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México D.F. Domingo 24 de agosto de 2003
El uso correcto de las palabras no está
constreñido a los literatos: Daniel Cassany
Discursos claros fomentan la democracia
ERICKA MONTAÑO GARFIAS
La escritura no se debe vincular de manera exclusiva con
la literatura, ya que atañe a otros procesos, como la ciencia y
las matemáticas, expresa el lingüista español Daniel
Cassany, autor de libros como La cocina de la escritura (Anagrama),
Describir el escribir y Construir la escritura, además
de diversos artículos sobre el tema.
Para romper los mitos que unen a la escritura con la literatura,
señala en entrevista, habrá que conocer por qué las
personas asocian ambos conceptos o ''por qué el verbo escribir induce
a pensar en novelas, poemas, y no en noticias, artículos científicos,
informes de auditorías, procesos judiciales. Esto se debe, muy probablemente,
a que las personas que enseñan a escribir son docentes de lengua
y literatura, y por tanto hay una vinculación entre estas dos áreas.
Pero podríamos organizar las cosas de otro modo y entender que la
escritura puede estar vinculada a la historia o la enseñanza del
arte, y que la lengua se relaciona también con la ciencia".
Propone
trabajar en distintas direcciones para cambiar esta concepción.
''Las personas creen que si quieren ser ingenieros, médicos o físicos
no necesitan escribir, y esto es una gran mentira, porque van a tener que
escribir mucho''.
Al hacer una relación entre escritura, literatura
y ciencia, "vemos que no son mundos tan diferentes. Que este mundo escindido
de letras y ciencias es una mentira, una gran ingenuidad. No hay tanta
diferencia. La ciencia también se manifiesta mediante el lenguaje;
utiliza metáforas, comparaciones y figuras retóricas''.
Otro de los mitos que debe desaparecer es el que sólo
los maestros, los periodistas o los alumnos deben emplear un lenguaje sencillo,
llano; no así los políticos y los abogados. Se cree que más
saben cuanto más complejo es su vocabulario. ''Esa es herencia de
una historia política triste, de dictaduras, de etapas de poca posibilidad
de comunicación, de un pasado oscuro, y nosotros queremos ir hacia
un Estado, una nación, una comunidad más transparente, más
democrática, en la que todo el mundo pueda expresarse y pueda decir
lo que piensa. Entonces eso requiere construir un lenguaje más transparente,
más llano, y la gente tiene que cambiar los valores.
''Aquí necesitamos de algún modo transformar
esas ideas, hacer entender que no necesariamente lo difícil, lo
complejo, es mejor que lo fácil, y que las cosas tienen que ser
dichas de forma que puedan ser entendidas. Este es un proceso de cambio,
de avance hacia el progreso, la democracia, que todos estamos siguiendo.
Lo que ocurre es que hay sectores de la sociedad, como los periodistas
o los docentes, que tenemos más responsabilidad, y luego hay otros
grupos más conservadores, entre ellos el de la justicia y la política.''
Los políticos, aunque tienen que comunicarse con
sus electores, no quieren hablar claro, porque eso representaría
que la ciudadanía puede detectar lo que están diciendo y
sería más crítica y reflexiva, añade Cassany,
profesor de análisis del discurso en la Universidad Pompeu Fabra,
en Barcelona, quien tiene entre sus líneas de investigación
la divulgación de la ciencia.
En pocas palabras: a mayor sencillez al momento de escribir,
mayor democracia. ''En la medida en que los discursos son transparentes,
claros, comprensibles, significa que todo el mundo accede a la información
y, en consecuencia, todos pueden opinar''.
Al respecto, el correo electrónico, y con él
las nuevas tecnologías, supone mayor democratización al emplear
una forma de escritura más coloquial e informal. ''Se dice que el
correo electrónico trae otros cambios, por ejemplo, la frontera
entre oralidad y escritura se difumina, todo adquiere un matiz, que puede
ser coloquial o escrito, oral o escrito; también hay que decir,
de algún modo para tranquilizar, que se escriben correos electrónicos
muy variados, y que hay ocasiones que tienen un tono de formalidad que
se parece bastante a una carta".
No se trata de dar a esta situación un carácter
de positivo o negativo. ''Esto es, y parece que no hay marcha atrás.
Es una evolución tecnológica y no es la primera. Buena parte
de lo que somos es gracias a las tecnologías que hemos desarrollado.
La primera fue el habla, que nos permitió organizarnos; después
llegó la escritura, que nos permitió desarrollarnos democráticamente,
científicamente. La democracia de las ciencias es el resultado del
desarrollo de la escritura y hoy ha llegado la comunicación electrónica,
que no sabemos lo que nos traerá, porque estos cambios requieren
muchos años de evolución y probablemente ya no lo veremos".
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