años en que se ha investigado Teotihuacán, nunca antes se había encontrado un individuo en esta posición ni tan ricamente ataviado, características relacionadas con ceremonias de altos dignatarios mayas.

Los tres personajes están adornados con collares de grandes cuentas y orejeras de jade, cuya procedencia -casi seguro- es guatemalteca; miran hacia el este y están rodeados por conchas y caracoles que provienen del mar Caribe, figuras antropomorfas de obsidiana, y restos de diversos animales "sagrados", como lobos o coyotes y serpientes. En particular destaca una pieza, también de jade, que representa a un personaje con los ojos cerrados, como dormido, adornado con grandes collares.

El atuendo de los tres individuos se asemeja mucho al de miembros de familias reales mayas, representados en algunas estelas de esa cultura; el de la ornamentación más ostentosa tenía entre 50 y 55 años, y los otros dos entre 40 y 45; sin duda se trata de personas "de muy alto nivel", reiteró Sugiyama. Fragmentos óseos están siendo sometidos en Canadá y Japón a pruebas de ADN e isótopos para determinar su procedencia; en particular la segunda prueba se realiza para determinar el tipo de alimentación, el cual fue muy diferente entre los habitantes del altiplano central de Mesoamérica y los mayas del sureste.

La disposición de los objetos encontrados en la tumba no es al azar y es uno de los aspectos que se analizan con mayor detalle, pues ''hoy sabemos que los símbolos o la imágenes tienen mucho impacto en el público, y esta era la forma en la que se comunicaban los teotihuacanos, aunque no sepamos cómo leerlo", agregó el arqueólogo.

En el paraje de los dioses

huesosTEOTI_OKLa tumba fue localizada más o menos en la mitad vertical de la pirámide -no a nivel del piso, donde se encontraron los otros entierros. Se trata de una fosa de seis por seis metros, con una profundidad de cuatro. Tuvieron que meterse estructuras de metal para cimentar las excavaciones, porque se trató de un hueco muy grande. Probablemente se construyó cuando se pensaba abandonar el edificio 5 o al iniciar la edificación del edificio 6, alrededor del año 350 dC. (Hace una semana Rubén Cabrera explicó las características de las siete etapas constructivas de la pirámide de la Luna.)

Ese periodo es cercano a la época en la que se piensa que Teotihuacán fue una poderosa y próspera ciudad, considerada núcleo azteca, si bien ya estaba en ruinas 600 o 700 años antes de la llegada de éstos al valle de México. Teotihuacán significa en náhuatl ''el paraje de los dioses'', ya que los aztecas la consideraban demasiado grandiosa para haber sido edificada por seres humanos.

Si bien los tres personajes hallados el año pasado son de alto rango, está desechada la idea de que se trate de gobernantes.

''La calidad de las ofrendas y ornamentos es excepcional. Si hubiéramos encontrado sólo un individuo habríamos pensado que se trataba de algún miembro de una familia real, pero descubrimos tres'', agregó.

En septiembre pasado, cuando Sugiyama encontró la tumba, confesó que sí se trabajaba para buscar un entierro real, pues existe el antecedente de Pakal, entre otros ejemplos, en el que un dirigente es enterrado con algunos de sus funcionarios mayores.

Indicios de una estrecha relación

Un primer reporte del hallazgo realizado en el edificio 5 de la pirámide de la Luna fue difundido hace unos meses por Sugiyama, en inglés, a través del departamento de prensa de la Universidad del Estado de Arizona, dirigido al público de Estados Unidos y retomado por algunos medios especializados en México. Fue hasta las conferencias que se realizan cada jueves en el Centro de Estudios Teotihuacanos, cuando el público mexicano -en particular los habitantes de las inmediaciones de la zona arqueológica- conocieron las imágenes del entierro y las explicaciones detalladas de Sugiyama.

El hallazgo de evidencias de contactos entre Teotihuacán y otras culturas de Mesoamérica no es nuevo: diversos investigadores han encontrado datos en la arquitectura, la cerámica, imágenes en murales, esculturas y algunas referencias textuales del área maya. Entre otros, se encuentra el trabajo de la investigadora María Teresa Uriarte, del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, en el que intenta demostrar que existió una dinastía de gobernantes teotihuacanos, cuyos nombres se pueden conocer con base en una propuesta iconográfica que se relaciona estrechamente con la zona maya. Su investigación analiza diversos estudios arqueológicos, históricos, epigráficos e iconográficos que vinculan al Altiplano y al área maya.

¿Teotihuacanos en Copán?

En diversas oportunidades Rubén Cabrera ha hablado acerca de una tumba descubierta en Copán, Honduras, aproximadamente hace ocho años, que aparentemente es del fundador de la dinastía gobernante de aquella antigua ciudad, y que muestra importantes rasgos que han hecho suponer a muchos expertos que se trata de un personaje originario de Teotihuacán.

No obstante, es la primera vez que en un edificio teotihuacano de la importancia de la Pirámide de la Luna se localizan vestigios que indican de manera clara que hubo una relación directa y estrecha entre ambos estados, con una fuerte influencia política maya.

A pesar de que el arqueólogo Rubén Cabrera señaló hace unos días que ya no realizarán excavaciones bajo la pirámide y que él se da por satisfecho con los resultados, Sugiyama dijo a La Jornada: ''si nos apoyara alguna institución, seguiríamos investigando". En unos días el especialista japonés y Cabrera darán por concluido su trabajo de campo en la zona arqueológica de Teotihuacán, para tratar de resolver ''en el escritorio'' el rompecabezas que descubrieron.

El Proyecto Pirámide de la Luna se inició en 1998. Ha sido apoyado económicamente por intituciones como la National Science Fundation, National Geographic, la Universidad de Arizona y el INAH, quien en un inicio aportó un millón de pesos, mientras el gobierno japonés dio poco más de 160 mil pesos.

Los detalles de los trabajos relacionados con el Proyecto Pirámide de la Luna se encuentran en la página web elaborada por el propio Saburo Sugiyama: archaeology.la.asu.edu/teo/

Un par de conferencias más acerca de esta zona se efectuarán el próximo jueves y el 4 de septiembre, a cargo de Julie Gazzola y Linda Manzanilla, respectivamente. El ciclo concluirá con una visita a las excavaciones (cuya fecha aún no se precisa), a la cual podrán asistir, gratuitamente, las personas que acudan a las conferencias, que se inician a las 17:30 horas en el Centro de Estudios Teotihuacanos, ubicado en el circuito empedrado, frente a la puerta cinco de la zona arqueológica de Teotihuacán.

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